Rosa Pérez Barajas
Auxiliar administrativo
IES Pablo Picasso
Málaga
Entre los planes que os proponemos para este verano no podía faltar uno para los amantes de la naturaleza, un paseo nocturno por el paisaje kárstico del Paraje Natural del Torcal de Antequera. Un lugar tan impresionante como mágico, donde podremos disfrutar en las noches estivales de la lluvia de Perseidas o “Lágrimas de San Lorenzo”, como se conocen popularmente debido a la festividad religiosa de San Lorenzo, cuya muerte se conmemora el día 10 de agosto.
Las Perseidas son visibles durante todo el verano, aunque su momento álgido es alrededor de los días 10-13 de agosto, siendo en ese momento más visibles y abundantes.
Existen en Andalucía muchos lugares ideales para verlas, siempre alejados de núcleos de población grandes, donde la contaminación lumínica nos impediría disfrutar de esta joya que año tras año nos ofrecen nuestros cielos.
En esta ocasión os propongo verlas desde el Torcal de Antequera, un entorno privilegiado donde la naturaleza nos deleita con su belleza, creando monumentos naturales de formas imposibles. Regalándonos un paisaje único, que bien podría pertenecer a otro mundo. El silencio de la noche envuelve este lugar en un halo de misterio y magia, capaz de cautivar los ojos del observador más exigente.
Podemos empezar el día realizando una ruta de senderismo, con visita guiada o a nuestro aire, en este último caso mediante alguna de las Rutas de Uso Público señalizadas que existen en el Torcal. Estas son:
- Ruta Verde: sendero circular de 1,5 km, baja dificultad y con un tiempo estimado de realización de 45 minutos.
- Ruta Amarilla: sendero circular de 3 km, dificultad media y con un tiempo estimado de realización de 2 horas.
- Ruta Naranja: camino lineal de ascenso con un nivel pronunciado y que discurre por asfalto desde el parking inferior (situado en la entrada de El Torcal) hasta el parking superior (junto al Centro de Visitantes El Torcal Alto).
Y después, tras un merecido descanso, simplemente buscaremos un lugar tranquilo donde podamos tumbarnos a observar en silencio este espectáculo que nos regala la naturaleza, haciéndonos sentir parte de ella, mientras el sol va cayendo y la inmensidad de la noche nos envuelve. Dejando volar nuestra imaginación tras el halo perlado que dibujan en el cielo las Perseidas. Rocas incandescentes que cruzan el infinito desde el origen de los tiempos, esperando a que nosotros las veamos.
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