Un bosque ancestral entre la niebla y el corcho

Entre la niebla y el corcho
Figura 1. Entre la niebla y el corcho.

María Eugenia San Emeterio Pozueta

Asesora técnica del Parque Natural Los Alcornocales
Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente
Cádiz

Ignacio Henares Civantos

Asesoría técnica. Departamento de Sanidad Vegetal
Delegación Territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural
Granada

“Un bosque ancestral entre la niebla y el corcho”

El Parque Natural de los Alcornocales es mucho más que un hermoso paisaje verde en el sur peninsular: es un santuario natural con ecos del pasado geológico, una reserva de biodiversidad y un ejemplo de convivencia entre el ser humano y su entorno. Su protección y la divulgación de sus valores ecológicos son esenciales para que siga siendo, por mucho tiempo, un gran pulmón verde y un ‘paisaje de corcho’.

📍 LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCIÓN

El Parque Natural de los Alcornocales se sitúa en el sur de Andalucía, abarcando parte de la provincia de Cádiz, (parcialmente 16 municipios) y, en menor medida, de la de Málaga, (un único municipio afectado). Con casi 170.000 hectáreas, es uno de los espacios naturales protegidos más extensos del sur de Europa. Se localiza entre el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y el Parque Natural del Estrecho y destaca por su peculiar orografía, de suaves montañas cercanas al mar, lo que permite una combinación extraordinaria de bosque mediterráneo con pequeñas, pero relevantes, incrustaciones de bosque subtropicales

Lo que hace realmente especial a este parque natural es su clima húmedo, favorecido por los vientos de levante. Hay localizaciones en que las nubes son atrapadas por las primeras elevaciones cercanas a la costa provocando nieblas casi permanentes, (más de 250 días al año), propiciando el desarrollo de un tipo de vegetación relicta, propia de laurisilvas subtropicales que tienen su origen en el Terciario, hace unos 20 millones de años.

¿Sabías que… el término “relicto” hace referencia a bosques o especies que en otros tiempos eran muy abundantes porque las condiciones ambientales eran muy diferentes?

Figura 2. Trabajadores realizando el descorche. Maru San Emeterio

FICHA TÉCNICA:

Fecha declaración: 18 de julio de 1989. Ley 2/1989 por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales de Andalucía y se establecen medidas adicionales de protección. 

Municipios: Alcalá de los Gazules, Algar, Algeciras, Arcos de la Frontera, Barrios (los), Benalup-Casas Viejas, Benaocaz, Bosque (el), Castellar de la Frontera, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera, Medina-Sidonia, Prado del Rey, San José del Valle, Tarifa, Ubrique, (provincia de Cádiz) y Cortes de la Frontera (provincia de Málaga).

Superficie Total: 167.767 Ha.

Normativa de zonificación y de usos y actividades

Decreto 87/2004, de 2 de marzo, por el que se aprueban el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural los Alcornocales 

Normativa de desarrollo sostenible

Decreto 82/2018, de 17 de abril, por el que se aprueba el II Plan de Desarrollo Sostenible del Parque Natural de Los Alcornocales y su Área de Influencia Socio-Económica y el Programa Operativo Horizonte 2019.

Otras figuras de protección:

Red Europea Natura 2000: 

  • Zona Especial de Conservación (ES0000049). 2012.
  • Zona de Especial Protección de las Aves. 2003. 

Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo. ESPAÑA-MARRUECOS. UNESCO. 2006.

Adhesión a la Carta Europea de Turismo Sostenible. 2004. 

BIODIVERSIDAD

Flora y vegetación. El reino del alcornoque.

El alcornoque (Quercus suber) es el gran protagonista de este parque. Este árbol, adaptado a suelos ácidos y pobres, forma extensos bosques que constituyen uno de los alcornocales más importantes del mundo. La mitad de las formaciones arbóreas son mayoritariamente bosques puros, si bien en las zonas más húmedas se generan masas mixtas con quejigos (Q. canariensis) y en las menos húmedas se mezclan con el acebuche. Este vasto manto vegetal alberga una enorme diversidad de especies de matorral y estrato lianoide que hace que, en ocasiones, se convierta en una masa impenetrable, a la que se le ha otorgado el sobrenombre de ‘la última selva mediterránea’.

Sin embargo, la importancia de la flora del parque va mucho más allá. En los ‘canutos’, se conservan auténticos refugios de vegetación subtropical, con una amplia colección botánica que incluye numerosas especies catalogadas, como laurel, rododendros, ‘avellanillos’ y acebos, que recuerdan los bosques húmedos del Terciario cuando el ecuador se encontraba a la altura del Sáhara y Andalucía gozaba de un clima tropical. Esta combinación de alcornoques, quejigos y especies relictas convierte al parque en un auténtico ‘fósil viviente’.           

Figura 3. Quejigos. Maru San Emeterio

¿Sabías que… el término “canuto” hace referencia a pequeños valles fluviales de vegetación densa y húmeda, únicos en Andalucía?

Mención especial merecen los helechos dentro de los canutos con 6 especies en peligro de extinción, dos de ellas (Diplazium caudatum y Pteris incompleta) se encuentran únicamente en la región macaronésica (Islas Atlánticas) y en este parque natural, por tanto su única localización dentro del continente europeo.

🌡️ “La pérdida de humedad en los canutos por la reducción de nieblas podría suponer la extinción local de especies que aparecieron hace millones de años”

Fauna: un refugio de biodiversidad entre dos continentes

Gracias a su variedad de ecosistemas y su localización estratégica, el parque natural ha funcionado como un puente ecológico entre Europa y África, albergando también una rica biodiversidad faunística. Es además uno de los puntos clave para una de las rutas migratorias de aves más importantes del mundo. Entre las especies residentes y migratorias se encuentran el águila imperial ibérica, el alimoche, el águila calzada, la culebrera, la perdicera, el búho real, buitres negro y  leonado, milano negro o la cigüeña negra. Una de las rapaces, el águila pescadora, se ha adueñado de los embalses donde se ha conseguido que vuelvan a reproducirse. 

Figura 7. Alimoche. Maru San Emeterio

“El alimoche, especie catalogada como en peligro de extinción, alberga en la actualidad 8 parejas en el interior del parque natural”. 

Los bosques son territorio adecuado para herbívoros como el ciervo, el gamo o el corzo morisco, reconocido como un ecotipo gaditano-malagueño y caracterizado por su pequeña talla, su color gris durante todo el año y unas mandíbulas más anchas y cortas adaptadas a las hojas duras de la vegetación existente. También son abundantes las especies de mesocarnívoros como el meloncillo, la nutria, gineta,  garduña,  tejón o el zorro y las rapaces forestales típicas como el gavilán o el azor. Además, la geografía del parque está salpicada de charcas en las que se encuentran anfibios endémicos, como el tritón pigmeo, sapillo pintojo o el sapillo moteado.

Los arroyos y ríos que nutren al parque albergan especies de reptiles características como el galápago leproso o las culebras de collar y viperina, pero también una interesante, rica y variada fauna invertebrada entre la que podemos destacar más de un centenar de mariposas diurnas o libélulas de gran tamaño como la libélula espléndida (Macromia splendens), catalogada en peligro de extinción.

Por las noches, los murciélagos, muchas de cuyas especies están especialmente protegidas, surcan los cielos silenciosos. Si se quiere tener éxito en la vida nocturna es preciso no hacer ruido, por lo que las rapaces nocturnas del parque hacen gala de un plumaje denso diferente al de las rapaces diurnas. Cada pluma parece un manto de terciopelo que en la batida del vuelo apenas es perceptible. 

ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS Y ACTIVIDADES TRADICIONALES 

La relación del ser humano con este territorio es antigua y ha contribuido al modelado del paisaje. Uno de los usos más emblemáticos, y principal recurso económico del parque natural, es la extracción tradicional del corcho, una actividad centenaria que se realiza de forma manual por cuadrillas especializadas y que permite el aprovechamiento sostenible del árbol. Este trabajo artesanal, conocido como ‘la saca’, se repite entre los meses de junio a finales de agosto, cada 9 o 10 años. El corcho extraído es de alta calidad y se exporta a diversos países en todo el mundo. 

¿Sabías que… el corcho del Parque Natural de los Alcornocales,  que se usa para fabricar tapones de champán en Francia, es un elemento de protección frente a los incendios?

… el corcho se ha usado en los vehículos espaciales? 

… parte del suelo de la Sagrada Familia es de corcho?

Además del corcho, se mantienen otras actividades tradicionales como la ganadería extensiva, (con razas de interés como las vacas retintas o las cabras payoyas), la recolección de setas y plantas aromáticas, la extracción del brezo para fabricación de pipas de alta calidad, la actividad cinegética o la apicultura. Estas prácticas, compatibles con la conservación de la biodiversidad y de los paisajes, forman parte del tejido económico de la zona y favorecen el arraigo de la población rural.

En los últimos años, también ha crecido el turismo rural y de naturaleza, con rutas de senderismo, visitas guiadas y observación de aves, como potente motor económico emergente.

En la actualidad la apuesta del parque pasa también por aumentar las rentas del alcornocal valorando sus servicios ecosistémicos (como la captura de CO2) mediante la compensación de emisiones por contaminación difusa. Esto se está materializando en el ambicioso proyecto Life CO2RK donde participan empresas con amplia trayectoria de compromiso ambiental, en proyectos de compensación donde propietario de alcornocal y empresa alcanzan acuerdos voluntarios de financiación. Estos acuerdos se traducen en proyectos en los que los gestores/propietarios de bosques de alcornocal utilizan la denominada selvicultura del carbono para mejorar las masas forestales incrementando la absorción de CO2. Posteriormente la Oficina del Cambio Climático de la Junta de Andalucía certifica todo el procedimiento y los créditos de carbono obtenidos. 

Otro de los importantes beneficios es que se mantiene la población en el territorio y el “bosque permanece habitado”.

Amenazas ambientales

A pesar de su valor ecológico, el Parque Natural de los Alcornocales enfrenta serias amenazas ambientales, de las que destacamos:

  • Cambio climático: los episodios cada vez más frecuentes de sequía y el alargamiento del período estival compromete el equilibrio del ecosistema, sometiendo a un fuerte estrés a la vegetación, observándose tendencias de sustitución de especies. Entre los hábitats más sensibles se encuentran los canutos.
  • Decaimiento del alcornocal: Esto es debido a varios factores entre los que podemos destacar: presencia del hongo patógeno Phytophthora cinnamomi, envejecimiento de la masa y falta de regeneración por la elevada presión de herbivoría.
  • Especies invasoras como el eucalipto, acacias o los avispones exóticos invasores (asiático y velutina), que compiten el primero con la vegetación autóctona y los otros destruyendo las colmenas.
  • Incendios forestales, especialmente en veranos secos, que ponen en peligro tanto la masa arbórea como la fauna. La gran extensión del parque dificulta su vigilancia.
  • Expansión de grandes infraestructuras, aunque está limitada en el interior por la protección legal, hay una gran presión en zonas limítrofes del parque. 
  • Turismo desordenado:  En general los principales daños se producen por la realización de actividades que carecen de autorización para desarrollarse en el parque, bien por desconocimiento, bien por costumbre: paso de bicicletas de montaña por zonas sensibles, rutas campo a través, pruebas deportivas, etc.

Oportunidades para un desarrollo sostenible

El parque no solo es un área a conservar, sino también una fuente de oportunidades de desarrollo sostenible para las poblaciones locales si se gestionan con visión de futuro:

  • Ecoturismo y turismo de naturaleza regulado y ordenado, enfocado en la observación de fauna, senderismo interpretativo, rutas con vehículos eléctricos, rutas micológicas y etnográficas…
  • Valorización del corcho ecológico como producto premium vinculado a prácticas tradicionales y certificación sostenible (FSC). 
  • Educación ambiental para población local, escolares y visitantes.
  • Fomento de la agroecología, con ganadería extensiva adaptada al entorno y uso responsable del monte y los derivados de sus aprovechamientos: setas, quesos, carne, apicultura.
  • Captación de fondos  dirigidos a la conservación, servicios ecosistémicos y adaptación al cambio climático, poniendo en valor la calidad de la biodiversidad del parque natural.
  • Colaboración público-privada en proyectos europeos y conservación participativa, donde vecinos, asociaciones y técnicos trabajen de la mano.

Pero lo más importante es conocer y reconocer la importancia de los bienes y servicios ecosistémicos que aportan los ecosistemas para el bienestar de nuestra sociedad. 

“ El futuro del parque natural depende de que seamos capaces de  apostar por el monte reconociéndolo como fuente de bienes y servicios ecosistémicos,  soporte de vida, de economía, de paisaje, de identidad… y de reconocer el trabajo de los ganaderos, de la gestión forestal y de las gentes del campo”

El Parque Natural de los Alcornocales es un tesoro ecológico y cultural, pero también un espacio vulnerable que necesita protección activa. Las amenazas derivadas del cambio climático y la actividad humana exigen una gestión cuidadosa, participativa y orientada hacia la sostenibilidad. Lejos de ser una barrera para el desarrollo, este Parque Natural representa una oportunidad real para dinamizar el medio rural, manteniendo el equilibrio entre conservación y bienestar de las comunidades locales. Conservar este espacio natural protegido significa preservar un legado natural irrepetible, un modelo de convivencia con la tierra que aún tiene mucho que enseñarnos.

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