Lola López Falantes es funcionaria, aunque es mucho más que eso. Es una artista.
Licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla, especializada en Historia Moderna y Contemporánea, ha pasado la mayor parte de su trayectoria profesional en la Junta de Andalucía, como directora del Archivo Central de la Consejería de Presidencia, hasta que pasó a su puesto actual. Ahora lleva la secretaría de la Comisión Andaluza de Valoración de Documentos, adscrita a la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental de la Consejería de Cultura.
Es una mujer espléndida, con unas fotografías maravillosas. Para este artículo le hemos pedido que elija algunas de sus fotografías relacionadas con el mar, con ese con el que la mayoría de nosotros soñamos mientras que vamos a trabajar. Para estos días de calor, nos ofrece un soplo de frescor (tan necesario). Podéis seguir su trabajo en su blog https://lolafalantes.blogspot.com.es/ o bien en Instagram @lou_rouge o en su Flickr https://www.flickr.com/photos/lou_rouge/.
Os dejamos con ella para que os cuente un poco más:
Siempre me atrajo el mundo de la imagen. Desde pequeña me recuerdo dibujando, incluso en los márgenes de los cuadernos o entre mis apuntes (todavía lo hago en algunas situaciones, me ayuda a pensar). Desde hace unos quince años, me dedico a explorar el fascinante mundo de la fotografía, que me ha proporcionado asombrosas experiencias, bellos momentos y grandes amigos. Llegué a ella por el gusto de experimentar y crear imágenes y por mi otra gran afición, viajar.
Empecé en la fotografía de forma autodidacta, aprendiendo mucho de mis compañeros de rodaje en los colectivos a los que he pertenecido o pertenezco: “Fotógrafos sevillanos”, “Corpus Cámera” y “Objetivo Perfecto”. También he realizado varios cursos de especialización fotográfica (fotografía contemporánea, retrato…) y he acudido a talleres con fotógrafos de renombre, de gran inspiración para mí, como Anders Petersen, Ricky D’Avila o José Manuel Navia.
He participado en diversas exposiciones colectivas en Sevilla, Madrid, Roma, Jerez, Londres y Barcelona. Algunas de mis fotos han sido seleccionadas para participar en diversas ediciones del festival “PhotoEspaña”. He realizado dos exposiciones individuales, una en La Coruña, “Mil Palabras” (2018) y otra en Sevilla, “Desde mi azotea” (2021).
He sido un poco todoterreno en fotografía, he tenido mi etapa de foto de calle o streetphoto, de arquitectura, retratos y desnudos, hora mágica, panorámicas etc., siempre con un punto más personal y artístico que técnico o documental. Últimamente, utilizo las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para explorar algo que siempre se había hecho en fotografía: la doble o triple exposición. Antes se hacía volviendo a exponer un negativo donde ya había una foto tomada y ahora mezclando dos o más fotografías con los programas de edición.
Me encanta el mar, mirarlo, olerlo, pasear por la orilla, bañarme incluso con el agua fría, navegar en cualquier tipo de barco, aunque tengo especial debilidad por los veleros… Sí, el mar es un elemento recurrente en mis fotografías, sobre todo desde que tengo una cámara sumergible, que me permite hacer tomas debajo del agua que puedo utilizar para crear imágenes de doble o triple exposición al combinarlas con otras.
Le dedico bastante tiempo, aunque no todo el que me gustaría. Para la producción de las fotos bajo el agua necesito, básicamente, que sea verano y disponer de un modelo voluntario (agradezco la paciencia de mis amigos), y de aguas transparentes y suficientemente profundas como para cubrir y permitir moverse a la persona que fotografío. Puede ser en el mar o en una piscina. Lo complicado es mantenerse en el punto ideal para la toma ya que el agua te desplaza, sobre todo en el mar. A veces la imagen se escapa y hay que repetir, por eso decía lo de la paciencia.
Para combinar utilizo fotos tomadas en acuarios (medusas, peces, algas…) y paisajes o elementos que no he tomado con la cámara sumergible, pero que se prestan a la composición (nubes, flores, incluso edificios). La postproducción, que es elegir, mezclar y retocar las imágenes la hago en cualquier momento del año, solo depende de contar con suficiente tiempo e inspiración ese día.
La intención es lograr imágenes evocadoras, oníricas, de personajes míticos, que nos cuenten historias o transmitan sensaciones o emociones.
En la línea de trabajo que llevo me gusta hacer fotos de baile bajo del agua y luego mezclarlas. No tienen que ser profesionales, el agua da mucha ligereza a los cuerpos. Por otro lado, me gustaría disponer de las suficientes energías y tiempo para dar forma y visibilidad a este proyecto. Quizá mediante una exposición o una publicación, no lo tengo claro todavía.
Me hace mucha ilusión salir en la revista Enredados, esta vez por mi afición y no por mi desempeño profesional, muchísimas gracias.
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