Milagros Alzaga García
Responsable del Centro de Arqueología Subacuática
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
Cádiz
En la encantadora playa de La Caleta en Cádiz, donde las olas narran historias de antiguos navíos y la brisa marina susurra secretos del pasado, se alza un santuario dedicado a preservar el legado sumergido de nuestra historia: el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. Este centro, orgullo de Andalucía y joya de la investigación, tiene su sede en el histórico Balneario de la Palma y el Real, un lugar donde la historia y la modernidad convergen.
Hoy tenemos el privilegio de presentar a la responsable de este centro, Milagros Alzaga García, quien nos va a desentrañar las funciones y actividades de esta institución.
Milagros, es un placer tenerte en este número de la revista, que consideramos además mucho más especial por contar con su presencia y ofreciéndonos la posibilidad de contar con su visión sobre esta interesante a la par que desconocida institución. ¿Podrías contarnos las funciones, a grandes rasgos, que se llevan a cabo?
Desde el momento en el que se inauguró el Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH-CAS), en el año 1998, su personal ha realizado diversas actividades enfocadas en la investigación del patrimonio cultural subacuático a través de cuatro principales líneas de trabajo:
- Documental, analizando información de archivos históricos, cartografía y bibliografía relevante.
- Arqueológica, recopilando testimonios orales sobre posibles restos arqueológicos, hallazgos fortuitos, así como realizando intervenciones arqueológicas subacuáticas mediante prospecciones -geofísicas o por medios tradicionales buceando-, excavaciones y sondeos, así como el posterior estudio que se lleva a cabo en laboratorio.
- Conservación, mediante la preservación de este delicado patrimonio.
- Aplicación de ciencias experimentales, de tal forma que se integran conocimientos de diversas disciplinas obteniéndose una mayor información sobre este patrimonio.
Una vez logrados estos datos, tenemos la responsabilidad de divulgarlos y difundirlos.
Por último, también hay que destacar que nos dedicamos a formar profesionales en esta disciplina.
En cuanto a la investigación, ¿qué proyecto o proyectos destacarías?
El primer proyecto que pusimos en marcha fue la “Carta Arqueológica Subacuática de Andalucía”, un proyecto que tuvo su inicio en el año 1998 y que nunca finalizará pues el objetivo principal que se pretende con su ejecución es la localización e identificación de los yacimientos arqueológicos ubicados, tanto en las aguas que bañan la comunidad autónoma de Andalucía, como en sus aguas continentales. De esta forma, se consigue crear un catálogo de yacimientos lo más completo posible, que se integra en los sistemas de información del patrimonio histórico de Andalucía, facilitando el establecimiento de medidas específicas encaminadas a la protección y conservación de estos yacimientos, así como al desarrollo de futuras estrategias de investigación.
Dentro de los proyectos de colaboración habría que destacar:
- Proyecto Tecnología LIBS subacuática. Investigación, desarrollo y aplicación al estudio de materiales arqueológicos sumergidos.
Proyecto de investigación que fue concedido en el marco de los Proyectos de Excelencia 2011 y que se ejecutó en el marco de un Convenio de Colaboración entre la Universidad de Málaga (Departamento de Química Analítica) y el IAPH. Planteaba el desarrollo y aplicación, por primera vez, de una nueva técnica basada en láser para la caracterización in situ de materiales subacuáticos de interés patrimonial, de tal forma que posibilita realizar un análisis cuantitativo de la composición química de estos restos arqueológicos sin necesidad de extraerlos y con una afección mínima sobre los bienes. - Proyecto Carabela.
Con este proyecto, el IAPH-CAS en colaboración con el Centro de Reconocimiento de Formas y Tecnologías del Lenguaje (PRHLT) de la Universidad Politécnica de Valencia, realizó una propuesta experimental que buscaba resolver, a través del empleo de la inteligencia artificial, uno de los grandes problemas que se plantea a los investigadores que trabajan sobre fondos de archivos históricos manuscritos: localizar entre millones de documentos aquellos que son de interés para su estudio. Con este proyecto se ha demostrado que el empleo de la inteligencia artificial, a través de técnicas de reconocimiento de caracteres, permite localizar, con una eficacia de más del 90%, documentación específica sobre naufragios históricos y otros registros de interés almacenados en un fondo documental experimental -de 125.000 documentos-, creado aleatoriamente con legajos del Archivo General de Indias y el Archivo Histórico Provincial de Cádiz.Este proyecto, con dos años de duración (2018-2019), estuvo financiado por la Fundación BBVA y obtuvo, en 2021, el Premio Iniciativa/Empresa de la Sociedad Geográfica Española.
Respecto a aquellos proyectos liderados por el IAPH en los que el CAS ha participado o participa, destacan igualmente dos:
- Proyecto ARQUEOMEMES “Avances e innovaciones en métodos, técnicas y análisis experimentales aplicados al patrimonio arqueológico orgánico: paleobiología, genética y arqueometría en medios terrestre y marino”.
Proyecto frontera de la Junta de Andalucía P18-FR-2100, liderado por el IAPH a través de su Laboratorio de Paleobiología y que finalizó el año pasado.
Fue diseñado para responder a dos cuestiones principales:- Ensayar distintas técnicas y metodologías extraídas de las ciencias experimentales (biología, química, física, geología, paleontología) en los materiales orgánicos conservados en los depósitos excavados procedentes de yacimientos arqueológicos de Andalucía.
- Proponer metodologías, protocolos y guías técnicas de apoyo para la planificación del uso de las ciencias experimentales en los proyectos arqueológicos, dentro de la multidisciplinariedad.
- VESTIGIUM “Arqueología y paleobiología intermareal. El patrimonio en las playas de Cádiz como motor económico y de participación social”.
Proyecto I+D+i del Plan Complementario de Ciencias Marinas y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, aprobado el 22 de diciembre del 2023 y que finalizará en el año 2025. Está liderado por el IAPH a través del CAS y tiene como finalidad investigar, proteger, conservar y difundir el patrimonio en varios tramos costeros de la provincia de Cádiz como motor económico y de participación social.Se contempla desarrollar modelos en 3D de cada uno de los sitios arqueológicos y recrear la situación en la que se encontrarían, además de ampliar el conocimiento con mapeos mediante drones con sensor lídar, geofísica marina y terrestre, así como dataciones por radiocarbono 14, termoluminiscencia y análisis de biología molecular.
Al ser el patrimonio cultural subacuático y el natural una fuente importante de identidad, así como un recurso económico para la economía azul, en el proyecto se considera imprescindible establecer un vínculo significativo con la sociedad haciéndola partícipe del conocimiento y de la importancia de la conservación de nuestro pasado. También se considera imprescindible hacer partícipe, desde su gestación, a los emprendedores del sector turístico, ya que serán ellos quienes lleven a cabo las rutas turísticas diseñadas en el proyecto y quienes fomenten la concienciación sobre la protección de estos bienes culturales.
De las actuaciones subacuáticas, tenemos constancia de que habéis realizado varias intervenciones en la Bahía de Cádiz, un lugar históricamente estratégico para la navegación y el comercio. ¿Qué es lo interesante que habéis hallado?
Como dices la Bahía de Cádiz ha sido, a lo largo de la historia, un lugar estratégico entre dos mares y punto de comunicación entre continentes. Esta ubicación ha hecho de la Bahía un área de intenso tráfico marítimo y asentamientos a lo largo de la historia, que nos ha dejado tanto numerosos naufragios como la presencia de restos arqueológicos sumergidos de diversas épocas. Esto es algo que podemos ver en los estudios de las fuentes documentales que hemos llevado a cabo y que han proporcionado información relevante sobre 535 naufragios históricos en estas aguas.
La presencia de restos fenicios, romanos, medievales, modernos y contemporáneos son muestras de la importancia histórica de esta zona.
No debemos olvidar tampoco los combates navales que tuvieron lugar en estas aguas entre los cuales hemos realizado un estudio documental y arqueológico de la Batalla naval de Trafalgar que ha permitido localizar en aguas de San Fernando (Cádiz) los restos de un naufragio que se corresponden con los del navío de línea francés “Fougueux”; mientras que los hallados en el Bajo de Chapitel, frente a la ciudad de Cádiz, se relacionan con el buque insignia de la combinada franco-española, el navío de línea francés “Bucentaure”.
Ha sido también muy importante la labor que se ha llevado a cabo para proteger el patrimonio cultural subacuático tanto de las actividades ilícitas -expolio- como de las legítimas -como son las grandes obras que se realizan en el medio acuático y que habrían podido llegar a provocar, si no se hubiesen establecido mecanismos de control, la pérdida paulatina de este patrimonio-.
Para poder defenderlo adecuadamente fue necesario desarrollar un proyecto de protección jurídica en el que se tomó como base la información generada por el proyecto de Carta Arqueológica. Esto permitió que desde la Dirección General de Bienes Culturales se pudiese proceder, en el año 2009, a la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, como Bien de Interés Cultural, de 56 Zonas Arqueológicas Subacuáticas -espacios delimitado en los que se conocen restos arqueológicos y paleontológicos de interés relevante-, y a la declaración de 42 Zonas de Servidumbre Arqueológica -espacios determinados en los que se presupone la existencia de restos arqueológicos a pesar de no conocerse su ubicación exacta-. Este proyecto de “Protección jurídica del patrimonio arqueológico subacuático en Andalucía” fue incluido, por parte de la UNESCO, dentro del Registro de Buenas Prácticas en materia de protección, conservación y difusión del Patrimonio Cultural Subacuático.
Un ejemplo de la eficacia de esta acción se puede ver en el denominado Proyecto Delta, que se desarrolló como consecuencia de las cautelas arqueológicas establecidas por la Delegación Territorial de Cádiz con motivo de la ejecución, por parte de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, de la construcción de una Nueva Terminal de Contenedores. En el transcurso de esta actuación se localizaron los restos de tres pecios.
Fue un proyecto de colaboración en el que el CAS participó tras firmar un convenio de colaboración con la empresa arqueológica adjudicataria Tanit Gestión Arqueológica S.C. Durante la ejecución de este proyecto participamos en la excavación de dos de los tres pecios:
- Delta I, restos de un navío militar español, de construcción atlántica adscrito cronológicamente a la segunda mitad del siglo XVII.
- Delta II, restos de un barco mercante genovés, de construcción mediterránea que ha podido ser identificado como el navío “San Giorgio e Sant’Elmo Buonaventura”, construido en el año 1572 en Portofino (Génova, Italia) y naufragado el 29 de abril de 1587 durante el ataque a Cádiz de Francis Drake. La investigación que hemos llevado a cabo sobre este pecio nos ha proporcionado información relevante sobre la importancia económica, política y militar de la ciudad y el puerto de Cádiz en época moderna. Una ciudad que se convirtió en una de las puertas de América, de la que salían productos hacia ultramar y a la que llegaban mercancías diversas y cotizadas como: metales preciosos; grana cochinilla -un colorante que se convirtió en el tercer producto más caro procedente de América tras el oro y la plata-; madera de guayacán o palosanto que, debido a su dureza, se empleaba en aquellas obras o fabricación de materiales que requerían este tipo de solidez, aunque también se pensaba que era beneficioso para la curación de diversas enfermedades como sífilis, reumatismo o padecimientos epidérmicos; jengibre, especia que tenía una gran aceptación tanto como elemento culinario como medicinal; cueros; azúcar; paños; esclavos, etc. Todo ello, terminó atrayendo a comerciantes de otras nacionalidades, como los genoveses.
En definitiva, la ubicación estratégica de la Bahía de Cádiz como punto de conexión entre continentes ha generado un rico patrimonio arqueológico subacuático que proporciona una ventana única hacia el pasado marítimo, comercial y militar de la región.
Y más allá de las aguas gaditanas, ¿hay alguna investigación o actividad que nos puedas comentar?
Hemos realizado prospecciones en todas las provincias costeras andaluzas, así como en algunas de sus aguas continentales, lo que nos ha deparado la localización de yacimientos de diversa tipología y cronología: restos prehistóricos, necrópolis y villas romanas, restos materiales diversos -ánforas, cañones, anclas de hierro y líticas, partes de aviones, etc.-, así como naufragios de distinta cronología y tipología.
Desde el punto de vista documental se ha analizado información que ha proporcionado datos relativos a 1684 naufragios.
Con respecto a las excavaciones realizadas podemos destacar dos actuaciones:
- El pecio de Matagrana en Huelva localizado en zona intermareal en el que la investigación llevada cabo demostró que los restos se correspondían con los de un barco mercante de construcción inglesa adscrito a finales del siglo XVII-mediados del XVIII.
- El pecio de San Pedro de Alcántara, una investigación que todavía está en curso y que tiene como objetivo determinar la identidad de los restos de un barco naufragado en la costa de Málaga, siendo la hipótesis de partida que pueda tratarse del navío “Fernando”, hundido en el año 1760.
Suponemos que, como Centro de Investigación, participáis en proyectos conjuntos con otras instituciones, nacionales o internacionales…
Claro, ante todo hay que ser conscientes que la colaboración y el trabajo interdisciplinar proporciona un gran beneficio e incremento del conocimiento que podemos adquirir. Yo siempre digo que si se trabaja de forma conjunta y a través de distintas ciencias o disciplinas es difícil que el trabajo resultante no sea magnífico.
Como ejemplo, antes hemos nombrado proyectos como “Tecnología LIBS subacuática” o “Carabela”, realizados en colaboración con las universidades de Málaga y la Politécnica de Valencia respectivamente.
Los propios proyectos liderados por el IAPH como “Arqueomemes” o “Vestigium” cuentan con la participación de otras instituciones como las universidades de Cádiz, Sevilla, Huelva, Pablo de Olavide, Trinity de Gales o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Además, somos conscientes de que el patrimonio cultural subacuático no puede desligarse de su entorno, siendo necesario abordar los estudios culturales de forma conjunta con el espacio natural en el que se encuentran. En este sentido, es necesario contar con la participación del personal de los espacios naturales protegidos.
También hemos colaborado con otras instituciones internacionales participando tanto en actividades formativas como de investigación.
En el caso de las acciones de formación llevadas a cabo habría que destacar la labor realizada en Portugal, Alemania, Chile, México, Ecuador, Uruguay o Senegal.
Se ha colaborado también en proyectos de cooperación internacional -a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional-, encaminados a la gestión y protección del patrimonio arqueológico subacuático de Cabo Verde que conllevó la formación de tres profesionales en esta disciplina.
Con respecto a las actividades de investigación se deben destacar las colaboraciones internacionales llevadas a cabo:
- Francia: “Cala Rossa” y “Pecio Rocciu 1” todos ellos en Córcega y “Pecio de Mandirac 1” en Narbona.
- México: “Bahía del Espíritu Santo” (Quintana Roo).
- República Dominicana: con la reciente participación este año en la Misión del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la UNESCO, con la finalidad de evaluar y considerar las medidas de preservación del sitio del patrimonio cultural subacuático ubicado en el Parque Nacional Histórico y Arqueológico de La Isabela.
Otra curiosidad, eminentemente práctica. ¿Cuántas personas conforman el equipo y que tecnología se utiliza para desarrollar vuestra labor?
Actualmente el CAS cuenta con un equipo compuesto por ocho mujeres con titulación superior y amplia experiencia en buceo, tanto deportivo como profesional. Conformamos el equipo profesionales de diversas especialidades: documentación, biblioteconomía, arqueología y restauración, aunque para el desarrollo de algunas actividades o proyectos suele ser necesario contratar a más personal.
En este sentido, no se debe olvidar que Andalucía cuenta con unos 950 kilómetros de costa y una serie de aguas continentales, lo que unido a su importancia estratégica e histórica hace necesario impulsar los trabajos destinados a la investigación, documentación, protección, conservación, difusión, divulgación del patrimonio cultural subacuático.
Para llevar a cabo su labor, el centro utiliza una variedad de tecnologías avanzadas:
- Geofísicas que permite detectar y cartografiar objetos y estructuras bajo el agua.
- Fotogrametría, técnica que permite crear modelos tridimensionales precisos de los yacimientos subacuáticos mediante el uso de fotografías digitales y aplicaciones específicas.
- Vehículos operados de forma remota (ROVs) utilizados para explorar áreas inaccesibles o peligrosas para los buceadores.
- Sistemas de información geográfica (SIG), empleados para gestionar, analizar y visualizar datos espaciales, facilitando la integración de la información arqueológica en un contexto geográfico.
- Herramientas y programas informáticos de modelado 3D.
- Talleres de conservación y restauración equipados con herramientas y materiales especializados para el tratamiento y conservación de objetos recuperados del medio subacuático.
- Además, se cuenta con los laboratorios del IAPH para la realización de diversos análisis de los bienes arqueológicos extraídos.
Este conjunto de herramientas y tecnologías permite al Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía llevar a cabo una investigación exhaustiva y precisa, contribuyendo significativamente a la conservación y divulgación del patrimonio cultural subacuático.
Por último, por si hay alguien que le interese formar parte de vuestro equipo, o tenga la misma curiosidad que nosotros, ¿qué formación es necesaria y cuál es el modo de acceder a esta institución?
Ante todo, adquirir una sólida y variada formación académica, considerando la obtención de títulos avanzados o titulaciones específicas en arqueología subacuática, sin olvidarnos de la obtención de certificaciones de buceo tanto deportiva como profesional.
De forma simultánea, se debe adquirir una experiencia práctica, comenzando con yacimientos terrestres y progresando hacia yacimientos subacuáticos.
La verdad es que la formación no finaliza nunca.
Y todo ello, como digo siempre, se deberá realizar con paciencia, constancia y perseverancia.
Con respecto a la forma de acceder a esta institución hay que destacar distintos procedimientos:
- Estancias de formación o de investigación que permiten a estudiantes y profesionales avanzar en su formación y adquirir experiencia práctica en el campo del patrimonio cultural. Estos programas están diseñados para fomentar el intercambio de conocimientos y habilidades, así como para promover la investigación y la conservación del patrimonio.
- Convocatorias públicas de empleo que el IAPH publica en su portal web oficial y en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA).
Si te ha gustado este artículo, encontrarás más contenidos interesantes en nuestra sección “ENSÉÑANOS TU TRABAJO”.
Y te invitamos a ver nuestros anteriores números de EnRed@2.0.