Juan Antonio Suarez Merino y Elena Barreda Palacios
Colaboradores literarios de la revista
MICRORELATOS JURIDICOS (de Juan Antonio Suarez Merino)
Sala de vistas
Otro día más. Empiezo a oír movimiento en el edificio. Alguien silba la canción del momento. Suena una llave. Gira la cerradura. Se abre la puerta. La encargada de mantenimiento limpia el marco del cuadro del Rey que preside el estrado. No se olvida de regar las pocas plantas que hay debajo de la ventana, mientras un pájaro se posa, cantando, en el alféizar de la misma. Ya está todo preparado. Un juicio va a ocupar toda la mañana. Pronto empezará el trasiego de abogados, togas, negociaciones con el fiscal, delitos, penas, cuestiones previas, interrogatorios a los acusados, declaraciones, periciales, alegato final del Ministerio Público y de los letrados de las partes y la frase final que pronunciará Su Señoría: «queda el juicio visto para sentencia, las partes pueden abandonar la sala». Hoy terminaré cansada, ya lo creo, pero satisfecha de haber cumplido mi función como sala de vistas.
Allea jacta est
Acababa de salir de la cárcel y tenía que renovar mi antiguo revólver. Jamás había entrado en la «dark web» hasta ese momento. Mientras estuve en prisión me habían hablado de ella. Y ahora por fin estaba dentro, en aquel mundo oscuro y prohibido. Me encontraba frente a la pantalla de mi pc, de forma tan natural, intentando comprar una nueva pistola, que tuviera un precio asequible para ejecutar mi plan. Ya no quedaba otra alternativa, ni había marcha atrás posible. Iba a emplear toda mi energía en matar al abogado que no había sabido defenderme y que por su culpa me habían condenado a tres años de prisión por un delito que no cometí. Elegí una Glock 17 C semiautomática con silenciador incorporado. Me serviría para consumar mi venganza. No podía fallar. Mañana será el día. A la salida del juzgado. La suerte está echada.
El Expediente
Hoy, ya por fin, toca descansar. He pasado durante estos diez años por muchas manos. Siempre me han considerado alguien muy «especial». Antes de meterme en esta caja donde me encuentro, me han hecho una reforma total. Era un adefesio y ahora estoy limpio y presentable. Con las hojas en su sitio, cerrado, junto a otros de mi especie, en un lugar callado y oscuro, sin abogados que maltraten mis páginas o sin la barbarie de algunos funcionarios de tirarme en cualquier sitio o de descoser mis grapas sin pudor, porque, aunque no lo crean, los expedientes (más conocidos como «causas») tenemos vida. Por nombre, un número y de apellido el año en que nos crean. Desde que nacemos, con el acetato que cubre la carpetilla, hasta finalizar con la famosa cláusula de «diligencia de archivo». Probablemente sea recordado o no, pero ya para siempre quedaré, silencioso y cubierto de polvo.
CENIZA (de Elena Barreda Palacios)
El vacío que siento tras tu ausencia no se puede cuantificar. Camino lentamente, caen las hojas, las amapolas se marchitan.
No hay brillo en mis ojos, ni brillo en el cielo que permanece opaco tras no recibir respuesta. Las noticias auguran un final devastador, una destrucción de vidas, de mentes, de cuerpos y reflexiono sobre el sentido de la existencia, la falta de sentimientos, la demanda de productividad y los corazones de hielo.
Todo se rompió.
El viento sopla fuerte y me hallo en la más amarga soledad hoy.
Llueve a cántaros, todo se empaña, la luz se ha disipado.
Fantaseo con recuperar la paz perdida, de luchar contra los vendavales, de navegar por los océanos, de atravesar cuerpos y labios que me deriven a ti.
Empieza a salir el sol que refleja mi supervivencia, mi fortaleza a la tempestad, el arcoiris es el espejo de mi sonrisa tras florecer en la adversidad.
Evoco la paz, el brillo del sol, el café compartido, las risas, el bienestar vivido, el tiempo pasado y sueño con recobrar ese momento que me aísla de mis fantasmas.
Vivir en armonía es contemplarse con los ojos del alma, renacer, liberarse del infierno vivido que sólo me devolverá tu presencia.
En medio de los escombros que se originen tras el bombardeo sobrevivirá nuestra esencia que será eterna y permanecerá unida tras la oscuridad pase lo que pase.
Es inmortal y resiste al túnel más tortuoso, es resistente y es lo único que permanece en esta vida fugaz.
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