Page 724 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
P. 724
EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
– La escasa cualificación profesional de la población, con más del 63% de la misma sin estudios.
– El fuerte peso del empleo agrario, así como su característica más destacada, la estacionalidad.
– La debilidad del sector industrial.
– El creciente dinamismo de la agricultura intensiva de regadío, con una gran ex-
pansión del cultivo del fresón junto a la puesta en marcha del Plan Almonte-
366 Marismas .
– La importancia económica y territorial del cultivo del arroz.
– La concentración de la actividad turística de sol y playa en las cercanías de Mata- lascañas y de Mazagón, con una baja calidad ambiental.
– El escaso aprovechamiento de las potencialidades del turismo de naturaleza, te- niendo en cuenta que el Parque sólo ha creado 120 empleos directos, lo que re- dunda en su limitada influencia económica en sus aledaños.
En el informe de la Comisión se plantean las implicaciones económicas y ambien- tales de los sectores productivos367 y de los ecosistemas de Doñana, definiendo, en cada caso, los problemas y estrangulamientos que enfrenta un desarrollo com- patible con el medio.
En el sector agrícola destacan, especialmente, los problemas de la falta de viabi- lidad económica y el impacto sobre las aguas subterráneas de la zona, del Plan Almonte-Marismas. En los arrozales del Guadalquivir, los conflictos se centran
366 La declaración de Interés Nacional de determinadas Zonas Regables con aguas subterráneas del Plan Almonte-Marismas, en las provincias de Huelva y Sevilla, tuvo lugar por Decreto 1194/1971, de 6 de mayo. El Plan General de Colonización se desglosó en dos fases, la primera fue dispuesta mediante Decreto 2148/1972, de 6 de julio y, la segunda por Decreto 2244/1974, de 20 de julio. Finalmente, el Plan Coordinado de Obras de la Zona Regable de Almonte-Marismas se aprobó según Orden de 31 de julio de 1976. No obstante, nada más terminada la campaña de perforación de sondeos, apenas un año más tarde, empezó a evidenciarse la necesidad de reconducir los objetivos de la transformación agraria, ya que el mejor conocimiento hidrogeológico puesto de manifiesto en esta fase, permitió intuir la posible sobreexplotación del acuífero, además de la confirmación de la situación del frente salino en la marisma cercana. A esto se sumaban la importancia científica de Doñana y su creciente valoración social como ecosistemas dignos de conservación.
367 “Entre la agricultura y el medio ambiente existe una doble relación. En primer lugar, la estructura y la producción de los sistemas agrícolas depende en gran manera de la capacidad de los recursos naturales para sostener su desarrollo. Los progresos de la agricultura han modificado esta dependencia, reduciendo los obstáculos ambientales a la producción, mediante el desarrollo de tecnologías, etc., que le han proporcionado mayor flexibilidad. No obstante, ello no ha eliminado tal dependencia y la necesidad de adoptar medidas para una buena planificación del aprovechamiento del suelo. En segundo lugar, la agricultura no es en sí misma enemiga del medio ambiente, pues bien dirigida puede mantener e incluso mejorar los recursos naturales. Hoy en día el paisaje rural que se considera ‘natural’ en muchos países desarrollados es el resultado de un desarrollo agrícola bien concebido, donde suelos de baja calidad, en muchas zonas, han aumentado su fertilidad gracias a la aplicación de prácticas agrícolas adecuadas. Sin embargo, es una realidad actual que el medio ambiente sufre cada vez mayores tensiones, lo cual genera una creciente preocupación del impacto que sobre él ejerce la agricultura”.
LÓPEZ BELLIDO, L.: Op. Cit. Pág. 16. 724