Escenarios de guerra “por todo lo alto”

Ignacio Henares Civantos,

Asesor Técnico,
Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.

Trincheras, nidos de ametralladoras, refugios, puestos de mando y de tiro… numerosos restos de la ‘guerra civil’ forman parte de un interesante itinerario por las cumbres de Sierra Nevada.

Búnker en la Loma del Mulhacén

Aunque ‘la gran montaña mediterránea’ es especialmente famosa por su paisaje invernal cubierto de nieve, los meses de verano son una estupenda oportunidad para disfrutar de recorridos por sus cumbres y así poder descubrir la extraordinaria diversidad vegetal que atesora, con más de un centenar de especies exclusivas, entre ellas auténticas joyas botánicas como la amapola y la violeta de Sierra Nevada, o la emblemática estrella de las nieves.

También la época estival es propicia para observar múltiples detalles geomorfológicos que nos ‘hablan’ del modelado de origen glaciar del singular paisaje nevadense, con sus lagunas y lagunillos, morrenas, rocas aborregadas…

Pero invitamos desde estas páginas a aprovechar una eventual visita veraniega para huir del calor, que recomendamos a todos los andaluces, para acompañarla de una dimensión más curiosa ligada a las huellas de la Guerra Civil que nos permite imaginar cómo debió vivirse en este particular ‘frente’.

Las 'Posiciones del Veleta' fueron fueron un lugar estratégico durante toda la "guerra in-civil"

UN FRENTE DE ALTURA

La Sierra Nevada occidental, estuvo partida en dos por la línea del frente de guerra que se extendía por el norte hasta conectar con la vecina Sierra de la Alfaguara, ahora parte del Parque Natural Sierra de Huétor, y por el sur hasta la costa granadina. El Pico del Mulhacén, techo de la península con sus 3.478 metros de altitud, fue enclave republicano durante los tres años que duró la contienda mientras que el Picacho del Veleta, por su parte, fue ‘zona nacional’ gran parte del tiempo.

El frente de Sierra Nevada fue secundario ya que ambos ejércitos se concentraron en la toma (o defensa) de Madrid, y en las batallas de Cataluña y Levante. En todo caso, sí tuvo una gran importancia estratégica, y se mantuvo la pugna en la línea divisoria durante toda la contienda, con diferentes avances y retrocesos esporádicos lo que provocó la realización de numerosas construcciones o el aprovechamiento de las existentes por parte de las tropas de ambos bandos.

Aún quedan numerosos testimonios que nos informan de las circunstancias en las que se libró la Guerra Civil en este contexto serrano. La mayor parte de esas construcciones se encuentran en estado ruinoso por el paso del tiempo aunque aún así, nos pueden dar una idea de cómo fueron aquellos años en esta zona de alta montaña y de las penalidades que sufrieron, guerra aparte, aquellos soldados en las duras condiciones de la Sierra, aislados y con precarias comunicaciones. En invierno, mal equipados, soportando la nieve, el frío y las ventiscas; en verano, por el contrario, castigados por el calor y la fuerte radiación solar, en una zona sin arbolado que les protegiera, la guerra debió de hacerse larga y penosa.

El primer refugio montañero de Sierra Nevada sirvió también para guarnecer a las tropas

Aún se habla en muchos pueblos de las penurias que pasaban los soldados en la Sierra, destacando lo que sufrieron los “moros” regulares de Ceuta que lucharon en el bando de los sublevados en las lomas de Cáñar y Soportújar, acostumbrados a otras condiciones muy diferentes, o las que pasaron los soldados de la XIII Brigada Internacional del Ejército Republicano, la mayor parte procedentes del norte de Europa, que tuvieron que ser retirados de Sierra Nevada por las duras condiciones que soportaron durante el invierno del 37.

La alimentación se basaba en el ganado requisado por los pueblos y cortijadas, y en una considerable proporción, en conservas. Dando una vuelta por los alrededores de los principales escenarios de la guerra es fácil encontrar antiguas latas de sardinas, de carne asada o de leche condensada, de diversa procedencia: portuguesa, argentina o española.  Se cuenta que los soldados, conocedores de la existencia de las famosas ‘papas de la sierra’ enterradas en hoyos, las buscaban de noche y que alguna vez coincidieron soldados de los dos bandos en el mismo hoyo, y se repartieron el ‘botín’ sin mayores consecuencias.

En todos los frentes se fuma”. A lo largo de todo el frente granadino, en poblaciones situadas en el límite entre republicanos y sublevados, se cuenta como los soldados intercambiaban tabaco por papel de fumar; el primero se producía en la Vega de Granada, zona nacional, y el papel en Alicante, que resistió la sublevación fiel al gobierno republicano hasta el final de la Guerra Civil. Los niños eran los encargados de realizar el trueque, pues se confiaba en que a nadie se le ocurriría hacerles ningún daño.

CONSTRUCCIONES DE GUERRA

Los numerosos restos existentes de construcciones revelan el importante contingente humano que estuvo presente en la Sierra durante la Guerra Civil. La mayor parte de esas construcciones se realizaban a base de ‘lajas’ recogidas en la zona aunque se pueden observar en algunos lugares, restos de ladrillos de arcilla así como placas de fibrocemento para la techumbre.

Puesto de vigulancia en la cumbre del Mulhacén

El perímetro de la posición, estaba rodeado de alambradas, de las que ya no quedan ningún resto, probablemente debido a su valor en los años de la posguerra; esta misma causa provocó la desaparición de las cubiertas de muchas edificaciones, especialmente en los lugares más accesibles.

Las trincheras eran excavadas sobre el terreno cuando este lo permitía; en otras ocasiones eran realizadas a base de muretes de lajas y sacos terreros.

Trincheras en el Alto del Chorrillo

Las construcciones que han resistido y que todavía podemos observar son muy variadas: trincheras, refugios subterráneos, observatorios, puestos de tirador, ‘casamatas’, parapetos, muretes de piedra, etc. En algunos puntos se observa como las rocas existentes en el lugar, sirvieron de parapeto natural, en otras ocasiones, se utilizaron cortijos, refugios forestales y otros edificios ya existentes, como las instalaciones utilizadas en el Mulhacén para el enlace geodésico entre Europa y África en 1879.

Posición defensiva en Loma Púa

Antonio José Ramos, guía-intérprete del Espacio Natural Sierra Nevada, diseñó una singular propuesta que se suma a la variada oferta de senderos de Uso Público de este espacio protegido. El itinerario conecta las dos vertientes de Sierra Nevada y une a todos los atractivos de la alta montaña nevadense, (extraordinarias panorámicas, circos y lagunas de origen glaciar, una flora y fauna exclusivas…), el aliciente de conocer diferentes escenarios en los que se libró una batalla por mantener los frentes en la Guerra Civil española que tuvo lugar entre el verano del 36 y la primavera del 39 del siglo pasado.

El itinerario pasa por el Mulhacén y el Veleta y atraviesa diferentes construcciones que dan testimonio de la dureza del enfrentamiento, agravado por las hostiles condiciones de la alta montaña que tuvieron su punto álgido en el duro invierno, frío y con numerosas precipitaciones, del año 37.

Discurre entre el albergue universitario, en la Hoya de la Mora, y la localidad de Capileira y puede apoyarse en los microbuses del Servicio de Interpretación de Altas Cumbres, tanto en la vertiente norte como en la sur. El tramo entre las ‘Posiciones del Veleta’ y el ‘Alto del Chorrillo’ debe realizarse a pie, a través del Collado de la Carihuela para pasar a la vertiente sur y avanzar por la pista que conecta con la Alpujarrra, pasando por el refugio guardado del Poqueira. También puede realizarse en el sentido inverso, arrancando desde el Barranco del Poqueira. En total unos 15,5 kilómetros que pueden recorrerse a lo largo de una jornada completa.

Mirador de Puerto Molina, unas instalaciones reconvertidas para el Uso Público

Topónimos relacionados con la guerra civil:

En la vertiente norte: Güéjar-Sierra/Jérez del Marquesado: Cerro de las Balas, Piedra de los Soldados, Hato de los Soldados, Collado de la Trinchera, Los Parapetos, Casilla de los Rojos.

En la Alpujarra: Loma de Las Matanzas, Casilla de Los Moros, Cortijo del Combate, Cortijo de la Hoya del Capitán, El Fortín, Cerro de Los Cañones.

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