RITUALES DE OTOÑO EN LA PROVINCIA DE JAÉN: DE LA TIERRA A LA MESA

Por Inmaculada Concepción Gómez Marín

Inspectora habilitada de la Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Jaén.

Nos muestra a través de distintos eventos celebrados en Jaén la trascendencia del rito para la cohesión social y como este enriquece a la Comunidad.

Ritual es una palabra con origen en el término latino ritus. Se trata de una costumbre o ceremonia que se repite de forma invariable de acuerdo con un conjunto de normas ya establecidas. Los ritos son simbólicos y suelen expresar el contenido de algún mito.El mito del rapto de Perséfone por Hades al ultramundo explica en la mitología griega el origen de las estaciones.

Cuando la diosa de la primavera baja al averno

el esplendor de la tierra se cubre de oscuridad y de invierno.

Pero antes de que los griegos llegaran a nuestra península, los íberos ya celebraban los rituales de los solsticios y de los equinoccios.

Fue el pasado 22 de septiembre en el que la noche tuvo la misma duración que el día, cuando se produjo el equinoccio de otoño. Hemos pasado a la estación de colores ocres y verdes intensos, rojos y amarillos brillantes. Es momento de la recolección de la vendimia, de la aceituna y de los frutos y frutos secos propios de la estación.

En el Oppidum íbero de Puente Tablas (Jaén) se ha vuelto a revivir el rito del equinoccio de otoño. Esta recreación se produce dos veces al año (en marzo el equinoccio de la primavera y en septiembre el de otoño).

En el ritual íbero del equinoccio de otoño, se simboliza un encuentro entre dos deidades, femenina y masculina, de la cultura íbera. La deidad femenina representada en la piedra, y por otro la divinidad masculina, el sol. El sol, al amanecer, ilumina la imagen de la diosa íbera simbolizando la unión con el dios sol.

El inicio de un nuevo ciclo agrícola y el fin se celebra en nuestros pueblos blancos de Andalucía con sus fiestas y rituales perpetuados en la comunidad para dar sentido y adaptarnos a las épocas de transición. Estas celebraciones suelen realizarse al final de la recogida de la cosecha de la temporada.

Aunque es sobradamente conocido que estas actividades altamente ritualizadas se dan en muchas zonas de Andalucía y de la geografía nacional, obviamente, en el tema que hoy nos ocupa me voy a centrar, sin ánimo de pretender ser exhaustiva, en su desarrollo en la provincia de Jaén que es donde he podido conocer y evocar algunos recuerdos relacionados con los rituales de otoño.

En sentido figurado, un ritual es algo que se realiza de manera habitual por su valor simbólico, como una rutina pero se hace de un modo especial, con una forma en particular de hacerlo, no siendo una acción cotidiana y rutinaria.

Existe un ritual que recuerdo desde que tengo uso de razón y que consiste en subir a la Sierra a “escuchar la berrea” en el mes de septiembre. Se trata de la berrea del ciervo en el Parque Natural de la Sierra de Andújar. El Parque abarca los municipios de Andújar, Baños de la Encina, Marmolejo y Villanueva de la Reina. La Sierra de Andújar es, debido a su amplia tradición cinegética, uno de los mejores lugares de España para disfrutar de este fenómeno natural que se inicia durante el mes de septiembre. Aunque esta costumbre también se da en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, naturalmente.

En la época de celo los venados braman (berrean) pelean con los otros machos para ser el macho alfa el que se quede con la mayoría de las hembras y así mejorar la especie. El potente sonido de las berreas y del estallido de la colisión de las astas de los machos inundan la Sierra dando lugar a un espectáculo sonoro y visual en el que cada vez es mayor la concurrencia de personas que tienen la ocasión de visitar el Parque por primera vez, o de gente que vuelve año tras año perpetuando el vetusto ritual.

 A la Sierra suelen subir grupos de amigos, familias o algún viajero curioso con el objeto de presenciar el magnífico espectáculo sensorial. Hoy en día además se ha convertido en un atractivo turístico organizándose viajes al Parque Natural Sierra de Andújar para presenciarlo.

Los rituales son prácticas sociales simbólicas que tienen por objeto recrear a la comunidad, reuniéndola en la celebración de un acontecimiento. El rito revive la cohesión del grupo y por lo tanto también contribuye a la construcción de su identidad.

En otoño son típicas las reuniones familiares y de amigos en el campo o en las viñas alrededor de una lumbre para degustar unas aderezas migas hechas con pan de pueblo y unas gachas dulces, especialmente en el Día de Todos los Santos.

Pasadas las fiestas de Todos los Santos y el día de los Difuntos, se celebra la fiesta de la matanza del cerdo, una antigua tradición familiar perpetuada en algunos pueblos de Jaén. En lugares como Quesada y aldeas de alrededores, Collejares, Don Pedro, Belerda y Tíscar. Valdepeñas, etc. se siguen celebrando. En este ritual que suele durar aproximadamente dos días, se juntan las familias para la elaboración de la matanza y ayudar entre todos. Los roles de género están muy diferenciados. Los hombres se encargan del sacrificio del animal, despiezarlo, salar los jamones y demás piezas. Las mujeres se dedican al resto de tareas como la preparación de aliños, cocer la cebolla, picarla, amasar chorizos, morcilla, butifarra y salchichón. Estos días suelen tener un ambiente festivo y de celebración, proveyendo a las familias de carnes y embutidos para todo el año.

Como bien es sabido, del cerdo se aprovecha todo, de ahí se elaboran chorizos, morcillas, butifarras, y demás embutidos, para consumirlos principalmente en la temporada de aceituna. Además, a partir de la manteca del cerdo se obtienen los típicos dulces navideños o mantecados o incluso algunas tortas u ochíos, como los sabrosos ochíos de Ubeda y Baeza o las típicas hojaldrinas de Alcaudete, un dulce de hojaldre con zumo de naranjas frescas, envuelto en azúcar glas y aroma a vino.

La celebración de los ritos pueden consistir en ceremonias, de carácter más o menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización correspondiente.

Desde octubre hasta febrero es época de Monterías. La montería en su modalidad de caza mayor en la que se cazan ciervos, gamos, jabalíes y ocasionalmente muflones, es una actividad muy ritualizada que propicia un amplio sentido de pertenencia de los participantes al grupo.

El Parque Natural de la Sierra de Andújar cuenta con numerosas fincas destinadas al deporte de la caza, una actividad que goza en estos parajes de Sierra Morena de enorme prestigio y tradición desde tiempos inmemoriales, Andújar es “ciudad capitalina” de la Montería. 

Este año ya se han suspendido algunas monterías debido a la situación de pandemia por la Covid-19, y en las que se están pudiendo realizar, se ha modificado parte del ritual, sin alterar la esencia del mismo, desde los sorteos del puesto, al rezo de la Salve Montera.

Esta es la versión corta de la Salve Montera:

«Dios te Salve, Virgen de la Cabeza, Reina y Madre de Misericordia, que desde las solanas del Jándula atalaya sois de las cumbres incómodas, Vida dulzura y esperanza nuestra, en la grandeza de vuestro altar serrano, que cierran en columnas de rocas enmontadas los peñones del Tapujar y del Rosalejo, sobre los azules retablos de la sierra Madrona.

Dios te Salve, Patrona de los viejos monteros, a ti llamamos Señora de las pedrizas y las umbrías, los desterrados de Eva que ven en vos la luz inmaterial que ilumina los riscos. A ti suspiramos, Patrona de los portillos y de las manchas, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, que a tus pies dividimos para Tu patronazgo en esos valles del Estena y del Bémbezar, del Bullaque y del Sardinilla, del Jándula y del Guadiana, que en el mapa de España mosaicos son de nuestra humilde ofrenda»

Las ceremonias y los rituales relacionados con la agricultura y la ganadería las viene realizando el ser humano desde épocas remotas. Rituales primitivos de carácter mágico destinados a lograr la multiplicación de los ganados, a obtener cosechas abundantes, y a corresponder de forma agradecida a los dioses por los beneficios recibidos.

La campaña de aceituna de este año ha comenzado con condicionantes e incertidumbre debido a la situación sanitaria de pandemia y el protocolo para evitar rebrotes de casos de la Covid-19, sin embargo, parece ser que los expertos prevén una buena cosecha este año debido a las lluvias de la primavera.

En este momento me viene a la cabeza un antiguo método usado especialmente en zonas rurales para predecir la meteorología. Me refiero a la tradición de pronosticar el tiempo anual a través de las Cabañuelas

Por asociación de ideas, traigo a colación el famoso calendario Zaragozano de publicación anual que incluye una predicción metereológica-astronómica no científica del tiempo para un año. El contenido del pequeño calendario viene indicado por el siguiente subtítulo: “Juicio universal meteorológico, calendario con los pronósticos del tiempo, santoral completo y ferias y mercados de España”.

Recuerdo ese librito perennemente apoyado en la mesita auxiliar del salón de mi abuela en el que diariamente ella podía consultar el tiempo y el Santoral. Años después lo adquirí por mera curiosidad de su contenido y porque me resultaba tremendamente familiar. 

En el otoño de este año estos son los aforismos que rezan las Cabañuelas:

Septiembre y marzo, ventoleros ambos

El tiempo de octubre loco, derrama de todo un poco

A primeros de noviembre, tu fuego enciende

Y en “el mes de la Pascua, se vive junto al ascua.

Cuando llega la campaña de la aceituna es tradición que se den prácticas conmemorativas  del ciclo anual del cultivo del olivo.  En estas prácticas se involucran familias y comunidad, ya que no solo se trata de trabajo per se sino de actos sociales ritualizados en los que se exaltan las tradiciones olivareras y se renuevan los lazos con estas comunidades.

El comienzo de la campaña de aceituna, la extracción del primer aceite del año y el remate de la campaña son algunos de los hitos vinculados al olivo que se festejan en distintos lugares de la provincia de Jaén. Por ejemplo, todos los años el 8 de diciembre se celebra en la localidad de Martos la fiesta de la aceituna en la que se conmemora el inicio oficial de la campaña anual de recogida de aceituna, con diferentes homenajes a los aceituneros, pregones y ofrendas florales y con la extracción del primer aceite de la campaña mediante métodos tradicionales.

Desde hace unos años, La Diputación Provincial de Jaén organiza la Fiesta Anual del Primer Aceite de Jaén con la que se conmemora el inicio de una nueva cosecha a la vez que se evidencia la excelencia del aceite de oliva virgen extra que se produce en la provincia. Una cita, en la que adquieren protagonismo los aceites tempranos y que en ediciones anteriores se ha celebrado en Baeza, Jaén capital, Andújar, Linares, Úbeda y Martos, y ha viajado hasta Valencia, Vigo, Bilbao, Hospitalet de Llobregat o Gijón. 

Este año, en su VII edición se celebrará de forma virtual según comunicado de la Diputación Provincial.

Aunque los rituales relacionados con las cosechas existen y han existido en otras partes del mundo desde antiguo, algunos de ellos pudieron haber dado lugar en países de habla inglesa al llamado Día de Acción de Gracias. Estas ceremonias especiales de Acción de Gracias son comunes entre casi todas las culturas después de las cosechas y en otras ocasiones.

Las fiestas del remate de la campaña de recogida de la aceituna es también una tradición ancestral que consiste en festejar por todo lo alto el final de campaña. Con el paso del tiempo se han sumado muchos municipios que, mediante el apoyo de las administraciones, pretenden recuperar esta tradición y potenciar cada zona de Denominación de Origen. Aunque tradicionalmente la fiesta del remate consistía en una invitación que los patronos hacían a los jornaleros. Como símbolo se utilizaba un pañuelo que uno de los trabajadores (elegido a suertes y generalmente era una mujer) echaba al hombro al patrón para que realizara una comida para todos los trabajadores. También se solía mantear al patrón y a los miembros de su familia.

Estas fiestas suelen celebrarse una vez concluida la campaña anual de recogida de aceituna en marzo o incluso en abril o en mayo. En la provincia de Jaén se celebra la fiesta del remate en la zona geográfica afectada por la Denominación de Origen Protegida de Aceite de Sierra de Segura todos los años a final del mes de mayo en una localidad diferente de la comarca cada año y en otros tantos municipios, como Andújar, Peal de Becerro, Sierra Mágina, etc.

Y para acabar en tono anecdótico, decir que es tanto es el arraigo del Olivo en la provincia de Jaén que en municipios como Guarromán celebran sus fiestas o ferias no bajo la advocación de un santo como es habitual en la mayoría de las poblaciones de la geografía española, sino dedicadas al Olivo, emblema de su tierra.

No en vano es conocida la enorme trascendencia religiosa y económica en la cultura mediterránea donde en la Antigüedad el Olivo y su cultivo estaba directamente conectado con la divinidad y al culto de deidades agrarias. En Grecia atribuían la invención del Olivo a Palas Atenea, la Minerva romana.

El rito y el mito, hemos comenzado esta disertación con Perséfone (diosa griega) o Proserpina (diosa romana) y hemos acabado con Palas Atenea y Minerva. Será la magia de los rituales.


Si te ha gustado este artículo, encontrarás más contenidos interesantes en nuestra sección CONOCE ANDALUCÍA

Y no dejes de ver qué tenemos publicado en los distintos números de EnRed@2.0.