Page 781 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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del 75% por parte del F.E.O.G.A., en su sección Garantía, para las regiones del Ob- jetivo no 1, mientras para el resto se queda en el 50%, supone un gran logro para Andalucía. Por lo que respecta a la protección del entorno natural, se acuerda esta- blecer un régimen de ayudas muy amplio destinado exclusivamente a compensar las medidas que tengan un efecto positivo para el Medio Ambiente y que se refieran, además de las previstas en la propuesta de la Comisión, a:
– La protección de aguas.
– La reconversión de las tierras de labor en zonas de pastoreo extensivo.
– La agricultura ecológica.
– La extensificación mediante el incremento de las superficies manteniendo el actual censo.
– El mantenimiento de prácticas de producción ya compatibles con el Medio Am- biente.
– Los cursillos, prácticas y programas de demostración en el sector del equipo necesario para los proyectos.
Ya lo decía la Comisión de las Comunidades Europeas, como conclusión final, en un informe, Documento de Reflexión, de febrero del año 1991, “el agricultor des- empeña, o al menos podría o debería desempeñar, 2 funciones básicas de forma simultánea: una actividad productiva y, a su vez, una actividad de protección del Medio Ambiente y de desarrollo rural”.
Las nuevas demandas sociales de mejora ambiental y de alimentos no contaminados y de calidad, suponen un reto para el sector agrario y, por tanto, para las políticas agrarias. La agricultura productivista, fuente de incrementos espectaculares de los rendimientos ha supuesto el uso intensivo de productos ajeno al ciclo biológico de los nutrientes, el monocultivo y la adaptación de la tierra a los requerimientos de la maquinaria. Todo ello ha conducido a la contaminación química del substrato edáfico, de las aguas superficiales y subterráneas, a pérdidas de diversidad biológica, al agotamiento de nutrientes, con la consecuente falta de fertilidad de los suelos, al cultivo de tierras marginales y húmedas, y a la destrucción de terrazas, setos y otros mecanismos de gestión del suelo, además de la tremenda erosión que estos méto- dos han causado. Externalidades, todas ellas, que la sociedad desea eliminar. A este respecto, la Unión Europea propuso una nueva definición de agricultura moderna, como aquella que utiliza de forma óptima los factores de producción, incluidos los naturales, para alcanzar el mayor rendimiento del suelo, de las plantas y del ganado. Además de este nuevo tipo de agricultura, deseaba retener un número mínimo de trabajadores agrícolas para mantener el tejido social en las zonas rurales, conservan- do el medio natural y salvaguardando el paisaje agrícola milenario. En concreto, la
IV. CONCLUSIONES
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