Page 162 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
 “Lo que no se pretende, ni desea, es que todo el mundo se ‘apunte al carro’ de la agricultura biológica para luego dejarlo, simplemente porque se le da
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la ayuda. Entonces perdería todo su sentido”
.
Tal vez, sea en el plano de la opinión pública donde con mayor intensidad quede
reflejada esta nueva concepción de la preocupación por el Medio Ambiente. El
primer hecho característico ha sido la enorme resonancia que, tanto a nivel inter-
nacional como nacional y local, han tenido cuestiones tales como el deterioro de
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la capa de ozono o el efecto invernadero , que se han sumado a otras preocu-
paciones públicas más tradicionales como la deforestación o la erosión, así como las zonas altamente contaminadas.
Este mayor calado de los temas medioambientales en la opinión pública, se advierte
con claridad a través del seguimiento de los medios de comunicación, donde con
frecuencia creciente, aparecen como noticias de primera plana, siendo su presen-
cia, prácticamente diaria. Otro aspecto que denota el mayor valor que la opinión
general tiene del Medio Ambiente, es el hecho de que se haya convertido en eje de
determinadas estrategias comerciales de empresas de sectores muy diversos como
entidades financieras, envases, alimentación, automóviles, combustibles, detergen-
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tes . En definitiva, todo ello viene a confirmar que los productos con marca de eco-
lógico, cuentan con un enorme potencial de mercado, por lo que la asociación entre
55 RODRÍGUEZ, A.: “Normativa y apoyos a la agricultura biológica en la Unión Europea”. En Agricultura biológica en los países mediterráneos. Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid. 1995. Pág. 57.
56 El ozono es un gas de color azul, de olor fuerte y penetrante, peligroso para la respiración y más oxidante que el oxígeno. Gracias a su poder de absorción, el ozono de la estratosfera impide que los rayos ultravioletas de cortas longitudes de onda alcancen el suelo. Si no fuera así sería imposible toda clase de vida en la Tierra. El ozono es, además, un poderoso bactericida que asegura la salubridad del aire. Desde 1979 se constata un descenso preocupante del contenido en ozono de la estratosfera sobre la Antártida, durante el invierno polar. Esta evolución se achaca sobre todo a la destrucción del ozono por el cloro emanado por la disociación de hidrocarburos halogenados (clorofluorocarburos, o C.F.C.) producidos por el hombre y liberados en la atmósfera en cantidades crecientes. El Protocolo de Montreal, firmado en 1987 por más de treinta países industrializados, entre ellos España, pretende evitar que se siga destruyendo la capa de ozono.
57 Se conoce con esta denominación al fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la atmósfera terrestre, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por los rayos solares. Afecta a todos los cuerpos planetarios dotados de atmósfera. De acuerdo con el actual consenso científico, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra debido a la emisión de ciertos gases, como el dióxido de carbono y el metano, por la actividad económica humana. Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente vuelva inmediatamente al espacio, produciendo un efecto similar al observado en los invernaderos.
58 “Muchos de los defensores de la liberalización del comercio mundial están convencidos de que la reducción de los obstáculos comerciales es favorable al medio ambiente, ya que permitiría al mundo utilizar sus recursos con mayor eficacia y en forma más sostenible, siempre que se ponga el precio debido a las acciones que repercuten en el medio ambiente y en los recursos naturales. Además, al elevar los ingresos, la reducción de los obstáculos comerciales permite a los países gastar más en conservación del medio ambiente”. F.A.O.: El estado mundial de la agricultura y la alimentación. ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN. Roma. 1995. Pág. 278.
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