Trabajar y hacer el doctorado ¿Misión imposible?

Entrevista a Carmen Sánchez Gutiérrez 

Funcionaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Realizada por Lola García Pérez.

Carmen Sánchez Gutiérrez es especialista en Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor en la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Tiene dos especialidades médicas, neumología y anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor, además de un Máster en Neurociencia y biología del comportamiento. Actualmente estudia en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla y además es doctoranda de segundo año en la Escuela de Ciencias de la Salud de Sevilla.

Es una mujer todoterreno, con una preparación que quita el hipo. No es fácil conciliar lo que lleva, teniendo incluso un poquito de vida privada, pero esta estupenda médica lo hace todo y sin perder esa sonrisa que le caracteriza. Incluso ha sido tan amable de encontrar tiempo para atendernos en esta entrevista.

¿En qué consiste tu trabajo?

Por un lado me ocupo de los diferentes pasos del proceso quirúrgico. Esto incluye la optimización del estado de salud del paciente antes de la cirugía mediante la consulta de Preanestesia, el acto anestésico-analgésico intraoperatorio y el cuidado postoperatorio inmediato previo al alta a domicilio.

Por otro lado, formo parte de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Virgen del Rocío, más específicamente de la Sección de Acupuntura, donde trato a los pacientes con dolor crónico de diferentes etiologías.

Por último, me dedico a la formación tanto de profesionales como de pacientes en técnicas de control del dolor no farmacológicas.

¿Tienes hobbies? ¿Cuáles?

La lectura y el dibujo, pero por encima siempre estará el tiempo de ocio con mi familia.

¿Cuándo y cómo decidiste emprender el doctorado?

En el año 2019 me incorporé a un grupo de investigación del dolor crónico de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Sevilla. Me animaron a convertir en tesis doctoral mi trabajo con los talleres de pacientes y control del dolor mediante técnicas no farmacológicas. Antes de tomar la decisión, y consciente de la inversión en tiempo y energía que iba a necesitar, lo consulté con mis hijos y mi marido. Desde el inicio he contado con su apoyo en todos los aspectos y ese ha sido el valor que más me ha animado a seguir.

Cuéntanos un poco que se requiere para hacer el doctorado.

En mi caso cumplía varios requisitos para acceder al Doctorado: contaba con la suficiencia investigadora desde 2001, tenía un título de licenciatura y dos másteres universitarios. Tuve la suerte de contar con grandes profesionales que, tras presentarles el proyecto de investigación, accedieron a ser mis directores y mi tutora de tesis y cuya presencia ha sido sin duda inspiradora.

Explícanos de una forma entendible en qué consiste tu tesis.

Mi tesis investiga la efectividad de la educación grupal en neurociencia y las técnicas cuerpo-mente sobre el control del dolor crónico no oncológico. Conducir al paciente a un mejor afrontamiento emocional de su situación y a un papel más activo en su autocuidado se traduce en una disminución en los parámetros de intensidad del dolor y una mejor calidad de vida.

¿Cómo está siendo el proceso?

Tal vez la palabra imprevisible sea la más idónea. El trabajo de investigación con pacientes iba a iniciarse en 2020 tras la aprobación del Comité de Ética y su registro internacional. La pandemia Covid-19 llegó y, como muchos profesionales a nivel mundial, interrumpimos nuestros proyectos para atender a los pacientes infectados. Por otro lado, la pandemia también ha impedido que podamos reunir a los pacientes en una misma habitación durante muchos meses. Todo ello nos ha obligado, como a muchos equipos de investigación, a modificar nuestros proyectos y adaptarlos a la nueva situación. En nuestro caso la investigación sobre la adaptación al formato de la telemedicina ha sido fundamental.

¿Qué está siendo lo mejor de la experiencia?

Todo es susceptible de mejorar y en ocasiones el cambio tiene que venir desde fuera. Con la tesis necesariamente hemos de aprender a escuchar con humildad las críticas y verlas como áreas de mejora de nuestro trabajo. De este camino también me llevo la grandeza del trabajo en equipo.

¿Y lo peor?

Sin duda, la organización. Con un trabajo a tiempo completo dar su lugar a la investigación sin dejar de estar presente en la familia es complicado. En mi jornada laboral solo hay sitio para la asistencia a pacientes. Cualquier extra de estudios o investigación ha de desarrollarse en mi tiempo libre.

¿En qué punto del doctorado te encuentras?

Actualmente estoy escribiendo la memoria de la tesis para su corrección y posterior presentación. Podríamos decir que ya he entrado en el tercio final.

¿Está relacionado con tu trabajo actual?

Mucho. Además los resultados hacen que este tipo de intervención psicoeducativa sea extensible a cualquier centro que trate pacientes con dolor crónico, desde Atención Primaria a Unidades de Dolor.

¿Es fácil conciliar la vida laboral y familiar con ser doctoranda?

Ser madre e investigadora es todo un reto en una sociedad donde la conciliación familiar se nombra mucho pero se materializa poco. Muchas investigadoras han tenido que cambiar de país o detener su actividad con la maternidad. Este sigue siendo un gran problema al que nadie da solución. Las mujeres seguimos teniendo que elegir entre investigación y familia. En mi caso, el respaldo familiar ha sido fundamental.

¿Se lo recomendarías a otra persona?

Considero que es una decisión muy personal y que depende de las circunstancias de cada estudiante. Es una decisión que sin duda dará sus frutos pero el camino no es fácil.

Muchas gracias, Carmen. Estamos deseando que todo tu esfuerzo dé sus frutos y verte con tu doctorado ya conseguido.

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