Page 583 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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III. ESTUDIO DE CASO
 objetivo fundamental que es la obtención de los máximos rendimientos, y para ello, se han incrementado los ritmos de cultivos y las entradas de productos aje- nos al sector (fertilizantes, productos fitosanitarios), todo ello dentro de un marco de mecanización absoluta, en la medida de lo posible. La intensificación de los cultivos se ha producido, fundamentalmente, en los regadíos, donde se elimina o, al menos, se atenúa la gran limitación que impone el déficit hídrico estival, en las campiñas de las tierras calmas y, sobre todo, en los cultivos forzados, ya sean en invernaderos o mediante otros tipos de protección eventuales o permanentes. En todos los casos, la intensificación supone el incremento de la artificialidad del sis- tema productivo expresado en mayores consumos de productos químicos, tanto de fertilizantes166 como de pesticidas y otros; la utilización de especies vegetales genéticamente seleccionadas que producen fuertes rendimientos en condiciones predeterminadas; el incremento de los índices de mecanización; la eliminación casi total de las reutilizaciones; y en una u otra medida, el aumento de la presión sobre los recursos naturales.
Si se comparan los datos de la Comunidad Autónoma de Andalucía con los de los países europeos, el consumo de fertilizantes por unidad de superficie cultivada es aún bajo, considerando el conjunto regional. Sin embargo, el cálculo de las medias no debe encubrir el hecho de que se dan situaciones extremas, que ya se ponen de manifiesto cuando se tratan las cifras provinciales. Así, destaca el caso de Sevi- lla donde se consume más del 40% del total regional, y una cantidad que supera los 160 Kg/ha cultivada, figurando en el extremo opuesto, la provincia onubense con un consumo mínimo de apenas el 5% del global en la región, y unitario que sobrepasa, por escaso margen, los 30 Kg/ha. Por supuesto, al manejar estos datos deben tenerse en cuenta otros factores para ponderarlos acertadamente. El peso de la agricultura, en el sector agrario, en la provincia de Sevilla, es bastante mayor que en Huelva, lo que implica mayores consumos de fertilizantes, tal como hoy es
167 entendida su práctica .
166 La evolución del consumo de fertilizantes ha venido mostrando una tendencia alcista continuada. Si en 1945 la media nacional de consumo era de 7,9 kilogramos de fertilizantes por hectárea cultivada, éste se duplica en el plazo de tres años, para volverse a doblar en otros ocho años y de nuevo en un plazo de once años más, para estabilizarse con un crecimiento lento a partir de la década de los setenta. En el año 1985, la agricultura andaluza consumió 331.963 toneladas de fertilizantes, lo cual supone un consumo unitario medio de 81,77 Kg por hectárea cultivada, y 51,53 Kg por habitante. Indicadores estos que en España entera (datos del año 1980) eran de 102,7 Kg/ha y 46,8 Kg/hab.
167 El consumo de fertilizantes, a nivel nacional también ha seguido una tónica ascendente en números absolutos. Considerando los productos usados con más frecuencia, del 1.709.533 toneladas de 1985, se ha pasado a 2.163.898 toneladas, cuando además se ha producido una reducción de la superficie fertilizable desde 17.300.000 ha hasta 16.555.000 ha, incrementando, por tanto, la cantidad consumida por hectárea en un 32%. En los años intermedios se han producido altibajos en el consumo, pero siempre con tendencia creciente, aunque lo verdaderamente alarmante son los datos de los últimos años, facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ya avanzada la década de los noventa, al retomarse la senda de aumentos progresivos.
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