EL MÉDICO ESCOLAR EN ANDALUCÍA

 

Rafael Gamero García. Médico del Equipo de Orientación Educativa de Pilas (Sevilla), nos relata los orígenes, la evolución y la realidad actual del médico escolar en nuestra Comunidad.

 “Me he pasado una semana en el coche a la puerta del colegio, por si le pasaba algo a mi niña. No sé si un maestro sabría atenderla”. Me lo decía una madre cuando su hija volvió al colegio tras diagnosticarle diabetes tipo I.

Tengo un niño con convulsiones en mi clase. La familia me ha dado un medicamento para que se lo dé si tiene un crisis. ¿Qué he de hacer, Rafael?” era la pregunta de un maestro con un alumno con epilepsia.

“Ha venido al cole una alumna con mononucleosis infecciosa. La familia nos comunica que el pediatra le ha dicho que venga, pero no le ha dado ningún papel. A ver si se me van a contagiar todos los niños”, era la llamada de la directora de un colegio de mi zona.

Estas son algunas de las experiencias que he tenido a lo largo de mis treinta años de servicio en  la Junta de Andalucía como Médico Escolar. Sí, médico escolar. En Andalucía aunque quizás lo ignores, todos los centros públicos tienen un médico escolar de referencia que depende orgánica y administrativamente de la propia Consejería de Educación (y Deportes en la actualidad) y no de la de Salud. Esta singularidad no se da en ninguna otra comunidad autónoma de España ni en ningún otro país de Europa.    

Pero, empecemos por el principio, como decía mi abuela cuando le presentaba a un amigo: “Este niño ¿de quién es?”. Esta “criaturita” que tiene ya 33 años, nace en el curso escolar 1986/1987. Antes, la Ley de Integración Social del Minusválido de abril de 1982 establecía, en su sección 3ª, que todos los niños y niñas con “minusvalía” deben escolarizarse y recibir las atenciones adecuadas en el centro escolar.

En este curso 1986/1987 la Junta de Andalucía, en sus recién estrenadas competencia en materia educativa, crea los Equipos de Atención Temprana y Apoyo a la Integración (EATAI). Un psicólogo/a, un/a logopeda y un médico/a forman este equipo que tiene como función establecer programas de atención temprana a nivel local y apoyar a los centros escolares que escolaricen alumnado con necesidades educativas especiales (Centros de Integración). Cuando yo empecé a trabajar (1989) solo había cuatro en todo el Alto Aljarafe sevillano.

Los médicos, junto al resto del EATAI, atendíamos a niños y niñas de 0 a 6 años con discapacidad en los centros de atención temprana, y trabajábamos con la comunidad educativa de los Centros de Integración con programas específicos de reeducación motora y orientaciones sobre recursos y materiales.

Al principio de los años 90, va cambiando el concepto de integración escolar (alumnado con atenciones específicas en función de su discapacidad) a otro mas amplio: la inclusión.

Todos los niños y niñas son diferentes y necesitan una atención personalizada. Esto desenfoca un poco el trabajo del EATAI, y también del médico escolar. La actuación se generaliza, poco a poco, a toda la comunidad educativa. Los médicos escolares empezamos a intervenir en programas de promoción de hábitos de vida saludable y formación del profesorado y de padres y madres.

El Decreto 213/1995, de 12 de septiembre crea los Equipos de Orientación Educativa. Este decreto unifica los distintos recursos que existían para la atención del alumnado: Los Equipos de Promoción y Orientación Educativa (EPOE) que se encargaban de la orientación psicopedagógica; los Servicios de Apoyo Escolar (SAE) que atendían al alumnado con dificultades derivadas de las condiciones socio-económicas y los EATAI con las funciones descritas.

Este proceso que he descrito en un párrafo tarda en realizarse 8 años. Hasta julio del 2003 no se publica la Orden de organización y funcionamiento de los EOE.

En esta Orden se definen, por primera vez las funciones específicas del Médico escolar:

“Los médicos prestarán atención especializada al alumnado con discapacidad motora mediante la aplicación y desarrollo de programas personalizados, participarán en la evaluación psicopedagógica y en el desarrollo de las adaptaciones curriculares del alumnado con necesidades educativas especiales, promoverán programas de educación para la salud, colaborando en aquellos otros que se desarrollen en coordinación con otras administraciones y/o entidades, y llevarán a cabo el seguimiento del alumnado de educación infantil, al objeto de detectar y prevenir problemas de salud con incidencia en el desarrollo y en el aprendizaje.Además de las funciones comunes de asesoramiento, orientación y formación.”

Fundamentalmente el médico escolar del EOE desarrolla las funciones establecidas en la Orden mencionada:

  • En los programas de prevención en educación infantil valoramos distintos aspectos que puedan influir en el aprendizaje: A nivel sensorial, visión y audición; En el desarrollo, el peso y la talla; En aspectos de lenguaje, la función fonadora (boca, lengua y arcada dentaria); En aspectos de desarrollo, la psicomotricidad y la grafomotricidad.
  • Colaboramos con la comunidad educativa, como parte de la Comisión de Salud del Centro en los programas de hábitos saludables de la Consejería: “Creciendo en Salud” en Educación primaria y “Forma Joven en el Ámbito Educativo”, en Educación secundaria. También en las iniciativas a nivel local o con los Centros de Salud.
  • Participamos en la evaluación multiprofesional, con el resto del EOE, del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo colaborando en la elaboración del informe de evaluación psicopedagógica y el dictamen de escolarización.
  • Junto con el Equipo Orientación Educativa Especializado atendemos al alumnado con diversidad funcional en el área motora, determinando los recursos y las orientaciones que necesitan.

 

Pero además hemos tenido que responder con actuaciones nuevas a los distintos retos que se han ido planteando al sistema educativo en relación con el aspecto sanitario. Por ejemplo, el alumnado con enfermedad crónica en la escuela, con el consiguiente riesgo de crisis de salud urgente, nos obligó a desarrollar una estrategia que aunaba la orientación familiar y la formación del profesorado,  permitiendo una atención más segura del alumnado con esta características en el colegio. Los Protocolos de Atención Educativa al alumnado con Enfermedad Crónica en la Escuela, elaborados con la colaboración de las familias de afectados y los servicios especializados del SAS, tras nueve años de aplicación y con la segunda edición ya publicada, han demostrado su eficacia para reducir la angustia en familias y profesorado y permitir una escolarización mas segura.

La interrelación y la colaboración de los distintos servicios, en especial los sanitarios, y su creciente importancia en la atención escolar, nos ha convertido en una pieza fundamental de coordinación con los servicios sanitarios. La vida en el centro escolar, como en otros ambientes, tiene situaciones de riesgo y posibilidad de accidentes. Pero en los colegios se dan situaciones especialmente significativas. Por un lado la edad del alumnado y por otra la responsabilidad delegada de las familias en los maestros y maestras del centro hace especialmente importante que todo el personal del colegio esté formado en técnicas de primeros auxilios y soporte vital básico. Así los médicos escolares de Sevilla, dentro del programa de formación del Plan Nacional de Resucitación Cardiopulmonar, estamos formando al profesorado en estos temas con un programa específico en colaboración con los Centros de Profesorado.

Recurriré otra vez a las preguntas de mi abuela que, después de preguntarme “¿de quién es este niño?”, me decía “y ¿es bueno?”. La Asociación Española de Medicina y Salud Escolar y Universitaria nos otorgó el Premio por nuestra actividad en medicina escolar y la Delegación Territorial de Educación de Sevilla nos dio el Premio al Mérito Educativo en el curso pasado.

En la actualidad somos unos 150 empleados públicos al servicio de la comunidad educativa de Andalucía.


En el futuro no se podrá entender la educación sin una colaboración estrecha de profesionales de distintos ámbitos y perfiles profesionales en los que el médico escolar tendrá un papel importante, sobre todo con los nuevos descubrimientos en la funciones del cerebro y su implicación en el aprendizaje (neuro-educación).

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