2021-10-08
Por Encarnación Sánchez Arenas.
Telefonista de la Delegación Territorial de Hacienda y Financiación Europea en Jaén.
“Me alcanza
la oscuridad de lo infinito,
mientras los días escuchan
los susurros del poema
y las enamoradas soñadoras
saborean el brindis del ocaso…”
“Arco de la alegría” de Turía Madjulín.
Con sabor
se paladea lo cristalino
de tus azúcares
dentro de un plato blanco
desde su porcelana tan crisálida.
Amanece con sueño tembloroso.
Anochece desde una vigilia,
desde pasos recónditos,
desde pulsos etéreos,
y vigila,
y examina,
y no apuesta,
y no calla.
Por muy poco
sumerjo mis pesares
en la red de la poesía.
Por muy poco
la noche deambula tan sonámbula
que no acierta la senda diestra
entre sus bambalinas.
Por muy poco
tus nubes sacuden las sombras
entre los nidos
de barro seco.
La rama de la higuera está medio quebrada. Algunas de sus hojas ya han caído a la acequia. Es mejor aterrizar sobre el barro de la huerta, en la que una lechuga todavía no está podrida. Pían unas crías en la rama aledaña, y su nido aún se mantiene erguido a pesar de la tormenta. En el carril hay también barro y ramas de juncos. El nido es compacto y rígido, su barro y hojas están completamente secos.
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