Page 615 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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Dentro del consumo de agua en la agricultura, las distintas zonas regadas presentan
comportamientos diferenciados, en función de los tipos de cultivo predominantes
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y del control de los regadíos . Territorialmente, se debe reseñar como principales
ámbitos de demanda, a nivel regional, los de la cuenca intermedia del Corbones- Guadaira, seguida por la intermedia del Guadaira-Salado de Morón. A más distan- cia, se encuentra la del Guadiamar, en las marismas del Guadalquivir y, también, a cierta distancia de ésta la del Alto Genil, la del Guadalete, la del Guadalhorce, la del Almanzora, la del Guadiana Menor y la de Dalías, respectivamente.
El segundo gran aspecto al que hay que referirse, para analizar la incidencia de las actividades agrarias sobre los recursos hídricos de la región andaluza, es el de la contaminación producida tanto sobre las aguas superficiales como sobre las subterráneas. El retorno de las aguas utilizadas para riego, que transportan parte de los fertilizantes y productos fitosanitarios, además de los residuos orgánicos y no orgánicos de la actividad agraria, junto con los problemas de salinización por sobreexplotación y deterioro de las aguas por filtración de los contaminantes a través del suelo, en los acuíferos, son los agentes principales de los fenómenos de contaminación hídrica provocada por la agricultura. A su vez, no debe olvidarse que una parte importante de la contaminación de las aguas de origen industrial, se debe a procesos de transformación de productos agrícolas, especialmente, los
214 alpechines de la industria aceitera y las melazas de la azucarera .
212 Precisamente uno de los tipos de implicaciones más importantes, de las relaciones entre las actividades agrarias y las medioambientales, es el que se refiere a aquellas incidencias sobre el uso de los recursos hídricos. El hecho más destacable es, sin duda, el papel de la agricultura andaluza como principal consumidora de agua en la región. Así, de los casi 5.000 hectómetros cúbicos en que se evalúa la demanda total de la región, a finales de la década de los ochenta, el 76,7% son suministrados para la agricultura frente a sólo el 14% destinado a consumo urbano y un 9,2%, que necesitan las actividades industriales.
213 Así, de las 600.000 hectáreas de riego en Andalucía, el 57% corresponden a riegos privados, en tanto que el 43% restante corresponde a las zonas regables públicas. En primer lugar, destaca el carácter mucho más consuntivo de los regadíos públicos que absorben el 59% del consumo de agua. A su vez, ello se traduce en un consumo unitario que casi se duplica en éstos frente a los riegos privados. El gasto medio por hectárea se sitúa en los 4.213 m3 en este caso, por los 8.109 de los públicos.
214 Los ámbitos más afectados por la contaminación de las aguas de origen agrícola coinciden, lógicamente, con las zonas de uso más intensivo, con una agricultura de regadío y más tecnificada, donde se está apreciando un mayor impulso en las nuevas agriculturas. De esta forma, el eje del Guadalquivir, el Genil, el Guadalete y los cursos mediterráneos del Guadiaro, Guadalhorce, Vélez, Adra y Andarax constituyen los principales ríos afectados por la contaminación agraria.
mentalmente, en las grandes zonas hortícolas de los nuevos regadíos del litoral Aquí se encuentra otro de los grandes males medioambientales de la agricultura andaluza, con el problema de la eliminación de los residuos plásticos generados en las áreas de invernaderos y cultivos forzados. El incremento de la superficie dedicada a estos usos aumenta progresivamente año tras año, con lo que se mul- tiplican los residuos y sus efectos ambientales.
III. ESTUDIO DE CASO
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