Page 139 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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sus costes a las futuras generaciones. Todos los modelos económicos existentes, cualesquiera que sea el sistema de organización del poder político en el que se desarrolle, concibieron la capacidad productiva del Medio Ambiente como un factor de producción cuyo uso carecía de costo. La ausencia, en los modelos eco- nómicos vigentes, de mecanismos eficientes de asignación de recursos para los bienes naturales; función que en las economías de mercado tiene atribuido el sistema de precios, y en las de planificación central, pudieran desempeñar los límites u objetivos definidos para las metas de crecimiento; ha llevado a todo el aparato productivo, tecnológico y consuntivo de estos modelos a sobreexplotarlo, con el consiguiente alto precio, que supone en estos momentos, la consecuencia de aquella imprevisión o error de planteamiento.
“La hegemonía de un discurso económico que consideraba a la naturaleza como una entidad no sometida a ningún tipo de restricción en su función de suministrar materias primas a los sectores productivos y de digerir toda clase de subproductos y residuos de desecho, hacía que los problemas de deterioro del medio ambiente o de agotamiento de los recursos naturales no se contemplaran dentro de las prioridades de las políticas públicas ni de
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los programas de investigación científica”
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No puede, pues, extrañar que los sistemas productivos utilizados hasta la fe- cha, al elegir sus técnicas, hayan tendido a usar las más consumidoras de bienes medioambientales, pues en los mencionados sistemas no se asignaba coste alguno a los mismos, al considerarlos bienes libres o ignorar, no se sabe si deliberadamen- te, la posibilidad de su agotamiento o imposibilidad de regeneración.
Durante mucho tiempo, el acercamiento a los problemas del Medio Ambiente, se ha producido de forma tal que aquellos eran entendidos como variables inde- pendientes de los procesos sociales y económicos que afectaban a las diferentes realidades territoriales.
Pigou propugna la existencia de costes externos derivados de los procesos productivos, que sumados a los costes internos nos proporcionan el coste social. Estas deseconomías se producen también como consecuencia de no tener en cuenta los costes ambientales a la hora de calcular los márgenes de beneficio de los diferentes sectores productivos y sus concretas actividades. En el caso particular de la agricultura, si un agricultor utiliza unos pesticidas muy eficaces en su plantación de girasoles puede obtener un margen de beneficio privado más elevado, pero para obtener la ganancia neta habría que restar entre otros costes, el social que puede acarrear el que estos pesticidas se filtren por el suelo, o sean desplazados por las aguas superficiales hasta las subterráneas y los acuíferos, con el perjuicio que ello supone para el equilibrio ecológico. Pigou pone de manifiesto que también es necesario contabilizar la utilización y desgaste de los recursos naturales para llegar a los resultados netos reales de cualquier actividad. En otros ámbitos pone el ejemplo de las industrias que expulsan a la atmósfera los humos contaminantes como resultado de sus procesos productivos. Esto puede provocar que en algunos distritos de las ciudades los niveles de incidencia de ciertas enfermedades sean mayores, lo que, a su vez, ocasiona gastos superiores en la sanidad pública, detrayendo recursos de la renta nacional.
19 GARRIDO FERNÁNDEZ, F. E.: Op. Cit. Pág. 29.
II. MARCO TEÓRICO
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