Proyecto ONE: impulsando una estrategia metodológica colaborativa en Huelva

Desde hace años se viene completando y diseñando un variado programa de actuaciones para desarrollar las distintas temáticas y aspectos que preocupan en nuestra sociedad, tanto en los centros educativos como fuera de ellos.

Hace casi 30 años que programas como ecoescuelas y el ahora denominado Programa Aldea vieron la luz, de una forma muy diferente a la actual y desligados de la Consejería con responsabilidades en Educación, más ligados a consejerías con competencias en agricultura, sumados a casi treinta, de entonces, denominadas como actividades (actuales programas), diseminadas de diferentes consejerías, pero con posibilidad de colaboración con los centros educativos, reguladas por las Instrucciones de 15 de diciembre de 2005 sobre el reconocimiento de las personas encargadas de coordinar planes y programas en los centros educativos, un primer acercamiento al actual diseño.

En su máximo nivel de concreción, las actuaciones de los planes y programas abarcan desde la salud y la prevención a la seguridad vial, desde el medio ambiente y el consumo responsable hasta la lectura y las bibliotecas escolares, las conmemoraciones de hechos o personajes relevantes, el flamenco, etc. Todo ello agrupado por temáticas para facilitar su localización y desarrollado en portales educativos específicos.

Ya en 2012 se inicia un proceso de cambio y reflexión para unificar todas estas actividades que llegan a los centros en programas educativos reorganizados o clasificados en ámbitos, dando forma a las Instrucciones del 30 de junio de 2014, de la Secretaría General de Educación sobre Programas Educativos, en ellas se reestructura el, hasta entonces, funcionamiento y clasificación de los programas y aparece por primera vez la terminología Innovación Educativa, relacionada con los programas educativos, unida a la investigación; dos aspectos relevantes que han seguido siendo referentes de estos programas hasta la actualidad, ocho años más tarde.

Por primera vez se estructuran en tres niveles de complejidad de desarrollo, funcionamiento, organización y exigencia formativa, denominados P1, P2 y P3 en función de esa complejidad de mayor a menor, estableciéndose cuatro ámbitos:

• Ámbito de Comunicación Lingüística.
• Ámbito de Economía y Emprendimiento.
• Ámbito Medioambiental.
• Ámbito de Promoción de Hábitos de Vida Saludable.ç

A estos se han unido en la actualidad los Ámbitos de Programas Culturales y Ámbito STEAM.

Como propuesta culminante a todas estas actuaciones vinculadas a los planes y programas, desde diciembre de 2020 se está elaborando el Plan Estratégico de Innovación Educativa, un proceso participativo que pretende dar la más global de las respuestas a las necesidades y retos del sistema actual.

En este sentido, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional pone a disposición de los centros una serie de programas, como herramientas de innovación, que favorezcan un cambio educativo, con la incorporación de metodologías activas y participativas, apostando por nuevas formas de trabajo y de organización que den respuestas al proceso de cambio que vivimos.

Las respuestas a las nuevas demandas exigen innovación, adaptación a los cambios, flexibilidad…, etc. Es en esa búsqueda de respuestas donde surge la nueva oferta de Programas para la Innovación Educativa.

Programas concebidos como respuesta para estimular al alumnado y al profesorado en la necesidad de formación y adaptación a las nuevas exigencias sociales. Una forma de hacer las cosas que parte siempre del autoconocimiento de los propios individuos, genera un espacio de reflexión, fomenta el trabajo en equipo, la comunicación y la escucha e impulsa a la acción, a través de la creatividad, la iniciativa, el cálculo de los riesgos y la asunción del fracaso en el proceso. Son, en definitiva, proyectos de trabajo abiertos que ofrecen un marco de actuaciones susceptible de desarrollarse a lo largo del tiempo de diversas formas.

El diseño de los programas educativos ha tenido como referente las buenas prácticas desarrolladas en los centros docentes andaluces en los diferentes ámbitos, con la idea de que sirvan para replicar en el mayor número de centros aquellos modelos de éxito.

Así pues, los programas, como herramientas para la innovación, se han revelado en Andalucía como una fórmula que está incentivando a muchos centros a comenzar a recorrer este camino. Una estrategia que ha permitido acompañar a los centros en este hermoso proceso, ligada siempre al proyecto educativo del centro, a través de los planes de actuación o proyectos anuales, compartida y vinculada al currículo. Adaptada al contexto, flexible y promotora de actuaciones creativas y originales que se ajustan a la realidad de cada centro para transformarlo.

Es una estrategia que ha sabido adaptarse a los cambios, reinventarse y crecer curso a curso con las propuestas enriquecedoras de los docentes participantes. Para ello, han sido claves los Equipos de Coordinación Pedagógica, integrados por docentes que conectan a la Administración con las necesidades y expectativas de los centros. Además de contar con toda una red de apoyo para acompañar a los centros, formada por personal técnico de los servicios centrales de la Consejería, responsables en las delegaciones territoriales y Equipos de Coordinación Pedagógica (ECP).

Sin olvidar tampoco a los CEP que asesoran en el Plan de Formación vinculado al desarrollo de los Programas para la Innovación Educativa, que permite la interacción de todos los docentes participantes y el acceso a las buenas prácticas en cada uno de los ámbitos, con el asesoramiento de la Red de Formación por zonas educativas.

En el actual escenario educativo es más patente aún la necesidad de innovar, de reinventarse, de buscar nuevos caminos de la mano de nuevas metodologías, de nuevos recursos, de experimentar diferentes conexiones del currículo con la realidad, de construir nuevas fórmulas educativas que permitan al alumnado ser más autónomo en su proceso de enseñanza-aprendizaje, de abrir rendijas que ayuden a romper los muros del aula, haciendo posible la creación de proyectos interdisciplinares e incorporando nuevos lenguajes (audiovisual, computacional, etc.), al tiempo que favorezcan el desarrollo de la creatividad y la implicación de las familias, dotando así a los proyectos de los centros de un gran potencial innovador.

Esta concepción procura dar respuesta al Marco Estratégico del Consejo de Europa “Educación y formación 2020” (incrementar la creatividad y la innovación en todos los niveles de la educación y la formación) a la Agenda 2030 en cuanto al ODS 4 (Este objetivo busca garantizar que todos los niños y niñas cursen una educación primaria y secundaria gratuita para el 2030) y al nuevo marco normativo de la LOMLOE.

Los Programas para la Innovación Educativa permiten ofrecer una respuesta ordenada y coherente a las necesidades de los centros educativo y se estructura en torno a cinco ámbitos para el curso 2022/23