Page 16 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
 la Tierra, sino en su totalidad planetaria. Aunque resulta interesante comprobar cómo por esos años aumentó considerablemente el número de organismos análo- gos, sin dejar de crecer desde entonces.
El punto de partida podría ser, sin embargo, más antiguo del indicado, quizá hun- da sus raíces en el romanticismo. Recuérdese si no la intensidad con que ya éste practicó el culto por la naturaleza. Sea como fuere, la defensa del medio ambiente no parece compadecerse con ninguna clase de relativismo, interesa insistir en ello e intentar aproximarse desde la perspectiva que proporciona esa percepción al panorama ideológico del presente.
De la enorme importancia que las sociedades contemporáneas conceden al me- dio ambiente son bastante ilustrativas las múltiples declaraciones internacionales que median a su respecto. Así, la “Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano”, adoptada en la reunión que a tal efecto tuvo lugar en Estocolmo entre el 5 y el 16 de junio de 1972, proclama en su Preámbulo:
“1. El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelec- tual, moral, social y espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin prece- dentes cuanto le rodea. Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma”.
En el mismo sentido se pronuncian ciertos tratados internacionales agrupables por la proximidad de sus objetos, de un modo u otro vinculados a la obtención de una buena calidad atmosférica. Tal es el caso del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, de 22 de marzo de 1985 y de su complemento, el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, de 16 de septiembre de 1986; así como de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático, de 9 de mayo de 1992 y de la adición al Tra- tado conocida con el nombre de Protocolo de Kyoto, de 11 de diciembre de 1997. Ofreciendo también una idea de medio ambiente afín a la enunciada en Estocol- mo, la “Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”, gestada en la Conferencia de Naciones Unidas que, con ese mismo nombre, se reunió en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992.
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