MERCEDES IZQUIERDO BARRAGÁN
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resultados (nuevos principios de la Ley 40/2015). Para ello resulta preciso entender
la política como un proceso continuo, de aprendizaje, no como una serie de inicia-
tivas aisladas, y en el que se debe incorporar al público, a expertos externos, a los
colectivos concernidos y a los responsables de la ejecución de las medidas.
2. Servicios públicos para la gente
: es decir es necesario asegurar que los servicios
públicos satisfagan las necesidades de los ciudadanos no la comodidad de quienes
lo prestan, de ahí que modernizar signifique establecer un lazo de cooperación entre
quienes prestan el servicio y quienes lo reciben.
3. Servicios públicos de calidad:
se trata de ofrecer servicios públicos eficientes, de
alta calidad y no tolerar la mediocridad. Para ello ha de apostarse por el compromiso
con la calidad, la mejora permanente y la evaluación del trabajo.
4. Uso de las nuevas tecnologías:
Se debe provocar un cambio fundamental de
nuestro modo de usar las tecnologías de la información. Resulta imprescindible
modernizar el propio procedimiento administrativo, logrando el funcionamiento
conjunto de las distintas partes de la Administración y ofreciendo a los ciudadanos
nuevos modos, eficientes y cómodos, de comunicar con la Administración y recibir
sus servicios.
5. Potenciación de los servicios públicos:
en un ambiente de transformación per-
manente, de competencia y de mejora continua.
Para todo ello resulta capital: la formación, la motivación e implicación del personal
a través del mejor uso de los incentivos no salariales y de la recompensa en función
del rendimiento y del trabajo bien hecho.
Igualmente ha de reivindicarse la tradición de los servicios públicos en el compromi-
so con la equidad y la diversidad de la sociedad.
Necesidad de impulsar los llamados laboratorios de aprendizaje para la búsqueda
de soluciones a los problemas, de facilitar la movilidad del personal, de crear opor-
tunidades para que el personal joven capacitado sea promocionado razonablemente
y de potenciar la innovación, la cooperación y la excelencia en la prestación de los
servicios.
En definitiva, se trata de impregnar a la Administración Pública de la filosofía de
una nueva forma de trabajar pensando más en los ciudadanos, por una metodología
del entendimiento, por una mentalidad abierta y por un compromiso creciente con la
equidad y la solidaridad: lo que puede entenderse por buena administración.