Page 812 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
 Así planteada la cuestión, lo realmente importante, no sería tanto el hecho de estar de acuerdo con un modelo de desarrollo que respete el medio, sino sobre ¿cómo llevarlo a efecto?, ¿cómo se traduce en la práctica este modelo? Respon- diendo a estos interrogantes hay autores que opinan que es necesario arbitrar procesos paralelos, pero con fórmulas distintas, aplicables según la situación de partida de cada zona o territorio, y de sus características sociales, económicas y de deterioro ecológico. En cambio, hay opiniones contrarias que ven más justicia social en la puesta en marcha de un proceso uniforme, que conjugue las necesida- des de todos los países y que evite la posibilidad de discriminaciones del proceso, precisamente por tener una situación de partida más atrasada. Por tanto, una vez superado el estado inicial, en el que parece haberse llegado a un amplio consenso internacional, sobre la necesidad de propugnar fórmulas de desarrollo, que sean compatibles con la pervivencia en el tiempo de nuestra sociedad, lo complicado ahora es definir las maneras de conseguir el objetivo propuesto.
En todo caso, el campo de nuestro estudio se centra en valorar una determinada actuación de las Administraciones Públicas. Y lo que queda claro es que la imple- mentación del Programa de Medidas Agroambientales ha contribuido eficazmente a la concienciación de los agricultores andaluces y onubenses de la necesidad de un giro de orientación en las prácticas agrarias que se venían efectuando en los últimos años. Antes de la puesta en marcha de estas medidas ya se habían de- tectado los problemas medioambientales que la agricultura convencional estaba generando y no habían sido pocos los campesinos que se habían replanteado su forma de cultivar las tierras y de criar la ganadería; pero no cabe ninguna duda, como se ha demostrado en la Parte Tercera anterior, que el incremento geométrico en el número agricultores y ganaderos ecológicos se produce a raíz de las ayudas y subvenciones a este tipo de explotaciones.
No se puede negar el valor de los primeros en atreverse a realizar prácticas agra- rias compatibles con el Medio Ambiente, por varias razones. Entre otras, por la visión de futuro que les permitió darse cuenta de que la agricultura convencional terminaría esquilmando los recursos naturales. También por la capacidad para iniciarse en un proyecto que no contaba con el apoyo institucional con el que ahora cuenta. Es, además, necesario resaltar la creencia que tenían en un nuevo método, cuando la financiación partía, casi exclusivamente, de sus propios recur- sos, con el inconveniente de afrontar unos períodos de conversión prolongados, aunque más o menos, dependiendo de si se trataba de un cambio de los métodos, o de comenzar la actividad agrícola desde el principio.
Por otro lado, ya hemos comentado las dificultades que ha tenido la cuestión medioambiental para acceder a la agenda pública, ya que no es suficiente que se
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