Page 837 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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IV. CONCLUSIONES
En definitiva, podemos resumir que los factores que intervienen en la productivi-
dad de la agricultura ecológica son: por un lado, antropogénicos, como el manejo
del cultivo, el manejo de los suelos y la reducción al máximo de las pérdidas de
nutrientes para conseguir un balance adecuado entre los que se extraen y los que
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se aportan al suelo para que éste conserve sus propiedades de fertilidad . Por
otro lado, están los factores no antropogénicos, como son el clima, la geomorfo- logía y la vegetación, que, en principio, no son de dominio del hombre, pero que con el tiempo pueden llegar a modificarse por las actuaciones humanas.
Teniendo en cuenta que los suelos del estado español no han planteado graves problemas de contaminación hasta la década de los años setenta, ya que ni la acti- vidad industrial era muy intensa, salvo en entornos muy limitados, ni la práctica agrícola recibía aportes externos contaminantes importantes, lo que sí es con- veniente, es aplicar las técnicas de la agricultura ecológica de manera racional dependiendo del grado a que haya llegado la degradación del terreno. Así, en cuanto al laboreo, se ha debido tener en cuenta que el suelo es algo vivo y que en él habitan millones de microorganismos, insectos, lombrices, etc. y tiene una estructura que debemos conservar o mejorar. En aquellas superficies que han sido muy compactadas por la utilización continuada de maquinaria pesada ha sido ne- cesario la utilización del subsolador, que profundiza, hasta aproximadamente 50 cm, la labor. Siempre es importante tener en cuenta las fechas de las labores, evitar trabajar con los suelos húmedos, y también, una preparación demasiado tempra- na. En el éxito o fracaso de las cosechas ha tenido mucha importancia la presencia de agua suficiente, por eso las faenas deben tender a almacenar y ahorrar agua, dependiendo del clima, de la cantidad de agua que cae y de la época de las lluvias. En general, en estos casos, debe empezarse por las labores más profundas para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua de la tierra, y se continua, después, con las labores superficiales hasta la siembra.
En cuanto a la fertilización hay que destacar, en primer lugar, una importante di- ferencia con la agricultura convencional. Se trata de que en la práctica ecológica lo que se fertiliza es el substrato edáfico y no la planta. En los cultivos se ha debido asegurar una presencia de materia orgánica de al menos un 2% del suelo. Hay que tomar en consideración que en las tierras de la Comunidad Autónoma de Andalu- cía los niveles están entre el 1 y el 2%. Otra conclusión que obtenemos en relación
106 GÓMEZ-MIGUEL, V.; TORCAL SÁINZ, L. y ROQUERO DE LABURU, C.: “Los suelos mediterráneos”. En Agricultura sostenible. Edición coordinada por JIMÉNEZ DÍAZ, R. M. y LAMO DE ESPINOSA, J. AGROUTURO LIFE y Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 1997. Pág. 83.
107 En este sentido, se entiende como la aptitud del suelo para suministrar nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
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