Jacobo Santos Fernández
Asesor Técnico
Sv de Gestión Forestal Sostenible.
Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad.
Motivación, conocimiento y formación.
Todo desempeño del puesto de trabajo requiere de conocimientos y motivación. Ambos, bajo mi punto de vista, están unidos de tal forma que la motivación hace crecer el conocimiento, y sin los conocimientos podemos ser pasto del desánimo, o puede que la motivación ni siquiera aparezca.
Afortunadamente, son dos factores que, dentro de nuestras posibilidades, podemos mejorar y gestionar sin necesidad de ser expertos en nada especialmente técnico ni complicado.
Los conocimientos ya sean técnicos, de comunicación, de diseño. etc, se pueden adquirir en el propio ámbito laboral. Y, además, contamos con el apoyo de acciones formativas que mi experiencia me dice que son muy útiles.
El hecho de que cada uno tengamos un conocimiento o una combinación de ellos, que es única y que estamos rodeados de personas que son fuente de motivación, inspiración y conocimientos propios, convierten el proceso de mejora e innovación en el trabajo en algo diferente cada vez, lo que constituye en sí mismo una motivación.
Llegados a este punto, yo, que había empezado a escribir con la idea de mostrar las oportunidades que nos da la formación para mejorar en nuestro trabajo con un ejemplo específico de mi puesto, aunque mi mente se está yendo un poco por las nubes (es lo que tiene la motivación), voy a ceñirme al plan previsto y voy a contaros con un ejemplo la importancia que tiene la combinación de motivación, conocimiento y formación.
Motivación
Mi trabajo se desarrolla en la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, en concreto, en el Servicio de Gestión Forestal Sostenible, ubicado en la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad.
Una de mis funciones principales es la elaboración de tablas con los Programas Anuales de Aprovechamientos en Montes Públicos. Los Programas se aprueban anualmente y recogen todos los aprovechamientos de los montes públicos de Andalucía, que son muchos: madera, corcho, esparto, retama, hongos, plantas aromáticas, piña, acebuchina, algarrobas… la lista es larga.
No es algo complicado pero sí requiere mucho tiempo, ya que los planes se aprueban anualmente por provincia lo que da lugar a ocho tablas más las modificaciones que se puedan aprobar.
Es algo que, por lo tanto, se puede mejorar, tanto en el proceso de elaboración, que es algo laborioso, como en el producto final.
Con la necesidad surge la motivación, que en mi caso es mejorar las tablas de los planes para hacerlas más rápido, ganando tiempo para otras tareas.
Lo primero es preguntar en tu entorno. Esto te permite detectar más necesidades, ordenar las ideas, recabar información que puede ser fuente de inspiración y buscar aliados. En este proceso de preguntar y escuchar es importante detectar si existen más necesidades relacionadas con este proceso y, con ellas, más aspectos que mejorar.
En el caso particular que nos ocupa, sí las había: el sistema necesitaba una actualización de los procedimientos de tramitación en su conjunto, algo a lo que no había prestado atención antes, ya que me ocupo de procesar la información y no de tramitar los aprovechamientos forestales.
Esto es lo mejor que nos podía pasar. Más necesidades significan más motivaciones y el margen de mejora, con el mismo esfuerzo, es mayor, permitiendo tener mejores resultados.
Conocimiento
No debemos entender el conocimiento como algo técnico que en muchos casos responde al ejercicio de tareas individuales que nos puedan resultar gratificantes . En el caso que nos ocupa el conocimiento que se demostró como algo fundamental fue el relacionado con la comunicación y el desarrollo de productos.
La comunicación ha permitido detectar las necesidades y contactar con las personas y servicios que tienen las capacidades, el saber – hacer y las competencias para dar respuesta a las necesidades detectadas. El desarrollo de productos permitió trasladar eficazmente el conocimiento y las necesidades al flujo de trabajo.
La formación
En este proceso, y a poco que uno eche la vista atrás, la formación se ha mostrado como un elemento fundamental que nos ha dotado de las herramientas que permiten el desarrollo del trabajo diario con mayor garantías.
La formación en gestión del conocimiento en mi caso ha supuesto abrir la mente, entender que identificar el conocimiento y gestionarlo es una herramienta que sirve para obtener un producto, una mejora.
Descubres que hay diferentes tipos de conocimiento y empiezas a preocuparte por complementar aquellas parcelas que más te motivan. El conocimiento es colectivo por lo que las soluciones a tus necesidades probablemente estén en un grupo de personas que, además, posiblemente estén cerca de ti.
El catálogo de acciones formativas ofrecido por el IAAP es muy amplio e incluye algunas que puede que pensemos que no tienen una relación directa con el trabajo que desarrollamos. Sin embargo, los cursos sobre trabajo en equipo y clima laboral, resultan útiles en cualquier puesto de trabajo. Las Metodologías Ágiles facilitan la incorporación de la visión del largo y corto plazo en la organización de trabajo.
La formación y el conocimiento no quedan limitados en los ejemplos anteriores. Hay acciones de formación más específicas, como “Entorno de programación en R” y “Gestión de Bases de Datos Relacionales”, que me han dotado de las herramientas específicas para realizar tareas esenciales y me han permitido mejorar las publicaciones de los Programas Anuales de Aprovechamiento, que era la historia sobre la que quería hablar al comenzar a escribir.
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