Page 841 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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se intenta es de conseguir un equilibrio natural entre la plaga y sus enemigos, sin erradicarla, pero manteniéndola a un nivel que no suponga pérdida para el cultivo. Entre los distintos métodos de control biológico que se aplican, hace- mos mención de los siguientes: 1) realizar sueltas de parásitos o de insectos usa- dos de forma auxiliar; 2) diferentes tipos de preparados para aplicar al suelo o a las semillas de las plantas (a base de hongos, a base de bacterias, vegetales y no vegetales); 3) introducción de machos previamente esterilizados; 4) utilización de feromonas sexuales y de crecimiento; 5) insecticidas y fungicidas naturales.
Finalmente, en lo que respecta al control de las malas hierbas, hay que señalar, que éstas son un medio que tienen los suelos para lograr su equilibrio. Si se prac- tican técnicas poco adecuadas en las faenas agrícolas puede quedar en la tierra demasiada cantidad de una sustancia y escasez de otra que es necesaria para man- tener el equilibrio biológico. En estos casos, aparecerán las plantas que tomen ese exceso y le den a la tierra aquello que le falta. Por esto, una primera conclusión que sacamos en cuanto a la necesidad de aplicación de técnicas de control de malas hierbas es que después de un tiempo de cultivar un campo biológicamente, se habrá restaurado el equilibrio del suelo y las malas hierbas desaparecerán o serán insignificantes. En la agricultura ecológica, la lucha en este sentido no está encaminada a la erradicación o eliminación por completo de las mismas, sino a mantener un número aceptable y sobre todo a prevenir su multiplicación.
Podemos distinguir entre las medidas preventivas y el método de control directo.
En cuanto a las medidas preventivas, se trata de disminuir el número de semillas que ya existan en la explotación, con labores superficiales y convenientemente es- paciadas en el tiempo, que permitan a las semillas que están en la capa superficial de la tierra que germinen y sean eliminadas en la siguiente labor, teniendo cuida- do de no dejar que echen nuevos brotes. La falsa siembra consiste precisamente en esto, se prepara el lecho para acogerla y se riega, incluso, si es necesario. Una vez nacidas las hierbas se da una labor muy ligera para destruirlas, y después se echa el auténtico semillado. Para disminuir el número de semillas que ya tenemos sobre el terreno, también se puede utilizar la rotación de cultivos, procurando ampliar todo lo posible el número de especies que entren en la rotación, para conseguir, paulatinamente, el adecuado equilibrio de los suelos. Otra opción es sembrar como abono verde especies semejantes a las invasoras.
Por otro lado, otra ayuda al control de las malas hierbas consiste en no introdu- cir semillas nuevas, de manera, por ejemplo, que el abonado orgánico esté bien equilibrado, con el estiércol suficientemente madurado y fermentado para que los restos que contengan estén inactivos. En parcelas que estén regadas por canales
IV. CONCLUSIONES
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