Page 263 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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II. MARCO TEÓRICO
Las catastróficas consecuencias del liberalismo forestal (deforestación acelerada, fenómenos torrenciales, inundaciones), hicieron que se introdujeran más tarde me- canismos correctores que permitieran la intervención estatal en terrenos forestales en manos particulares, con el fin de asegurar su función protectora. En 1901 se constituyeron las Divisiones Hidrológico-Forestales con el propósito de intervenir y repoblar las cabeceras de las cuencas; y en 1908 se promulgó la Ley de Montes Protectores232 que sentaba definitivamente las bases de un instrumento jurídico para la consideración de la Utilidad Pública de un monte, en virtud de su situación y condicionamientos físicos, independientemente de su régimen dominical.
Después de un corto período donde la situación; por la coyuntura internacional, desarrollo de la Primera Guerra Mundial, en la que el gobierno español perma- neció neutral, facilitando, en general, su comercio y las exportaciones, que por entonces, pertenecían, fundamentalmente, al sector primario; pareció que podía evolucionar favorablemente, se tornó a la acostumbrada penuria, impulsada por el aumento de los capitalistas terratenientes, ya que los primeros agricultores en quebrar habían sido los que menos tierras poseían, a favor de aquellos. La Segun- da República supuso un breve paréntesis convulso y lleno de conflictos donde no se llegaron a solucionar los graves problemas de la agricultura española, ni siquiera se instrumentaron mecanismos para que los jornaleros pudieran partici- par en los beneficios de las explotaciones, para aliviar su situación y fomentar la productividad; y, a continuación, una guerra fratricida que dejó al país exhausto. El 3 de septiembre de 1939 estalló la que desembocaría en la Segunda Guerra Mundial. En este caso el mantenimiento de la neutralidad por el gobierno español tuvo un coste muy alto, pues se acababa de salir de una tremenda contienda civil. Durante los seis años que duró el conflicto bélico, se agudizaron los problemas de abastecimiento de materias primas, maquinaria y productos energéticos, ya que la navegación por mar era extremadamente peligrosa. Por consiguiente, no sólo la importación de mercancías como petróleos, fertilizantes o equipos de producción se hacía difícil, sino también la exportación de los típicos rubros mediterráneos.
La ausencia o escasez de suministro de los distintos factores para la elaboración de los artículos agrícolas, contribuyó, de manera decisiva a los bajos rendimientos de toda la década de los cuarenta, así como a las profundas restricciones, próximas al hambre, que obligaron al racionamiento. A ello contribuyó la pérdida de ganado de labor, con motivo de la guerra, en más de un 8%. A esta caótica situación cola-
232 La Ley de Montes Protectores dispuso que se consideraran como de interés general y de utilidad pública, además de los ya catalogados por el Ministerio, los montes y terrenos que debían repoblarse forestalmente, siempre que se hallaran en alguno de los casos que la Ley señalaba.
Se publicó esta Ley en la Gaceta de Madrid, año CCXLVII, número 178, de 26 de junio de 1908.
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