Han concluido las jornadas presenciales del HackCamp. Han sido tres días de trabajo muy intenso, donde se ha conseguido mantener un grado altísimo de energía y motivación. Muchos de los grupos de trabajo articulados en torno a los seis retos, se quedaron hasta bien tarde ultimando las presentaciones y desde luego, el esfuerzo ha merecido la pena. ¡Qué gran nivel de calidad y trabajo hemos podido ver hoy!
Dos días han dado mucho de sí, y es que, después de las horas que los participantes han pasado juntos, se han construido relaciones que van a ser fructíferas en el futuro. Esto es solo el comienzo. El ambiente general que se ha vivido es de un auténtico “campamento hacker” dentro del IAAP.
El edificio del aulario ha sido, literalmente, hackeado por los participantes que lo han hecho suyo. Por ejemplo, uno de los grupos, en concreto el que se ha encargado de repensar el efecto de los espacios públicos, ha trasladado el despacho del Director General al hall. Querían demostrar que con un simple acto simbólico se pueden romper las barreras, la verticalidad y jerarquía en la que la administración está inmersa. También han habilitado un sillón, en el que invitan a cualquiera que pasase a sentarse, otro elemento simbólico que demuestra la cercanía que se puede establecer en ese quebrar los muros que separan las instituciones de la administración.
Otro grupo, el de videotutoriales, ha utilizado la sala de recepción para realizar un video en el que demuestran que gracias a las nuevas tecnologías, la administración puede ser implementada. Se oía, también, comentar que el próximo HackCamp podrían poner colchones y así poder disfrutar de mas tiempo de trabajo. El éxito de este “campamento” es sin duda el espíritu y las ganas de trabajar por el cambio.
La jornada ha transcurrido enteramente, en el Salón de Actos, donde hemos podido escuchar las palabras del Director del IAAP, que ha incidido en cómo adoptar las metodologías que parten de una base innovadora para adaptar la administración a los cambios que vienen. Seguidamente, Carmen Seisdedos, subdirectora del IAAP, ha presentado a Raúl Oliván, y ha comentado la importancia que tienen las Redes Sociales y los blogs en la creación de contenidos innovadores y el componente de generosidad que supone.
Raúl, que anticipó en su blog algunas notas de esta conferencia, ha hablado ante un público conocedor de toda esta pléyade de nuevas iniciativas tanto tecnológicas y sociales. Los participantes que se han apuntado a este HackCamp saben a lo que venían: a experimentar, a crear, a poner el cuerpo y la mente en pleno rendimiento para crear prototipos, así que Raúl, que es experto en innovación en la administración pública, ya que trabaja en una de ellas (el Ayuntamiento de Zaragoza), sabe el potencial creativo que hay dentro del funcionariado y que, por tanto, el público que hoy se encontraba en el Salón de Actos estaba muy predipuesto a estos temas. Por eso, se ha metido directamente en materia y mediante ejemplos concretos que se están haciendo en Zaragoza Activa, que es el contexto que él conoce, ha ilustrado con la metáfora del caballo de Troya, cómo la innovación ha entrado en las instituciones públicas y cómo se pueden mejorar las iniciativas si se atiende a un concepción basada en la “ética hacker”.
Con ello se refiere a que no podemos ser ajenos a los cambios tecnológicos y sociales, que desde fuera las instituciones, con los movimientos sociales o los laboratorios ciudadanos, por ejemplo, están teniendo lugar. Son iniciativas sociales que provienen de la ciudadanía, “que vuelan por debajo del radar” y que por tanto hay que detectarlas, para abrir la administración y trabajar con ellos. Esta es, entonces la tesis principal de Raúl: abrir desde dentro de las instituciones, él propone la etiqueta #hackerinside, para dejar que la innovación se introduzca, y aprender de este tipo de iniciativas que vienen de fuera, porque están sucediendo cosas interesantes, osadas, transformadoras.
Así, la administración pública debería adoptar las herramientas y las metodologías de la ética hacker, la filosofía del software libre, puesto que “el idioma del siglo XXI es el código y el código es libre, no privatizado”.
De esta manera, otras disciplinas se pueden contagiar, se pueden replicar para que el movimiento se extienda. Estas lógicas, las ha agrupado en lo que ha denominado como “cuarta revolución industrial”, es decir, nuevos parámetros de producción basados en estructuras de trabajo horizontales, en la estimulación creativa de la ciudadanía, que han dejado de ser sujetos pasivos, consumidores a ser prosumers, creadores de su propio relato, de su propia historia, y por tanto, empoderados.
Estas lógicas habría que introducirlas en la administración pública, ya que la Administración, según su opinión, aún no ha completado el proceso de transición digital, y se deben hacer mediante la lógica de innovación troyana -dispositivos y metodologías troyanas- como en este HackCamp, donde se ha visto que los empleados y empleadas públicas son prosumidorxs, conscientes de su potencial y capacidad, y de que el trabajo en equipo, el DIWO (do it with others) propio de contextos y procesos de aprendizaje informales, también se pueden aplicar e introducir en la administración, hacerlos propios, que los empleados sean protagonistas de sus propios procesos de cambio, porque éste, aclara Raúl, es un movimiento global a gran escala e imparable.
Estos dispositivos troyanos son pequeñas estructuras públicas, donde han asumido y operan desde la conciencia hacker, y que se han introducido gracias al “hacker inside”, es decir, personas con iniciativas y mentalidad abierta, que saben que los procesos transformadores están teniendo lugar y quieren llevarlos a la administración. El hackeo se configura como una fuerza performativa, el mero hecho de pensarlo y decirlo, es ya una revolución, porque el entusiasmo se contagia. Para detectar estas prácticas sociales innovadores de las cuales la Administración Pública debería de aprender, Raúl ha elaborado un “kit de herramientas para abrir las instituciones” donde ha resumido en una serie de elementos comunes con un leit motiv continuo, que es de la innovación y apertura.
Así, habría que transitar desde las burocracias a la experiencias, porque prestar atención a las necesidades de los colectivos específicos es necesario, de las masas a las multitudes, es decir poner en valor la multitud inteligente operando gracias al empoderamiento de la tecnología, de las ventanillas a las redes, porque las relaciones con las administraciones han de ser cambiadas, y aprender también de la economía digital, del funcionariado a la mediación, puesto que hay nuevos perfiles, que son figuras híbridas que trabajan en la intersección de la administración con la ciudadanía, este tipo de figuras supone captar talento y oxigenar el equipo, de las suspicacias a la confianza porque hay que cambiar las relaciones de los ciudadanos, para que el sentimiento de pertenencia y apropiación sea mas arraigado, de los organigramas a las confluencias, para que haya una confluencia entre el ámbito público, el privado y el social común, – el llamado cuarto sector-, de los usuarios a las comunidades, también del estado pasivo al estado emprendedor, y por último del reglamento al experimento.
Porque las mayores innovaciones se hacen en los espacios públicos, y debemos aprovechar el potencial, recursos y capital humano que éstas ofrecen.
Los retos y los prototipos en los que los participantes de los seis grupos han estado trabajando son entonces, bajo las ideas de Raúl Oliván, dispositivos troyanos. Las presentaciones de los prototipos así lo han demostrado. Hemos podido ver, por ejemplo, el prototipo totalmente funcional de un juego ya hecho para abordar la problemática de la brecha generacional. También varias herramientas, SIGAMOS (Sistema Integral de Movilidad Sostenible), la Oficina de Unidad Integral al Ciudadano (bajo el título de Susto o Muerte), y el encontrador de personas, todas ellas intentan mejorar y optimizar la eficiencia de los recursos humanos, ambientales y mejorar las relaciones entre administración y ciudadanía, ponen en contacto a los empleados y empleadas públicos para trabajar y colaborar juntas, inciden en la importancia de la alfabetización digital y el poder de las herramientas de acceso desde cualquier dispositivo, como el prototipo del videotutorial que un grupo ha hecho.
En definitiva, este HackCamp ha resultado ser un verdadero campamento, una suspensión de actividad laboral cotidiana para centrarse en la experimentación, en la puesta en práctica de la innovación y el trabajo en equipo. Es mediante este tipo de experiencias que se puede mejorar la Administración Publica, y en este caso, los troyanos ya estaban dentro de ella, solo había que descubrirlos y ponerlos en común.
En la despedida de la jornada tanto las personas participantes, que además de trabajar en los grupos han consensuado un manifiesto que apela a la continuidad de actividades como el HackCamp, como los responsables políticos han presentado una declaración del compromiso por con la innovación desde dentro de la administración. Ambos textos han sido publicados en este mismo blog.
En las próximas semanas publicaremos más información, fotografías en la galería del IAAP, documentación, vídeos y textos, de los prototipos y sus diferentes derivaciones que irán contándose en el canal de Telegram del HackCampIAAP.
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