Itinerarios en la naturaleza y la historia (III). Canillas de Aceituno-El Saltillo

En esta ocasión te traemos una ruta por el Parque Natural de Sierras Tejeda, Alhama y Almijara. Un paseo por la malagueña comarca de la Axarquía con el que podrás disfrutar en familia de la Naturaleza y el paisaje.

Por Antonio Pulido Pastor. Dpto. Gestión Espacios Naturales Protegidos. D.T. Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Málaga

Nivel: Medio-Alto

Distancia: Aproximadamente 7 km ida y vuelta. Algunas pendientes fuertes y repentinas

El lugar de inicio es la plaza del Ayuntamiento en la localidad de Canillas de Aceituno (Málaga), uno de los municipios que forman parte del Parque Natural Sierras Tejeda, Alhama y Almijara. Desde ahí el itinerario debe estar bien señalizado puesto que el Ayuntamiento lo ha impulsado últimamente mediante la mejora del mismo. En cualquier caso, se puede preguntar qué calle seguir para llegar hasta la “loma del Albercón”. El albercón es un depósito a cielo abierto que se creó en su día y aún hoy sigue funcionando como regulador para los riegos en las huertas del cinturón que rodea al pueblo de Canillas de Aceituno. De hecho, este itinerario es el que conduce hasta el azud o toma de agua ejecutada en el tramo alto del río Almanchares y que por tener un pequeño salto de agua, se le conoce como “el Saltillo”. Por el sendero discurre además la acequia (del árabe saqá, “conducir”) que lleva el agua desde el río hasta su destino, los balates (del árabe balat, “empedrado”) mediante los que se nivela el terreno para su manso riego a manta haciendo posible el cultivo del suelo y la prosperidad de los huertos que circundan el entorno urbanizado.

Estos huertos o vergeles son verdaderos jardines que en aquellos tiempos incluso pretendían emular al paraíso (en árabe Yanna), de donde procede el prefijo Gena-Gene con que se denominan algunos (es el caso del Genal). En ellos se produjo toda una revolución agrícola mediante la introducción y aclimatación de especies vegetales procedentes del Medio o Lejano Oriente de las que la sandía, alcachofa, berenjena, naranjo, cerezo y algodón son las más conocidas, así como la caña de azúcar. Toda la tecnología del regadío agrícola se desarrolla con posterioridad a la época de predominio cultural romano y por eso se escribe principalmente en lengua árabe, porque se expande durante el apogeo andalusí.

Fotografía de una acequiaEn el sistema de regadío tradicional, donde la acción gravitatoria es la fuerza que distribuye el agua, la acequia se convierte en una línea de vida por encima de la cual se encuentra el secano, ocupado por regla general por la vegetación silvestre y espontánea. Estas líneas tienen generalmente escasa pendiente, exigiendo por ello largo recorrido y convirtiéndose en facilitadoras para el acceso a pie una vez sistematizado el terreno a su paso. Es por lo que se le suelen llamar a veces los caminos del agua. Y merced a ello, se convierten en magníficos lugares para una visita en plena naturaleza donde se nos ofrece el que tal vez pueda ser el mejor ejemplo de la simbiosis hombre-naturaleza, armonizada a lo largo ya de milenios de años y en la que plantas cultivadas y biodiversidad silvestre se entremezclan a la perfección confundiéndose y sirviéndose unos de otros. Así, en este recorrido podemos encontrar tanto olivos, almendros y vides en secano como pinares de pino carrasco (Pinus halepensis Miller) o negral (Pinus pinaster Aiton) entre los que se disponen las plantas de matorral y herbáceas propias de la zona, principalmente jaguarzos (Cistus clusii Dunal), aulagas (Ulex parviflorus Pourret), matagallos (Phlomis purpurea L.) En los huertos, la variedad es mayor, tanto en arbolado, como en variedades hortícolas. Entre los primeros naranjos, higueras, granados, nísperos, serbales, manzanos, melocotoneros, ciruelos, limoneros, laureles, y los más recientes aguacates son los más frecuentes, colándose algunas espontáneas amantes de ambientes húmedos como es el almez (Celtis australis L.) Entre las no leñosas, toda especie es casi posible dada la combinación entre temperaturas suaves y humedad, pero las más conocidas entre nosotros prosperan en aquellos retazos de jardín vertical sin ningún tipo de problema.

Esta es una ruta de cierta facilidad dado que nos adentra en el seno de una abrupta montaña de pendientes pronunciadas permitiéndonos disfrutar de un paisaje asombroso como son tanto las laderas de la vertiente sur de Sierra Tejeda como las magníficas vistas hacia el litoral y el horizonte marino. La coincidencia con la acequia en algunos de los tramos, la hace aún más agradable y algunas de las pequeñas albercas existentes siguen siendo refugio para fauna anfibia e insectos acuáticos, manteniendo por ello alto valor para la conservación de la biodiversidad.

Las mejores sensaciones se encontrarán al avistar y adentrarse en el barranco montañoso del río Almanchares, donde la verticalidad de sus paredes rocosas las hace estremecedoras. Aquí, la topografía alterna blancas laderas de arenas dolomíticas con recias paredes fracturadas de colores gris oscuro y ocres más o menos anaranjados o blanquecinos. Los cultivos desparecen en esta zona y la vegetación natural se hace más densa, dominada por pinos negrales y sabina negral (Juniperus phoenicea L.)..y al fondo se puede contemplar la inesperada y descomunal cara sur de Sierra Tejeda, con sus canutos casi verticales a los que llaman “los Chimeneones”. Uno de sus tramos sortea una de esas paredes totalmente vertical lo que hace necesario el auxilio de una pasarela quedando el visitante casi suspendido en el aire. A este tramo le llaman el segundo caminito del rey, por su parecido al existente en el Desfiladero de los Gaitanes.

En esta zona, la vida silvestre se vuelve más activa e intensa. En el ámbito del cañón y posándose en sus paredes rocosas se pueden encontrar córvidos y aves de presa de mediano y gran tamaño como son las grajillas (Corvus monedula L.), el arrendajo (Garrulus glandarius L.) el cuervo (Corvus corax L.) o la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax L.), el cernícalo vulgar (Falco tinnuculus L.), halcón peregrino (Falco peregrinus Tunstall), águila perdicera (Aquila fasciata Vieillot) y águila real (Aquila chrysaetos L.). También el sonido del agua al saltar entre las piedras genera un ambiente mucho más amenizado y sonoro.

Y así se llega hasta el mismo cauce del arroyo donde las aguas son captadas para llevar al pueblo y abastecerlo de agua potable y de riego. Es importante pues no alterar la zona y evitar acciones que perjudiquen la calidad del agua.

El retorno se hace por el mismo camino en sentido inverso y descendente según el curso del agua, salvo que el visitante quiera bajar por un estrecho sendero en malas condiciones de transitabilidad hasta el área de La Rahige y regresar por la carretera hasta el pueblo.

Canillas de Aceituno es famosa ya por sus restaurantes donde se sirve el chivo al horno y en otras modalidades, así que si has reservado mesa, ya puedes ir preparándote para el homenaje.

Dónde comer:

Canillas de Aceituno:

  • Bar la Sociedad
  • Bodegón de Juan María
  • Asador La Maroma

Sedella:

  • Bar de Frasco
  • Bar El Chiringuito

Alcaucín:

  • Bar la Parra
  • Mesón El Ciervo
  • Restaurante La Era (Puente D. Manuel)

 


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