Page 35 - Régimen Jurídico de las Infraestructuras Ferroviarias
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Capítulo I
INTRODUCCIÓN AL FENÓMENO FERROVIARIO DESDE EL PRISMA DE LAS INFRAESTRUCTURAS
I . INTRODUCCIÓN . CONSIDERACIONES PREVIAS Y PRESENTACIÓN DEL TEMA
«Si para los caminos de hierro hubiese establecida en España una legislación especial como en otras naciones, muy fácil seria evacuar el informe que V.S. ha pedido á la comi- sión sobre las propuestas que se han hecho para construir por empresa esta clase de obras en la Península. La comisión en tal caso no tendría mas que examinar si las propuestas venían acompañadas de todos los datos y documentos que la ley exigiese, y si estos datos y documentos tenían las circunstancias que la misma hubiese prescrito [...]2».
Informe Subercase, 2 de noviembre de 1844.
2 Se trata sin duda de uno de los “documentos raíz” de la historia ferroviaria de nuestro país. Como tendre- mos ocasión de ver a lo largo de este estudio, desde el Informe Subercase se destacaría, entre otros, el impul- so público en el desarrollo del nuevo medio de transporte. Pero al referirnos a él, no podemos olvidar que estamos ante un documento que se caracterizó, desde su origen, por cierta polémica. fue a través de este Informe desde el que se abogó por la construcción de las vías del tren de un ancho, que denominaríamos “nacional”, distinto al de la mayoría de las naciones europeas (y por supuesto, francia). Si bien, las razones presentadas por el propio Ingeniero jefe del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, D. juan SUBERCASE, se centraron en la necesidad de calderas superiores para comunicar mayor potencia de calentamiento con ob- jeto de superar las rampas propias de la orografía española, se avivaron voces que apuntaban más a razones de estrategia militar, a pesar de que aquellas fuesen desmentidas por el Gobierno español (con Espartero a la cabeza, como jefe de Gobierno, y Luxan y Montesinos como responsables técnicos). Sin duda, la inter- vención del Duque de Angulema con los Cien Mil Hijos de San Luis, en 1823, estaba aún muy reciente, y los razonamientos de Subercase se han calificado de poco acertados (el primero de ellos era que la mayor potencia requería fundamentalmente mayor presión en la caldera, pero en realidad ello iría aumentando rápidamente en esos años con una mejora enorme de la tecnología; y como segunda razón, que la mayor fuerza de tracción requería mayor peso por eje, circunstancia para la cual la anchura no era requisito fun- damental), lo que ha llevado a apuntar con ímpetu que fuesen los aspectos militares los que predominaron sobre el resto de factores a la hora de tomar la decisión del ancho de vía.
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