Página 332 - Buen Gobierno y Gobierno Corporativo_Actas

Versión de HTML Básico

LUIS GARCÍA DEL RÍO
332
la prensa internacional durante dos o tres años es una agonía para la Marca España,
pues el escenario probable puede ser que, en el mejor de los casos, por cada noticia
de recuperación económica tengamos otra de corrupción y escándalo de Gobierno o
Estado. En otras palabras: el mítico suplicio de Tántalo.”
Nuestra percepción interna es que toda noticia de corrupción es positiva si con ello
se debilita al rival político. Ahora bien, somos un país todavía poco internacionaliza-
do y deberíamos exigir mayor amplitud de miras para darnos cuenta del grave daño
que esto nos provoca en el exterior.
En primer lugar es falaz e interesado considerar que la divulgación permanente en
los medios es un elemento necesario para que las investigaciones criminales avan-
cen. Creo que no es cierto. Nuestros jueces de instrucción no necesitan para llevar
adelante su labor investigadora, que un periódico convierta esa labor en su principal
serial de cabecera durante meses. De hecho, lo que marca nuestra Ley de Enjuicia-
miento Criminal es exactamente lo contrario. Por lo tanto no se diga que la filtración
interesada, la versión sesgada o la interpretación creativa del medio, están al servicio
del buen fin de la justicia, porque esa auto-justificación es sencillamente falsa.
Sentado lo anterior, que el objeto diario de nuestros medios, sean los procesos pena-
les en los que se encuentran involucrados responsables públicos, nos genera un grave
daño en el plano internacional. Vivimos en un mundo enormemente globalizado
–cosa que con frecuentemente ignoramos en España– en el que el impacto exterior
de cualquier noticia en este sentido, nos daña de forma grave como sociedad. Daña a
nuestros profesionales, a nuestras empresas, a la propia posibilidad de recibir inver-
siones, a nuestra percepción exterior en términos de seguridad jurídica etc.
Vivimos en un mundo muy global pero las empresas, por muy implantadas en el
exterior que estén, siguen teniendo nacionalidad. Los prejuicios siguen existiendo en
las mesas de negociación, las personas siguen calificando a veces a otros por razón
de su procedencia y, mientras todo ello sucede, hay una sociedad muy ideologiza-
da, ensimismada y pacata, que ha decidido que su mayor divertimento y su mayor
timbre de gloria, es revolcarse diariamente en el fango de sus casos de corrupción
que blande ante el Mundo orgullosa, sin necesidad de esperar a que se pueda llevar
a cabo un juicio oral con las debidas garantías.
No podemos imaginar –y se de lo que hablo– el espectáculo regocijante que esta-
mos dando en Latinoamérica, dañando vínculos tradicionales y muy importantes
para nuestro país, convirtiéndonos en portada de los medios diariamente porque, por
ejemplo y este sería sólo un caso, un coimputado ha decidido que va a colaborar con
la justicia filtrando cada equis meses correos electrónicos a su disposición. Lo más
desconcertante de todo, y aunque potencialmente ese imputado si tiene esos correos
en su poder podría hacer desaparecer pruebas, es que encima se le consienta.