Page 900 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
 inventariada como de agricultura de montaña209 y otras zonas desfavorecidas, que requieren de unos cuidados especiales, para que la práctica agraria no perjudique sus ecosistemas y se mantengan en producción para las futuras generaciones, propicia las condiciones ideales para la utilización de medidas como el barbecho tradicional, que permite la recuperación productiva de los terrenos, dándoles el necesario descanso para recomponer sus propiedades orgánicas. Las zonas más pobres o con suelos que no tienen abundancia de humus no pueden sembrarse año tras año, sino que precisan de intervalos regulares de tiempo de no cultivo por las razones expuestas. Las comar- cas de montaña o catalogadas como desfavorecidas tienen estas condiciones, que no permiten en ellas un cultivo continuado durante todas las campañas.
MOLINA VÁZQUEZ, F.: “Gestión de la biodiversidad en las estrategias regionales de conservación. Aplicación de los acuerdos internacionales”. En Diversidad biológica y cultura rural en la gestión ambiental del desarrollo. Edición coordinada por DÍAZ PINEDA, F.; MIGUEL, J. M. de, y CASADO, M. A. MultiMedia Ambiental, S. L. y Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 1998. Págs. 111 y 112.
209 “De los 8,76 millones de Has. que comprende la superficie total de Andalucía, en 1996, más de 4,1 millones (el 46,8% del total) son tierras dedicadas a cultivos; otros 2,6 millones (el 29,7%) son montes, en los que en, cerca de 800.000 Has., hay también aprovechamientos ganaderos; más de 700.000 Has. se clasifican como prados o pastizales, y el resto, el 15%, es improductivo o dedicado a otros usos. El tamaño medio de las explotaciones varía desde 33,7 Has. en Huelva a 10,6 Has. en Málaga. Las explotaciones de mayor dimensión se localizan en las zonas de sierra y en los sistemas de bajo potencial, con una elevada proporción de tierras dedicadas a pastos y a especies arbóreas. Así, las explotaciones de más de 200 Has. labran menos del 50% de su superficie total, mientras las de menos de 100 Has. cultivan más del 60% de su superficie total.
El sistema productivo del olivar se encuentra asentado en la subbética, en las hoyas y vegas del surco intrabético y en las sierras de Segura, Cazorla y las Villas, zonas con una altitud media, topografía ondulada, algunas veces con fuertes pendientes que complican en ocasiones la práctica de la agricultura. Es el segundo sistema agrario en extensión después del de las Sierras Béticas, ocupando más del 14% del territorio. La presencia de zonas de alto valor paisajístico, enmarcadas en las sierras que se integran en este sistema productivo, permiten en algunas zonas una cierta diversificación de la actividad económica, todavía muy dominada por un cuasi- monocultivo olivarero. En zonas de fuerte pendiente, este cultivo, presenta problemas de erosión y pérdida de suelo, que deben ser necesariamente corregidos mediante la aplicación de técnicas de cultivo de bajo impacto, fomentados desde hace poco tiempo por un programa agroambiental.
La mayor proporción corresponde a las Sierras Béticas, con el 19% de la superficie regional. Se trata de un espacio poco poblado con densidades muy inferiores a la media regional. Las Altiplanicies y Sierras Béticas presentan una proporción alta de eriales, algo de matorrales y una mínima presencia de frondosas residuales. El clima subdesértico continental, con pocas y fuertes precipitaciones provoca un elevado grado de erosión y un creciente proceso de desertificación. La producción agrícola se caracteriza por su baja productividad. Se fundamenta en los cereales, con escasos rendimientos por la baja pluviometría, y la ganadería ovina, localizada fundamentalmente en explotaciones de mayor dimensión, en las que se incluyen las tierras para pastos y las no utilizadas en la agricultura. En general, se trata de una agricultura (marginal) con escasas posibilidades de diversificación. [...]
Dentro de este gran sistema agrario (la dehesa), que se caracteriza fundamentalmente por ser un sistema mixto silvopastoral y, en ocasiones, agrosilvopastoral, se pueden englobar tres grandes subsistemas: Sierra Morena, en sentido amplio, Valle de los Pedroches y Dehesas del Campo de Gibraltar. Las dos primeras constituyen una gran unidad territorial que ocupa más del 20% de la superficie regional, con una misma caracterización desde el punto de vista de la demografía y la actividad económica: las más bajas densidades de población de Andalucía, muy bajas tasas de actividad, alta especialización agraria, salvo el Valle de los Pedroches, con una economía alga más diversificada, y agriculturas poco intensivas. La explotación ganadera de dehesa representa el agrosistema más tradicional de esta zona, que incluye también amplias zonas de repopblación forestal de pinos y eucaliptus, una menor, aunque destacada, presencia de olivares y menos de un 20% de superficie de cultivos herbáceos, éstos últimos con una tendencia regresiva, debido a los bajos rendimientos a consecuencia de la mala calidad agrícola de los suelos y de la orografía montañosa”.
CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA: Plan de Modernización de la Agricultura Andaluza. 2000-2006. Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía. Jaén. 2000. Págs. 43, 46, 62, 63, 64 y 65.
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