Page 584 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
Por otro lado, el uso exclusivo de fertilización mineral en cantidades o por siste- mas de aplicación no adecuados, entendiendo por ello el no estar ajustadas a la capacidad de absorción de los suelos y las plantas, lo que ocurre con más frecuen- cia de la deseada, supone en términos ambientales la deriva en dos consecuencias principales, una, prácticamente inevitable, que es la mineralización de los suelos y otra, relativamente controlable que es el lixiviado de nutrientes a capas acuí- feras o sus arrastres a cauces y, en cualquier caso, la contaminación de las aguas subterráneas o superficiales. Este riesgo es superior en las zonas de regadío por el hecho de consumirse en ellas mayores dosis de fertilizantes y por el mismo uso del agua que actúa como difusor, ya que el agua no consumida se filtra o discurre hipodérmicamente. El 90% de los regueros andaluces se asienta sobre acuíferos detríticos que sufren contaminación, fundamentalmente, por las intrusiones de nitratos. Los componentes fosforados afectan, sin embargo, a las aguas superfi- ciales. La problemática actual, de carácter ambiental, asociada al uso en la agri- cultura de productos químicos no fertilizantes, se deriva de sus arrastres a aguas superficiales y subterráneas, tal como en el caso de los fertilizantes, además de su posible acumulación en los tejidos vivos de animales y plantas, transmitiéndose a lo largo de la cadena trófica, materializándose el riesgo de perjudicar la salud humana en cualquiera de sus eslabones, incluyendo el inicial, es decir, el de la absorción directa.
Por supuesto, también se utilizan otros productos fitosanitarios perjudiciales para
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el Medio Ambiente. Cuando se aplica un plaguicida
alcanza su objetivo tiene lugar una contaminación local y, a continuación, una contaminación remota por movilidad del producto. Paralelamente, tienen lugar los procesos de degradación, por mecanismos químicos, biológicos, lumínicos, o bien los de acumulación, cuando la persistencia y la aplicación de los productos lo posibilitan. La movilidad de los productos puede tener lugar a través de tres vías: aire, agua y suelo. Mediante los procesos de escorrentía y percolación tiene lugar el transporte de los productos disueltos en el agua de la superficie y profundidad, respectivamente. Por último, el plaguicida absorbido por los coloides del suelo puede ser arrastrado por los procesos de erosión.
168 Son numerosas las clasificaciones que se pueden efectuar de estos productos. Así, por su naturaleza química, en compuestos minerales, organominerales, organofosforados y biofosforados, carbamatos, etcétera. Por sus fines, en insecticidas, herbicidas, fungicidas, nematidas y otros. Finalmente, quizás, la más interesante desde el punto de vista de contaminación en productos minerales, vegetales y compuestos orgánicos de síntesis. Los dos primeros grupos no presentan grandes problemas desde el punto de vista de contaminación, salvo algunos productos aislados, mientras que el tercero sí los tiene como consecuencia de su persistencia y de su toxicidad. Este último grupo comprende, fundamentalmente, a los productos organoclorados, organofosforados y los carbamatos. Algunos de los organoclorados como el endrín, el lindano y el D.D.T. (dicloro-difenil-tricloroetano), son muy tóxicos y, además, son acumulativos en los tejidos de los mamíferos. Suelen ser poco solubles o insolubles en el agua, como el D.D.T., pero si alcanzan los acuíferos subterráneos pueden resultar muy peligrosos.
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, una vez que el producto