Programa Mentoría

 

Entrevista a Miguel Ángel Oliver Martínez

Asesor Técnico en la Secretaría General Técnica de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

Realizada por Lola García Pérez.

Miguel Ángel Oliver Martínez es un hombre preparado, con una conversación fluida e interesante. Ha sido tan amable de participar en esta entrevista y contarnos qué es el Programa de Mentoría que desarrolla el Instituto Andaluz de Administración Pública.

¿Cuál sería el titular que le darías a esta entrevista para que la gente la leyera?

Si la gente supiera que pasar por el Programa de mentoría te podría cambiar la vida, dejaría cualquier cosa que esté haciendo y leería esta entrevista.

¿Qué haces? ¿Dónde trabajas?

Trabajo como asesor técnico, prestando asistencia jurídica, en la coordinación de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

Cuéntame, ¿desde cuándo trabajas en la Junta de Andalucía y qué has hecho en estos años?

Ya son más de 16 años como empleado público. Pertenezco al Cuerpo Superior de Administradores de la Junta de Andalucía lo cual es una suerte pues te permite hacer y aprender muchas cosas muy diversas.

He estado en los servicios centrales de diferentes Consejerías, he realizado tanto tareas de asistencia jurídica como de gestión y he asumido varios puestos con cierta responsabilidad. Lo mejor de todo ello es que se conoce mucha gente maravillosa que dedica un gran esfuerzo y tiempo de sus vidas en hacer realidad las políticas públicas.

Además de eso, he tenido la suerte de encontrar en el IAAP un espacio para trabajar en la mejora de cómo hacemos las cosas que hacemos cuando trabajamos. Como organización son muchas las cosas que se pueden hacer para favorecer modelos de trabajo más eficientes y eficaces y esa es la misión del Programa de Mentoría para la Dirección Pública.

¿Qué es el programa de mentoría?

Si me lo permites te lo voy a contar con algo que le paso a una amiga.

Una chica que conozco terminó hace unos años el grado en ingeniería de las Telecomunicaciones, le costó mucho esfuerzo, pero, sin haber terminado de presentar su proyecto final la gente se la rifaba.

Pues bien, apenas unos días después de haber presentado el proyecto y con el certificado del título universitario en la maleta se fue a Dublín a una entrevista de trabajo con Google. La ficharon, le dieron casa, coche y un magnífico sueldo. Y sabes qué es lo primero que le asignaron. Un mentor. Un compañero de trabajo que llevaba 10 años de experiencia en la compañía, que había recibido una formación específica para ser mentor y a partir de ese momento se reunieron 14 o 15 veces en un periodo de 6 meses para que él le acompañara en el proceso de aprendizaje y formación sobre el funcionamiento de la empresa.

Ella me contó que, aparte de conseguir un amigo y un compañero fantástico, ha aprendido mucho de cómo moverse en el metaverso de Google, cómo organizar reuniones, cómo comunicarse, cómo gestionar su agenda y su tiempo, cómo diferenciar entre lo urgente y lo importante, cómo ser asertivo, cómo usar técnicas de trabajo colaborativo y muchas otras herramientas que no aparecían en los libros. Según me dijo, ha sido la forma más rápida, emocionante y vivencial de adquirir nuevos conocimientos. Y además ha ganado una persona de su confianza con la quien compartir sus problemas laborales.

Este programa de mentoría cuesta mucho dinero en el ámbito privado y este mismo modelo lo tenemos en la Junta de Andalucía ¿Qué te parece? El IAAP apostó por este modelo de formación para el personal directivo y está dando un buen resultado y estoy convencido que va a ir a más.

¿Dónde lo conociste y qué fue lo que más te llamó la atención?

Es curioso, pero hasta que no me has hecho la pregunta no me acordaba de ese momento de mi vida. Fue cuando era Jefe de Servicio en un sitio muy retador, por no decirte estresante.

Era mi primera experiencia en un puesto de responsabilidad y había tenido un día muy intenso, fui a la máquina del café para tomarme uno bien cargado y allí me encontré con una compañera y nos pusimos a charlar. Cuando le comenté los problemas que tenía me habló de este programa de formación y me dijo que pasar por un programa de mentoría me podría ayudar a ver las cosas de otra manera y así fue.

Desde entonces, eso fue en el año 2016, no he dejado de participar todos los años en este programa. Se aprende mucho, ya sea como persona que recibe la mentoría –en ese caso te llaman Telémaco– o como persona que actúa como mentor.

Lo que me llamó la atención es que ese programa tenía mucho que ver conmigo. Se trata de aprender herramientas para convivir con los diferentes escenarios que se dan en un puesto de responsabilidad y, además, era un aprendizaje vivencial con compañeros que te aportan experiencias y conocimientos.

Me pareció tan sencillo y potente que al principio no creía que eso se hiciera en la Junta de Andalucía.

¿Cómo se lo contarías a un compañero/a?

La idea, como te digo, es muy sencilla.

Se trata de aprovechar la experiencia que se va acumulando en el personal de la Junta de Andalucía, para ello el Programa de Mentoría solicita que voluntariamente aquellos que hayan pasado por el proceso de formación Desarrollo personalizado de competencias directivas, se incorporen al programa e inicien un proceso de formación para ser mentores.

Así, los mentores pasamos por un itinerario de formación que dura 4 años (cursos anuales de 4 días impartidos por el IAAP), al mismo tiempo vamos asumiendo el rol de mentor con aquellas otras personas que se apunten al Programa como telémacos, es decir, la persona que está interesada en adquirir nuevos conocimientos y destrezas acompañada de una persona mentora.

Este proceso se inicia a partir de una convocatoria que se realiza, normalmente, a finales de año, y dura 9 meses.

El mentor se convierte en algo así como el profesor Miyagi y el telémaco como Daniel Larusso de Karate Kid o Kame-sennin y Goku en Dragon Ball.

Lo más potente del proceso de mentoría es que el conocimiento que se traslada no lo encuentras en el temario de las oposiciones, ni en el contenido de formación formal o reglada que hayas podido recibir y te dota de unos poderes especiales, algo así como el kame hame ha, por seguir el símil de Dragon Ball.

La Administración Pública, como cualquier organización, requiere de personal que esté capacitado para gestionar equipos, que tenga destrezas para comunicarse de forma empática, saber interpretar los distintos contextos de la organización, tener habilidades en materia de inteligencia emocional, en definitiva, se requieren a auténticos líderes, no bastando con personas formadas en ámbitos materiales específicos.

Estamos obligados a generar destrezas y entrenarnos en esas capacidades que se han venido a denominar como habilidades blandas, ya que en un mundo que evoluciona a la velocidad de un click, se requiere de nuevos perfiles de empleados y de nuevas fórmulas de trabajo organizativo.

La mentoría, en este sentido, supone un parte-aguas en las personas y en los equipos (también existe mentorías de equipos), pues aprenden, cómo te digo, a ser asertivos, a tomar decisiones, a gestionar sus estados emocionales, a gestionar su tiempo, a formar equipos de trabajo y crear networking dentro de la Administración.

¿Qué piensas que puede aportar un proyecto así a la Junta de Andalucía?

Una nueva forma de hacer las cosas.

Te podría hablar de mucha gente que se ha dado cuenta de la importancia de implementar una nueva manera de trabajar y está aplicando nuevas formas de organizarse para gestionar sus expedientes y tareas, ya sean relativas a contratos, subvenciones, prestaciones e infinidad de servicios públicos, dotándoles de una mayor eficiencia y, lo que creo más interesante, en grupos de trabajo comprometidos y motivados. Es mucho el tiempo de nuestras vidas y esfuerzo el que dedicamos a la Junta de Andalucía, por qué no hacerlo en un entorno distendido.

¿Es fácil compaginar el proyecto con tu trabajo habitual?

Sí, eso también es uno de los puntos fuertes de este proyecto. Se trata de algo voluntario que hacemos fuera de nuestra jornada laboral, pero a pesar de ello a las personas que somos mentores o telémacos nos entusiasma. Ten en cuenta que los seres humanos nos sentimos bien cuando ayudamos a los demás, además se crean fuertes lazos de unión pues surge un alto grado de empatía, complicidad y conexión entre las personas que participamos en un proceso de mentoría. La recompensa emocional no tiene precio.

Como curiosidad te diré que ha habido años que no se han apuntado muchos telémacos y algún mentor o mentora no ha tenido a nadie a quien ayudar, y esa noticia sienta muy mal.

Al final las personas en general y los empleados públicos, en particular, necesitamos sentirnos útiles y esta es una buena manera de hacerlo.

¿Qué perfil de empleado público debería pasar por este programa?

Yo te diría que todo el mundo debería probar esta experiencia, pero sería imposible. Así que recomendaría que vinieran todas aquellas personas que tengan la inquietud de asumir un puesto de responsabilidad dentro de la Junta de Andalucía, es la mejor manera de dotarles de las capacidades y habilidades necesarias para poder desarrollar su responsabilidad con éxito.

Y si luego, además, es una persona inquieta, proactiva y le gusta ayudar a los demás, recomendaría que asumiera el reto de hacerse mentor o mentora. Ambos papeles, telémaco y mentor, suponen un importante aprendizaje.

Soy de los que pienso que también se puede ser líder sin tener que asumir un puesto de responsabilidad pues ser un líder entraña la virtud de convertirte en un referente para tu entorno de trabajo. Te podría nombrar a mucha gente que conozco que cumple con este perfil.

Sería fantástico poder aprovechar la sabiduría de estas personas y darles visibilidad a través del Programa de Mentoría para que fueran extendiendo su buen hacer entre los demás compañeros, ya no solo con el ejemplo, sino también a través del acompañamiento en torno a un plan de acción.

¿Dónde y cómo te puedes apuntar?

Es un programa que viene realizando el IAAP desde hace más de 10 años, por él que han pasado más de 500 telémacos y 160 mentores, que se convoca todos los años a finales de año, como te comentaba. El proceso de mentoría dura 9 meses, durante el cual la persona mentora y telémaca trabajan para que este último consiga los objetivos que se plantee en el mismo proceso de mentoría y que se plasman en un plan de acción, facilitando su ejecución y seguimiento. En ese tiempo se realizan unas 8, 9 y, a veces, más sesiones de una hora y media.

Pero, desde luego, como te comentaba antes, el proceso supone un aprendizaje tanto para la persona telémaca como para la mentora.

Para más información puedes escribir a mentoria.iaap@juntadeandalucia.es 

Si te ha gustado este artículo, encontrarás más contenidos interesantes en nuestra sección “Innovando”.

Y no dejes de ver qué tenemos publicado en los distintos números de EnRed@2.0.