Page 25 - Régimen Jurídico de las Infraestructuras Ferroviarias
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                en que hoy vive empeñado el sector. Lo que me lleva a recordar que hace años descubrí con fruición un viejo artículo de Joaquín Costa, de 1882 (titulado “Los tranvías y los ómnibus”), donde el ilustre altoaragonés asumía el criterio de la separación entre la gestión de la vía, que se encomendaba al sector público, para luego dejarla al servicio de los eventuales usuarios que pretendieran utilizarla, respetando, claro está, las condiciones exigidas (me referí a aquel texto en uno de los “comentarios de conflictos jurisdiccionales”, que ofrecí en la “Revista de Administración Pública”, en 170, y que luego recogí en mi libro “Selección de comentarios sobre jurisprudencia de conflictos jurisdiccionales”, que apareció editado en Madrid, en 176, por el Instituto de Estudios Administrativos, pág. 366).
Más allá de lo anecdótico, lo cierto es que van a hacer su aparición decidida- mente nuevos problemas y, frecuentemente, los viejos temas se alumbrarán con nuevas luces, sin perjuicio de que, como digo, las técnicas jurídicas conserven siempre su valor, aunque hayan de ir adaptándose, todo ello al margen también del importante peso de las consideraciones históricas para mejor entender el presente.
Me agradó por eso cuando muchos años después de la aparición del señalado libro con su prólogo, tuve la oportunidad de convenir con doña Maria Isabel Ri- vas Castillo que un buen tema de tesis doctoral sería el estudio de la regulación de las infraestructuras ferroviarias, a la vista de las consistentes innovaciones producidas en el sistema jurídico español. Mi satisfacción fue doble cuando tras varios años de esfuerzo diligente e ilusionado la elaboración del trabajo llegó a buen término y la tesis, por su calidad y por su precisión, así como por sus aportaciones, estuvo en condiciones de ser presentada y defendida en público, lo que se hizo, con la correspondiente solemnidad y brillantez, el pasado mes de junio de 2006. Lo que me permite saborear de nuevo con fruición la vieja experiencia de constatar como los jóvenes discípulos aplicados llegan más lejos que los maestros. Los que tenemos el honor de trabajar en la Facultad de De- recho de la Universidad Complutense estamos familiarizados con una imagen bien expresiva, la hermosa estatua que la señora Anna Hyatt Hungtington donó a la Universidad de Madrid, para que luciera en su “Ciudad Universitaria”: el relevo con la entrega de la antorcha, o “Los portadores de la antorcha”. Y es que corresponde a los jóvenes prepararse y alzarse, lo mismo que corresponde a los mayores saber hacer cesión generosa de sus saberes y asumir que un día vendrá el declive, en suma, que unas obras vienen para reemplazar a otras. Es la historia real, tan excelentemente representada por la creación artística. Un grupo escul- tórico que uno contempla con admiración desde la primera vez que lo observa
PRÓLOGO
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