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REDES SOCIALES EN PERSPECTIVA DE GÉNERO: GUÍA PARA CONOCER
Y CONTRARRESTAR LAS VIOLENCIAS DE GÉNERO ON-LINE
Los neomachismos son un fenómeno reaccionario.
En este sentido, aparecen como reacción a los logros
feministas de las últimas décadas, sobre todo, ante
la posibilidad de perder los privilegios que antaño el
machismo les había otorgado por el simple hecho de
haber nacido hombres cis y comportarse de acuerdo
a la masculinidad hegemónica y heteronormativa.
Por ello, se caracterizan por cuestionar los recientes
avances en materia de género y las legislaciones que
se han conseguido, pero también por atacar feroz-
mente, a menudo en forma de machitrols, a las mu-
jeres empoderadas y feministas, incluso creando un
nuevo concepto para llamarlas feminazis.
La distribución viral de imágenes como los memes
pueden servir a la causa neomachista y las consi-
guientes violencias de género (Burgos et al, 2014).
Existen célebres memes con frases tremendamente
machistas como “mujer déjame que te diga lo que
tienes que hacer”; “Machista dios que las hizo infe-
riores”, “stop feminazis”, “cuidado! La violencia no
tiene género, la mujer también mata”, y tantos más
que pueden consultarse libremente en machirulos.
com.
Sin embargo, y finalmente, los pocos datos disponi-
bles que tenemos al respecto confirman las dificulta-
des, pasividad o incluso violencias institucionales al
respecto. Según un estudio de ACP (2015) publicado
en GenderIT , un 60% de las agresiones on-line que
se reportan no son investigadas y solo en 1 de cada
3 agresiones reportadas generan alguna acción al
respecto por parte de los proveedores de internet o
plataformas donde ocurre la agresión. Además de la
omisión en generar datos para poder estudiar y diag-
nosticar con precisión el fenómeno de las violencias
de género on-line, la falta de acciones por parte de
los responsables públicos y privados de la comunica-
ción on-line para perseguir y castigar estas violencias
genera impunidad para los agresores y sus grupos de
apoyo, haciendo que el problema persista, se agran-
de y se agrave.
Por todo lo expuesto pues, es preciso hacer frente a
todo tipo de agresores y ejecutores de violencias de
género off y on-line, impliquen violencia física o no,
extrema o no. Las consecuencias no solo son graves
para las mujeres y las personas LGTBIQ, sino para el
conjunto de la sociedad que no consigue erradicar la
lacra machista y patriarcal de sus estructuras básicas
y, por tanto, acabar con tantas violencias. Por ello es
imprescindible el compromiso de las autoridades en
aras de generar datos y políticas que permitan hacer
frente a las violencias de género, también on-line.
Además, es necesario el compromiso de las platafor-
mas on-line, así como de la sociedad en su conjun-
to para avanzar hacia unas prácticas on-line libres
de violencias . Solo así internet y las redes sociales
on-line resultaran realmente accesibles y permitirán
su uso y disfrute por parte de todos, también de las