Page 257 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
P. 257

coincidir con el bajo contenido en materia orgánica de gran parte de nuestros sue- los, escasez de turba y elevado precio de productos fertilizantes. Ello aconseja el estudio y diseño de distintas formas de reciclado de estos residuos y su utilización para mejorar los suelos.
Existen distintos métodos de aprovechamientos según el tipo de desperdicio de que se trate. En el caso de los ganaderos, principalmente, y de los procedentes de industrias agroalimentarias parece que puede ser eficaz el proceso de digestión anaerobia, que es posible emplearlo en el tratamiento de residuos tales como las basuras domésticas; pero hasta el momento es necesario realizar investigaciones en mayor profundidad.
3 .3 .
“El abonado en la agricultura ecológica irá orientado a proteger y fomentar la vida microbiana en el suelo, al cual consideraremos como un elemento ‘vivo’ de la explotación, que proporcionará cuanto necesiten para nutrirse las plantas. [...] El estiércol está formado por una mezcla de la cama de los animales y de deyecciones, que han sufrido fermentaciones más o menos avanzadas en el establo y después en el estercolero. El estiércol sufre fer- mentaciones muy activas, que elevan su temperatura hasta 60-80 oC y con- ducen, por último, a la formación de la denominada ‘manteca negra’. Para reducir el desprendimiento de amoníaco y activar la descomposición de la materia orgánica es necesario impedir la presencia de aire en el interior del
222 montón de estiércol” .
la evolución agraria .
La producción agraria, en un principio, se consideraba fruto de la unión entre el cielo y la tierra. Las prácticas agrícolas mantuvieron durante largo tiempo un sentido ritual con la finalidad de aumentar la productividad. La actitud de cola- boración con la naturaleza se mantuvo durante siglos. Como ya decía Miguel de CERVANTES: “[...] aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella sin ser forzada ofrecía por todas las partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían”.
222 CÁNOVAS FDEZ., A. F.; HILGERS M.; JIMÉNEZ MEJÍAS, R.; MENDIZÁBAL VILLALBA, M. y SÁNCHEZ GUTIÉRREZ, F.: Tratado de Agricultura Ecológica. Instituto de Estudios Almerienses. Almería. 1993. Págs. 37 y 38.
II. MARCO TEÓRICO
  257
 
























































































   255   256   257   258   259