Page 596 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
Aunque su distribución está básicamente asociada a todas las tierras llanas u on- duladas con cierta pendiente, donde alcanzan su máxima expresión es en el valle del Guadalquivir. Los vertisoles185 son el tipo de suelo más característico, ya que el laboreo mecanizado se realiza fácilmente, la profundidad del horizonte cultiva- do, en general, es muy grande y la respuesta a los períodos secos favorable.
El principal problema ambiental de estas zonas deriva de la propia necesidad de
mantener la alta productividad del sistema mediante la aportación de sustancias
químicas que mejoren las cualidades nutritivas del suelo, cada vez más empobre-
cido, para seguir manteniendo el nivel de producción requerido. Esto se hace me-
diante fuertes aplicaciones de abonado en otoño y primavera. Al mismo tiempo,
la ausencia de carga ganadera y de leguminosas en rotación, hace imprescindible
este aporte, que al ser mineral (aunque hay aportes orgánicos, éstos son muy
escasos) se lava superficialmente con las lluvias, o pasa a los acuíferos provo-
cando efectos polucionantes. El empobrecimiento en materia orgánica de estas
campiñas, sometidas a un fuerte estiaje, se potencia, además de por las causas
apuntadas, por el tradicional y extendido uso del fuego para eliminar el rastrojo,
antiguamente aprovechado para alimento del ganado. La práctica es claramente
perjudicial por la pérdida de recursos que supone, la destrucción de la fauna mi-
croscópica, el aumento de la temperatura del suelo y la contaminación acuífera
186 que genera .
En la evolución de las técnicas de cultivo en las campiñas de labor intensiva, particularmente, en las de la Depresión del Guadalquivir, se encuentra una buena ejemplificación de las tendencias que han actuado en la llamada revolución verde, y el tipo de consecuencias ambientales que esto conlleva.
Con unos orígenes históricos todavía no bien definidos, y hasta los años treinta del siglo pasado, el sistema de cultivo utilizado en estas campiñas era el denomi-
TERRÓN, P. U.; CORNEJO, J. y CERDÁ, A.: “Fertilidad y ciclos de nutrientes en el suelo”. En Agricultura sostenible. Edición coordinada por JIMÉNEZ DÍAZ, R. M. y LAMO DE ESPINOSA, J. AGROFUTURO LIFE y Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 1997. Págs. 169 y 170.
185 Este tipo de suelos ocupa en la Comunidad Autónoma de Andalucía casi el millón de hectáreas, según el Informe sobre Medio Ambiente de Andalucía, en 1987, elaborado por iniciativa de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
186 “En un lamentable y erróneo manejo de los rastrojos, las cañas de girasol se hileran para posteriormente ser quemadas (en las campiñas de) Andalucía. Los suelos bajo labranza tradicional se observan completamente desnudos lo que favorece la erosión, falta de fertilidad y baja productividad. Producto de la labranza de los suelos después de una lluvia, éstos se compactan y encostran. [...] En la región de Andalucía el paisaje típico muestra suelos de diferentes colores lo que indica la fuerte pérdida de los horizontes superiores. Las piedras forman parte del paisaje de los suelos agrícolas debido a la decapitación por erosión de éstos”.
CROVETTO LAMARCA, C.: Agricultura de conservación. El grano para el hombre, la paja para el suelo. Eumedia, S. A. Madrid. 1999. Págs. 55, 56, 57 y 58.
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