Cascamorras. Donde la fe y la pasión se tiñen de negro

Rosa María Pérez Barajas 

Auxiliar Administrativo
IES Pablo Picasso 
Málaga

“Accitanos, la misión ha fracasado. Redimidlo, castigadlo. Sin daño, solo pintura y agua para el Enviado”.

Baza, Guadix. Dos ciudades vecinas enfrentadas por un antiguo litigio religioso. Fe y pasión. Fuerza y estética. Óleo negro y rojo almagre. Tradición y fiesta se dan la mano en un ritual milenario.

Éstas son las señas de identidad de una celebración tan insólita como única, que cuenta ya con más de 500 años de antigüedad. Siendo a día de hoy, una de las fiestas vivas más singulares del antiguo Reino de Granada. El “Cascamorras” fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2006, y Fiesta de Interés Turístico Internacional en 2013.  Es sin duda una muestra más de la riqueza del patrimonio cultural de los pueblos andaluces.

Fotografía de Ricardo García

El día señalado para esta antigua y tradicional fiesta es el 6 de septiembre. Fecha en la que Baza y Guadix se disputan la custodia de la Virgen de la Piedad.

La ciudad de Guadix envía a su más valiente emisario con un importante encargo, llegar limpio e inmaculado hasta el Convento de la Merced de Baza, donde se encuentra la citada Virgen de la Piedad. Este enviado es conocido como “el Cascamorras”. Si consigue tener éxito, podrá llevársela.

Pero no será una hazaña fácil de realizar. Los bastetanos se lo impedirán, todos ellos untados de óleo negro  y batiendo sus banderas, persiguiéndole como una gran marea color azabache por el cerro de Las Arrodeas y tiznando de negro la piel del Cascamorras y del tamborilero que le acompaña.

Tras el fracaso que le acontece año tras año en su cometido, el Cascamorras vuelve a Guadix, donde el día 9 de septiembre responderá ante su pueblo, en una comitiva que recorrerá las calles hasta llegar al puente del Río Verde, donde será despedido por los accitanos. 

Cerro de Las Arrodeas, Baza. Fotografía de Lola Navarro.

Historía del Cascamorras

Esta tradición data de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, tras la reconquista de Granada por los Reyes Católicos. Como ocurre en muchas ocasiones no existe una única versión de la historia, pero la versión más extendida es la que cuenta que Juan Pedernal, agricultor vecino de la ciudad de Guadix,  estaba trabajando en tierras bastetanas cuando en su labor descubrió la imagen de la Virgen de la Piedad. Este hecho provocó un litigio religioso entre las dos ciudades, resultando ganadora la ciudad de Baza, donde residiría la talla de la Virgen, aunque la Justicia otorgó un único día al año para que los vecinos accitanos disfrutasen de ella, llevándola a su pueblo para dedicarle los cultos religiosos.

Es en este momento cuando surge el conflicto entre las ciudades vecinas. Los ciudadanos de Guadix,  liderados por Juan Pedernal (el primer “Cascamorras”), se dirigen hacia Baza para reclamar la imagen de la Virgen de la Piedad. Los bastetanos les reciben con mamporras, negándoles el privilegio que la Justicia les había concedido. Cuando la comitiva, tras su fracaso, volvió a Guadix, sus convecinos, desolados, les recibieron de la misma forma.

Fotografía de Moises Gallardo

El futuro de esta fiesta, que ya ha cumplido más de 500 años, está en las manos de los jóvenes entregados que con sus ganas y su alegría, hacen que estas antiguas tradiciones se mantengan vivas durante tanto tiempo, como lo aprendieron de sus padres y enseñarán a sus hijos.

Las fotografías de este artículo son originales de:

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