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Entrevista a Mario Lara Palomino, Psicólogo del Equipo de Tratamiento Familiar de la zona Torredelcampo/Arjona en la provincia de Jaén.

Realizada por Antonio María del Valle Ojeda, pedagogo-asesor técnico del Servicio de Prevención y Apoyo a la familia en Jaén.

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TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA

Mario, usted trabaja como psicólogo del Equipo de Tratamiento Familiar (ETF) de la localidad de Torredelcampo en la provincia de Jaén, el cual lleva a cabo el Programa de Tratamiento Familiar en su zona de Servicios Sociales…

¿Puede describir brevemente en qué consiste este Programa, cuáles son los objetivos y fines?

El Programa de Tratamiento Familiar (en adelante PTF) consiste, como su propio nombre indica, en trabajar directamente con las familias, siempre que reúnan el requisito de tener menores a su cargo y que se valore que están en unas condiciones que llamamos de riesgo social. Esto puede significar que los menores están sufriendo algún tipo de maltrato, los que están recogidos en los diferentes manuales de protección infantil o, en general, que hay situaciones que podrían mejorarse para asegurar el bienestar y el correcto desarrollo de los menores que están a cargo de esa familia.

Los objetivos y fines del programa, a muy groso modo, es facilitar o conseguir que estas situaciones de riesgo se minimicen o desaparezcan, intentando que estos chavales pasen a estar en una situación de normalidad alejada de ese riesgo social. Por su parte, en el otro programa que tenemos “Reunificación”, del que hablaremos más adelante, se intenta que los menores que han sido retirados de su familia, es decir, que ya están con medidas de protección, vuelvan lo antes posible a su casa, sabiendo que ese hogar ha cambiado y que, ahora, reúne unas condiciones adecuadas para que pueda vivir ese menor.

¿Cuáles son sus funciones dentro del citado Programa?

Pues a mi, lo que me corresponde como psicólogo es todo lo relacionado con el mundo intrafamiliar, es decir todo lo que se relaciona con relaciones familiares: comunicación intrafamiliar, estudio y valoración a nivel psicológico, posibles derivaciones a servicios de salud mental, si se detecta que puede haber algún tipo de indicador de alguna dificultad o algún problema de esta índole. El PTF, es un  programa interdisciplinar y multidisciplinar, hay compañeros y compañeras trabajadores sociales, otros compañeros educadores y educadoras sociales, de forma que copamos todo el universo de aspectos que afectan directa o indirectamente a la familia y a los menores que están en ella.

Exactamente, porque siendo un equipo… ¿qué labores se realizan en equipo y cuáles se realizan individualmente?

Bueno, la verdad es que el modelo de funcionamiento de cada equipo es un poco en función de las personas que están dentro de él y de la forma que mejor se integran como equipo. Hay una serie de directrices que vienen establecidas en el programa, desde el manual guía de la Junta de Andalucía, que se diseñó en su día, cuando se empezó a poner en marcha el PTF, pero luego el día a día un poco viene marcado por los profesionales concretos que haya en cada equipo de tratamiento.

En mi caso concreto, en el caso del ETF de Torredelcampo-Arjona, tenemos claro que en la fase de evaluación de la familia, que es con la que empezamos a conocer a la familia y empezamos a aproximarnos, o a acercarnos, de lleno en la dinámica familiar y a elaborar el diagnóstico de la situación de esta familia, ahí estamos los tres (psicólogo, educadora social y trabajadora social). Estamos las tres figuras hasta que vamos detectando cuáles son los objetivos que se pueden plantear. Posteriormente, sí que es verdad que podemos diferenciar nuestra labor, de forma que haya veces que sea yo como psicólogo el que puede llevar la voz cantante con otra compañera como coterapeuta o la educadora encargarse del contacto con los centros educativos, en fin un poco en función de cómo nos sintamos cómodos dentro del caso y en función de la familia. Dependiendo de las dificultades y características del caso tiene más protagonismo una u otra figura dentro del programa.

¿Cómo se accede al Programa? ¿Qué personas o entidades pueden realizar la derivación al mismo?

Actualmente hay dos formas de acceso al programa: la primera es una derivación desde los Servicios Sociales Comunitarios (SS.SS.CC.) que detectan los problemas de la familia, trabajan con ellos, los conocen y ven las dificultades que existen. Si las situaciones de riesgo que encuentran son de un grado moderado, o incluso grave, pero que se pueden trabajar en el propio medio, en el mismo contexto familiar, son  las que nos derivan, a nosotros, al equipo de tratamiento. La otra vía es a través del Servicio de Protección de Menores (SPM), con casos que han detectado por los distintos mecanismos que existen, o bien que son familias con las que ya se han tomado medidas de protección de menores y se quiere iniciar el programa para la preparación de la reunificación familiar.

¿Qué debemos hacer si conocemos de una posible situación de riesgo o desprotección de unos menores?

Realmente, si conocemos algún caso en el que un menor o menores, se encuentren situación de riesgo o desprotección, como ciudadanos estamos obligados a poner en conocimiento esa situación. Vías de comunicación: podemos dirigirnos a los SS.SS.CC. que nos corresponda, o a través de la Línea 900 (900 851 818), teléfono gratuito y anónimo de detección del maltrato infantil, o denunciar directamente a la Guardia Civil o al Juzgado de Guardia. Esto es fundamental, porque muchas veces nos llegan casos de adolescentes que al evaluar, presentan una problemática que han sufrido durante años y nadie nos ha alertado de su situación. Como es obvio pensar, es mucho más difícil trabajar problemas que llevan sucediéndose años que otros que llevan poco tiempo ocurriendo.

¿Es posible prevenir los casos de desprotección y/o desamparo de menores? ¿Podemos hacer algo como padres, madres, como educadores, como empleados públicos, para prevenirla?

Partiendo de que una educación sana y correcta, que tenga en cuenta las necesidades de los menores, ya es de por sí, una educación preventiva. Por tanto sería muy beneficioso poder trabajar con padres y madres desde la Escuela de padres, programas comunitarios de habilidades parentales, etc.

Porque parece que criar a un hijo es una cosa sencilla y que se hace sin ningún problema, cuando la realidad no es esa, sino que probablemente sea el trabajo más difícil del mundo. Criar medianamente bien a un hijo o una hija durante todas sus fases de crianza, teniendo en cuenta que es un trabajo de veinticuatro horas al día, todos los días del año, durante prácticamente toda la vida. Que, además, no es siempre el mismo trabajo, ya que no es igual criar a un bebé de meses que a un niño de pocos años, que a un adolescente. Las necesidades que va teniendo el menor van cambiando y muchas veces los padres y las madres quieren seguir haciendo las cosas de la misma manera, y no se dan cuenta que lo que funciona con un niño de cinco años, probablemente no funcione con otro de diez o de quince. Por lo que esa capacidad de adaptación es necesaria y complicada.

Entonces, podemos preguntarnos ¿es preventivo formar a los padres y madres? Sí, es preventivo, ¿es preventivo que como sociedad nos concienciemos de que si algo está ocurriendo a un menor es nuestra obligación ciudadana informar a las entidades competentes? Sí, es preventivo, claro que sí. Esa frase de que todo lo que pasa en la casa, queda en casa, hace muchísimo daño, pues ese secretismo es lo que hace que estemos permitiendo que ciertas situaciones de sufrimiento extremo de muchos chavales se sigan dando. Porque no hemos dado la voz de alarma, por el motivo que sea: miedo, un falso respeto, o por desconocimiento de las vías de comunicación de estos casos.

Los empleados públicos, por nuestra parte, estamos doblemente obligados y tenemos una doble responsabilidad: una como ciudadano y en segundo lugar como empleado público, y lamentablemente, todavía a día de hoy nos podemos encontrar a compañeros y compañeras (personas concretas y cada vez menos, es la verdad) a los que les cuesta mucho trabajo informar y dicen “yo en estas cosas no me meto…”, etc.

¿Hay un desconocimiento de lo que podemos hacer y, sobre todo, de las consecuencias que nos puede acarrear a nosotros, tanto si denunciamos, como si no denunciamos y también de las consecuencias que tiene para los menores el no denunciar?

Hombre, quiero pensar y estoy seguro que son personas concretas en casos concretos. Pero, sí es cierto, que en mi trayectoria profesional me he encontrado con varias personas que me han dicho “yo jamás haré una propuesta de retirada, a mí eso me parece una barbaridad” o “los niños tienen que estar con sus padres”. Que claro, hay que pensar que los niños deben estar con sus padres, si están bien con sus padres y lo más duro que yo he aprendido en todos estos años de trabajar con familias es que el hecho de ser padre o madre de un niño, no hace que seas buen padre o buena madre, es algo que tiene que trabajarse día a día.

También nos encontramos, cuando hacemos la evaluación de las habilidades parentales de los padres y las madres, que éstas dependen de cómo han sido criados ellos, a su vez, cuando eran niños, porque en realidad, uno cría, de una forma muy similar a como han sido criados. Por lo que esto nos lleva a pensar que intervenir con estos menores en riesgo, de alguna forma, lo que estamos previniendo es que estos chavales no repitan estos patrones negativos cuando sean padres o madres en el futuro.

Por tanto, el programa de tratamiento familiar es preventivo por eso, porque estamos ayudando a estos chavales que están pasando por una infancia o una adolescencia muy difícil y además estamos previniendo posibles actuaciones erróneas en futuras familias.

Dentro del Programa de Tratamiento Familiar, encontramos los subprogramas de Riesgo y los subprogramas de Reunificación, ¿cuál es la diferencia entre ambos?

Un poco lo que hemos comentado antes, en el programa de Riesgo, encontramos familias en las que se ha valorado que hay menores que se encuentran en riesgo social, es decir, una situación en las que las cosas deberían estar mejor que en la realidad, por negligencia, maltrato, en fin, por múltiples situaciones… pero se valora que se puede trabajar en el medio porque la familia tiene conciencia de la necesidad de mejorar y es posible trabajar sin la necesidad de tomar una medida de protección. Por su parte, el programa de Reunificación, que son casos que vienen derivados desde el SPM, y que ya son menores en los que se ha adoptado alguna medida de protección, bien porque están acogidos en medida extensa o están en un centro de protección de menores (CPM).  Por tanto, no están en su núcleo familiar y el trabajo consiste en preparar o intentar conseguir que el menor vuelva a su casa. Para ello necesitamos tener unas garantías mínimas, que quizás deberían ser máximas, pero bueno, una cierta garantía, al menos, de que el chaval si vuelve con su familia, no va a volver a sufrir las situaciones que provocaron la medida de protección.

Por regla general, ¿dónde es más complicado trabajar con una familia, en el programa de Riesgo o en el programa de Reunificación?

Pues depende de cómo queramos definir la complicación, si por complicado pensamos en la gravedad de la situación de partida, evidentemente, las familias del programa de Reunificación, por definición serían más complicadas, puesto que ya se ha llegado a una situación en la  que tuvieron que tomarse una serie de medidas de protección. Pero también es verdad que una familia que viene derivada del SPM y que ha sufrido una retirada de los menores y que ha sufrido una serie de procesos previos, suele venir con más “docilidad”, aceptando el programa, porque lo que quieren es recuperar a sus hijos.

Por contra, en el programa de Riesgo, nos encontramos que las familias están aclimatadas a la situación que viven y ven lejos la retirada de los menores, o no lo quieren ver. Por lo que hay que trabajar mucho la concienciación de la gravedad de la situación, del daño que están sufriendo los menores, las consecuencias que puede conllevar, etc. Pero claro, a muchas les cuesta comprender esa gravedad y esas consecuencias, por lo que son más reacias a trabajar en el programa y a seguir las pautas que les va marcando el equipo, pues no ven la necesidad de cambio, cuestión que sí tienen claro las familias de Reunificación puesto que ya han vivido las consecuencias anteriormente.

¿Consideras positiva la coordinación existente dentro del marco del Programa por todos los organismos y entidades intervinientes? ¿Qué crees que se podría mejorar?

Se puede mejorar y, de hecho, ahora mismo estamos inmersos en un proceso de mejora en la provincia de Jaén. En los últimos tiempos, hemos comenzado un plan de mejora impulsado por el Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia, del cual dependemos.

Se ha puesto en marcha un estudio de la coordinación entre las diferentes entidades: Servicios Sociales Comunitarios, Equipos de Tratamiento Familiar y Servicio de Protección de Menores y todos hemos estado de acuerdo en que la coordinación se podía mejorar. Por lo que se han impulsado unas serie de mesas y grupos de trabajo, con representantes de todos los estamentos intervinientes,  para mejorar tanto la redacción de los informes, como los medios de coordinación, las comisiones periódicas de revisión de casos, porque todos entendemos que la coordinación es fundamental, esencial para mejorar nuestro trabajo.

Por último, ¿crees que el Programa de Tratamiento Familiar es eficaz? ¿Qué aspectos podrían modificarse para aumentar esa eficacia?

Que el programa de tratamiento es eficaz lo dicen las mismas estadísticas, simplemente por el hecho de que llevamos ya quince años trabajando y la Junta de Andalucía lo sigue sacando adelante, por lo que, de alguna manera, se reconoce desde los altos cargos pensantes, que el Programa es necesario y funciona.

Realmente sí es eficaz, pues lo que se consigue mejorar con las familias o, mejor dicho, lo que las familias consiguen mejorar, ya que son ellas las que realmente realizan finalmente el cambio, el trabajo y la actividad de mejora. Además es valorable que mucho tiempo después de trabajar con las familias han mantenido esos cambios y los han hecho suyos, no solo porque lo dijera el equipo de tratamiento, sino porque la propia familia se ha dado cuenta de que esos cambios mejoran su día a día.

Hace unos años, desde la Diputación de Jaén se hizo un estudio, quizás no totalmente riguroso, pero en fin, se intentó hacerlo lo mejor posible, y el resultado fue que el setenta y tanto, casi el ochenta por ciento de las familias con las que se había trabajado habían conseguido los objetivos de forma exitosa. El éxito medido, en primer lugar, en que no se había tenido que tomar finalmente ninguna medida de protección y que, además, en un tiempo posterior, seis meses, un año, incluso dos años, la familia había seguido manteniendo los niveles de convivencia alcanzados tras el tratamiento y no habían vuelto a la situación original de riesgo. 

En definitiva, yo estoy convencido que el PTF es un programa eficaz, es necesario, de hecho ahora la nueva Ley de Servicios Sociales y en la nueva Hoja de Servicios, aparece como un programa fundamental dentro de los Servicios Sociales. 

¿Hay cosas que mejorar? Claro, siempre hay cosas que mejorar, infinitas. Por ejemplo, la coordinación de la que hablábamos antes, la formación de los profesionales, la difusión profesional del Programa, conocimiento de las instituciones y conocimiento del programa por parte de las mismas. Y luego, a nivel logístico, puesto que hay lugares, pueblos, aldeas que son de difícil acceso y en los que es difícil encontrar un sitio donde entrevistarnos con las familias, ver a los menores, etc. Sobretodo en los núcleos urbanos más pequeños, más lejanos y de más difícil acceso.

Por ejemplo la provincia de Jaén que es muy extensa y hay muchos pueblos de sierra con carreteras en malas condiciones, con unas distancias entre las mismas muy elevada. Los compañeros y compañeras que tienen que desplazarse de una localidad a otra se tiran muchísimo tiempo en la carretera, el cual, obviamente, lo quitas de lo que es el trabajo en sí, con las familias.

Pero bueno, como digo, habiendo cosas que mejorar el Programa cumple con creces su cometido.

Para finalizar, ¿quieres comentar algo más que consideres de interés?

Agradeceros a la revista Enred@2.0, la oportunidad de dar a conocer nuestro trabajo y el Programa de Tratamiento Familiar, específicamente, y la íntima relación que tenemos con la Junta de Andalucía, tanto las entidades locales como las poblaciones que dependen de la Diputación Provincial. Dar a conocer la relación que tenemos con el Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia, con los profesionales, la cual es absolutamente necesaria y, como hemos dicho, mejorable. En fin, tener la oportunidad de presentarla al resto de empleados y empleadas de la Junta de Andalucía es algo bonito y de agradecer.

Pues muchas gracias Mario.

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