AFRONTAR EL ESTRÉS: Cómo quedarte en Casa y no volverte Loco

A continuación Mario Lara Palomino, Psicólogo del Programa de Tratamiento Familiar en la zona de Torredelcampo y Arjona de la provincia de Jaén, nos explica la claves para afrontar este periodo de cuarentena domiciliaria que nos ha tocado vivir.

SITUACIÓN Y ESTRÉS

Esta situación tan excepcional que vivimos actualmente, como todas las situaciones excepcionales o fuera de la norma, puede convertirse en un auténtico desafío para nuestro equilibrio psicológico que en función de diferentes variables, estilos de personalidad o simplemente realidades de la nueva situación puede ser más o menos sencillo superar de forma adecuada.

CLAVES GENERALES PARA LA SUPERACIÓN

A nivel general, hay varias claves que podemos poner en marcha en estos días que nos pueden ayudar a combatir o superar emociones negativas que pueden surgir.

En primer lugar, no estar constantemente pendiente de los mensajes que llegan al móvil o a las redes sociales. En estos días es increíble la cantidad de información, veraz o no, que se mueve por las redes y medios de comunicación. Intentar estar al día de todas esas informaciones puede suponer un enorme esfuerzo y una sobresaturación nada recomendable. Hemos de evitar dentro de lo posible que el virus y la información sobre el virus se convierta en el tema central alrededor del cual gire toda nuestra realidad.

Mantener, dentro de lo posible, una rutina similar a la que hacíamos antes de esta situación es algo que nos ayudará tanto en estos días como en la reincorporación a la vida normal. Mantener nuestros horarios de ducha, comidas y sueño repercutirá muy positivamente en nuestro equilibrio psicológico.

Darnos un respiro las veces que sean necesarias es otra acción que puede repercutirnos muy satisfactoriamente. Aprovechar momentos como la ducha o utilizar la tecnología que tenemos disponible para hablar con familiares y demás, es algo que puede ayudarnos mucho. Igualmente usar las múltiples ofertas que encontramos para poner en marcha actividades que nos pongan en contacto con nosotros mismos como tablas de ejercicio suave, yoga, etc…  es algo que ayudará a mantener una actividad física diaria y que incluso repercutirá en la buena calidad de nuestro sueño y descanso.

En caso de tener niños en casa, sería muy recomendable, en estos días, el turnarse para atenderlos, dado que previsiblemente su demanda de atención será casi constante. Es este aspecto, muy similar a la recomendación cuando tenemos un bebé recién nacido: turnarse en las labores de atención y cuidado, pues ello contribuirá enormemente a mantener la calma, la paciencia y la tensión emocional dentro de unos límites razonables y sobre todo, manejables.

Por último, y quizá lo más importante, hemos de tomar conciencia de la realidad que nos rodea. Hemos de tomar conciencia de que esta medida tan extraordinaria como es el confinamiento es una medida temporal y que, aunque no podamos a ciencia cierta saber cuándo terminará, sí que sabemos que lo hará. En este sentido es esencial no poner nuestras esperanzas en una fecha concreta de finalización. Ya hemos vivido una extensión del estado de alarma y confinamiento y cabe la posibilidad de que se vivan nuevas prórrogas. Sin embargo, como he dicho antes, sí que podemos asegurar algo: esta situación acabará.

SITUACIONES CONCRETAS

Efectivamente todas estas claves que he mencionado son útiles a nivel general, sea cual sea la situación y realidad. Sin embargo, hay realidades más concretas que pueden conllevar desafíos extras a nuestro equilibrio.

En general, las demandas de los menores, como he dicho antes, puede suponer un auténtico reto. Pasamos a una situación de necesidad constante de atención y supervisión, sin posibilidad de plantear actividades fuera de casa. En este sentido, el mantener las rutinas y reparto de tiempos, entre actividades, comidas, juegos y sueño, sigue siendo una opción muy positiva, al igual que, como decíamos antes turnarse, dentro de los posible, en la labor de atención. 

Con adolescentes, la situación puede ser más complicada. En estas edades es muy normal que las relaciones sociales con iguales hayan ocupado un lugar central en sus vidas y necesidades, y esta situación de confinamiento afecta directamente a esas necesidades, más si cabe que como lo hace con los adultos. En este sentido, personalmente abogaría por un extra de “manga ancha” en las concesiones de tiempo de uso de redes sociales y móviles, sin dejar de lado las rutinas familiares, como son las horas de comidas y actividades que se vinieran haciendo de forma grupal. Cobra especial importancia en estos momentos la negociación familiar, como vía para acordar y matizar las modificaciones de rutinas, horarios y demás durante este periodo.

La toma de conciencia a la que hacía referencia antes, es igualmente fundamental. No debemos dejar de repetirnos lo extraordinario de esta situación, y cómo puede estar poniendo al límite a todas las personas con las que convivimos y a nosotros mismos. El tomarse un respiro, darse tiempo para uno mismo, pasar a otra habitación y/o tener algún tipo de actividad individual de autocuidado es algo que nos ayudará muchísimo. Un ejemplo sencillo de esto puede ser el momento de la ducha, que quizá podamos alargar ligeramente intentando estar centrado en dicha actividad disfrutándola como un momento placentero para nosotros mismos.

Pese a todas estas recomendaciones, es absolutamente normal que surjan situaciones de miedos o angustias. No es una reacción anormal de nuestro organismo que deba preocuparnos. La verdadera anormalidad está en la situación que estamos viviendo. En este sentido es sano y puede ayudarnos mucho compartir estas situaciones con otras personas de confianza, ya sea en casa o por redes sociales, en lugar de negarlos o intentar evitarlos. 

En definitiva, esta situación extraordinaria que atravesamos requiere de medidas extraordinarias, como el confinamiento social y el resto de medidas preventivas impuestas. Igualmente, demanda unos autocuidados psicológicos que nos permitan mantener un equilibrio mínimo para afrontar estos días, así como facilitar la futura transición a la normalidad.

Y por encima de todo, no dejemos de tener presente que esta situación, sin duda, pasará.

Para enviar sugerencias, comentarios o colaboraciones, escribe a revista.iaap@juntadeandalucia.es

Si te ha parecido interesante este artículo, encontrarás muchos más de tu gusto en este número y en las ediciones anteriores de EnRed@2.0