Al abordaje de las competencias digitales

Desde los inicios de lo que sería Internet, allá por el año 1969, el empleo de la tecnología con la finalidad de conectar personas no ha hecho más que crecer. Hoy nuestro día a día está repleto de interacciones con el mundo digital y nuestra vida profesional, educativa o social nos demanda constantemente tirar de tecnología para informarnos, buscar soluciones, aprender, relacionarnos, disfrutar…

A diario surgen nuevas formas de expresión basadas en la tecnología, algunas de ellas son pasajeras, otras se imponen y se propagan a nivel mundial y así, cada poco tiempo, se adoptan soluciones de facto sin que las estructuras organizativas nacionales o supranacionales hayan podido aún regularlas.

Este espacio de diversidad que se ha generado ofrece a la sociedad actual infinidad de soluciones y, son tantas, que la mayor parte de las veces no somos conscientes de que la solución que estamos implementando está desfasada, superada y no estamos optimizando nuestro tiempo porque obviamos otras posibilidades. Es decir, el problema actual es que la oferta es ciertamente infinita, efímera, cambiante y, a veces, complicada de comprender.

Tal infinidad de soluciones tecnológicas, tanta diversidad, tanta innovación, nuestro torpe y lento aprendizaje en materia tecnológica (y aquí hablamos como parte de la denominada generación no nativa digital) nos hace sentirnos en continua amenaza de desconexión del mundo actual. Si no estás al día con el manejo de las últimas apps de moda o dejas atrás las actualizaciones necesarias para hacer trámites online que antes realizabas desde una ventanilla puedes quedarte fuera.

Para aprovechar todo ese caudal de opciones, ser capaces de elegir la mejor alternativa y, sobre todo, para poder ser críticos ante todo aquello que nos ofrece la sociedad actual, es fundamental tener un mínimo nivel de soltura en materia digital. Es necesario, pues, abordar cómo podemos adquirir y actualizar nuestras competencias digitales.

Desde el equipo que formamos el área Sociedad Digital, dentro de la Agencia Digital de Andalucía, trabajamos para propiciar la mejora de la competencia digital de la ciudadanía andaluza, de modo que ésta pueda aprovechar las oportunidades que la nueva sociedad le ofrece desde el punto de vista económico, social y ambiental.

El esfuerzo del equipo realizado hasta ahora en torno a las competencias digitales, y que parte del marco europeo de competencias digitales se ha centrado fundamentalmente en propiciar una herramienta para el diagnóstico individual de partida, que sirva a cada persona para situarse, para conocer cómo está su nivel de competencia digital. Este análisis de situación le servirá para iniciar un camino en el que progresivamente pueda ir ganando agilidad en su interacción con las nuevas tecnologías.

Con el diagnóstico la persona obtiene información sobre sus destrezas individuales.

Gráficas de un ejemplo de diagnóstico (clicar para ampliar).

A partir de aquí, y una vez que la persona ha podido identificar tanto sus destrezas y aptitudes en torno a la tecnología como sus carencias y opciones de mejora, nuestro desafío es ofertar un itinerario personalizado que sea capaz de orientar, acompañar y adaptar de forma dinámica la oferta formativa a las necesidades reales que demandan las personas en su vida y dedicación diarias. Es importante tener en cuenta que no todas las personas tienen que manejar todas las destrezas para su interacción digital diaria, el objetivo es aislar aquéllas realmente relevantes que permitan a la persona mantenerse enganchado al carro digital.

Captura del portal de formación.

La combinación de necesidades reales, resultado del diagnóstico y oferta formativa en la adecuada coctelera, permitirá obtener una propuesta de itinerario formativo personalizado que estará más cerca de las necesidades reales.

El itinerario, pues, busca dar respuesta a esas necesidades de la persona y servir de mejora en sus habilidades digitales, pero se quiere dar un paso más: Que la persona formada pueda obtener un certificado que acredite ese aprendizaje adquirido. Para ello, una plataforma de certificación permitirá evaluar y acreditar que la persona efectivamente ha logrado adquirir esos conocimientos.

Todo este proceso redundará en que seamos mejores digitalmente, estemos más cómodos con la tecnología, nos sintamos más seguros y, en definitiva, logremos una mejor inclusión en la nueva sociedad digital.