CAPÍTULO IX. LA ACTIVIDAD DE TURISMO ACTIVO
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al servicio turístico sin necesidad de pernoctar y ni siquiera en el marco de una empresa
turística, como es el caso del senderismo por vías pecuarias o caminos rurales rehabilita-
dos para ese fin. Sin embargo, la conjugación de deporte, turismo y ocio no es ni ha sido
exclusiva de las zonas rurales de interior, sino que también se ha producido en zonas cos-
teras como por ejemplo en Tarifa donde la práctica del
windsurf
ha constituido, ahora junto
el
kitesurf
, el atractivo significativo de la zona
11
. De hecho, como veremos posteriormente,
es la actividad, con independencia de donde se desarrolle, la que determina la existencia
de este «servicio turístico» pues igual consideración tiene la práctica, a los efectos que
nos interesa, del piragüismo en el Guadalquivir a la altura de Sevilla que el practicado en el
Pantano de los Hurones (Cádiz) o en el Parque Natural de Cabo de Gata (Almería).
Igualmente conviene precisar, antes de continuar, que las actividades de turismo depor-
tivo, activo, de aventura, etcétera, si bien inicialmente se pudieron configurar como una
oferta complementaria al denominado
turismo rural,
hoy en día, al menos en numerosas
ocasiones
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, constituye el objetivo o el motor principal que impulsa a determinados turis-
tas, transformándose el alojamiento o la restauración en una cuestión de naturaleza acce-
soria y complementaria, sin que ello signifique que sean irrelevantes, pues pueden llegar a
ser el detalle que determine la elección de un destino u otro, siempre que ambos ofrezcan
las mismas posibilidades de realización de la actividad
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. Por tanto, si en un primer mo-
mento podía afirmarse sin género de dudas que el turismo rural favoreció el desarrollo del
turismo activo, actualmente podemos aseverar que el turismo activo, en una relación de
sinergia, ha impulsado el desarrollo y consolidación del turismo rural
14
.
decantarse por el turismo de naturaleza son descansar (38%), deporte (32%) y naturaleza (28%), cfr.
El turismo
de naturaleza en España
, Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, 2004, p. 7.
11
Consciente de esta realidad, por ejemplo el Decreto Andalucía 20/2002, en su exposición de motivos, ma-
nifiesta que aunque el turismo rural y el turismo activo poseen rasgos claramente distintivos se ha considerado
oportuno la regulación de ambas en una misma norma pues las dos tienen un fuerte elemento común, «como es
que sus servicios son demandados preferentemente por turistas motivados por disfrutar del contacto con la natu-
raleza, aun cuando el segundo –el turismo activo– no tenga por qué realizarse exclusivamente en el medio rural».
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En este sentido Rivera Mateo cuando manifiesta: «las actividades recreativas “activas” pueden, por otra
parte, constituirse en motivo principal del viaje y conformar un turismo específico de “vacaciones activas”, pero,
otras veces, y de manera más frecuente, son más bien actividades secundarias como oferta complementaria de
otras principales e integradas dentro de la oferta genérica de algunos destinos o segmentos turísticos, lo que
complica aún más su delimitación», M. Rivera Mateo, «La oferta comercial de turismo activo de naturaleza en Es-
paña: estructuración, tendencias recientes y contextualización territorial»,
Turismo y Sociedad
, XVI (2015), p. 87.
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En este sentido, Miranda Viñuelas señala: «la aventura buscada en todo tipo de turismo viene propiciada en
numerosos casos por la práctica de estas actividades físicas en el medio natural. En un estudio realizado por
Miranda y Andueza se contabilizaron los servicios ofrecidos por las empresas que ofrecían paraísos turísticos.
Resultó sorprendente que el deporte era la oferta mayor, con un 57% seguida de las infraestructuras con un
lejano 31%», J. Miranda Viñuelas, «Turista fascinado, deportista explorador. Vínculos entre deporte y turismo y
sus repercusiones publicitarias y humanas»,
Revista Interamericana de Ambiente y Turismo
, núm. 11 (2015), p. 72.
14
En un sentido similar, Porras Lima –«Las actividades de turismo activo en Andalucía: una modalidad de
turismo deportivo en constante desarrollo»,
Anuario Andaluz de Derecho Deportivo
, núm. 4. p. 180–, cuando
manifestaba: «en principio las ofertas de turismo activo eran complementarias a otras ofertas turísticas en la