ESTUDIO SOBRE EL DERECHO DEL TURISMO DE ANDALUCÍA
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en la Costa del Sol comenzó a gestarse un modelo turístico que se convirtió en motor
económico para todo el entorno.
Con estos antecedentes, las iniciativas en materia de ordenación y promoción turística
eran elementos indispensables que debían ser desarrollados por las instituciones autonó-
micas competentes. Desde la elaboración de los primeros instrumentos de planificación
destinados a la ordenación y promoción del sector turística se ha producido una evolución
clara en cuanto a sus planteamientos, objetivos, elaboración, y actores intervinientes.
Las políticas turísticas autonómicas han mostrado sus frutos en los últimos años; por tan-
to, desde la administración autonómica se ha de seguir actuando en esta línea de trabajo.
La última etapa de este proceso se inició con la publicación de la LTA en 2011; si bien se
mantenían buena parte de los principios básicos que habían marcado las iniciativas auto-
nómicas de ordenación y promoción, también se incorporan novedades que responden a
las demandas de un nuevo modelo turístico, y a la propia experiencia acumulada en los
últimos años por parte de la Comunidad Autónoma.
Sin perjuicio del contenido de cada uno de los instrumentos que se han analizado a lo largo
de este capítulo, conviene señalar un conjunto de elementos definidores de las iniciativas
autonómicas en esta materia. En primer lugar, destaca la sostenibilidad, como característi-
ca transversal que desde la anterior etapa está marcando el modelo de desarrollo turístico
que se fomenta por parte de la administración autonómica. En esta última fase destaca la
ampliación de este concepto de sostenibilidad hacia la consecución de un modelo basado
en las iniciativas de largo recorrido; una apuesta por el mantenimiento a largo plazo del
turismo, frente al modelo del turismo de masas y sin control.
Las sinergias entre ordenación del territorio, urbanismo y turismo se han incrementado, y
son el resultado de una realidad que ha marcado el desarrollo socioeconómico de Andalu-
cía: el turismo como motor del urbanismo, y el establecimiento de una estructura territorial
que arrasaba con las potencialidades del suelo, bloqueando otros usos y fomentando un
urbanismo desaforado. Frente a este panorama desolador, las últimas iniciativas ponen de
manifiesto la necesidad de desarrollar políticas coordinadas que permitan una adecuada
planificación de usos para fomentar todas las potencialidades del territorio, a la vez que
se favorece un desarrollo turístico de calidad.
El tercer elemento definidor sería el incremento constante de la participación de nuevos
actores en la ordenación y promoción turística; de esta forma se apuesta por la colabo-
ración y cooperación con todas las Administraciones públicas con competencias directas
o indirectas en el sector. Además, de estrechar los lazos con el resto de agentes que
intervienen en el sector: desde la ciudadanía, hasta los empresarios, incorporando las
valoraciones de los turistas, las demandas de los trabajadores del sector, así como las
opiniones de las asociaciones que intervienen en este ámbito.