Page 854 - El Programa de Medidas Agroambientales en la provincia de Huelva
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EL PROGRAMA DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN LA PROVINCIA DE HUELVA
 En definitiva, no se ha producido un amplio debate sobre las implicaciones am- bientales de las actividades agrarias, y, en todo caso, los problemas de este tipo que se atisbaban en la agricultura española eran diferentes a los que pretende remediar el Programa de Medidas Agroambientales. Esto ha provocado, también, un cierto relajamiento a la hora de ponerlo en marcha. Tampoco la población consideraba que las explotaciones agrícolas conllevaran unas emisiones contaminantes de gran alcance, al estar más sensibilizada con otros problemas medioambientales como la polución industrial, los residuos tóxicos o la gestión de los desechos urbanos. Así, las Administraciones Públicas no han tenido especial urgencia en configurar el ámbito normativo que posibilitara la iniciación del Programa en España, señalando otros problemas medioambientales que no se identificaban de forma inmediata con la contaminación como la erosión o el uso ineficiente del agua de riego.
“‘Algunas de las ayudas del reglamento europeo encaminadas a desinten- sificar los sistemas de producción (reducción de inputs, disminución de la carga ganadera, etc.) no tienen mucho sentido en la agricultura española, que en su mayor parte es extensiva y cuyos problemas medioambientales son otros’. (Entrevista a representante del M.A.P.A.: en la Subdirección Ge-
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neral de Formación e Innovación)”
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Quizás, por estas razones el Programa de Medidas Agroambientales y su transpo- sición a la normativa española no ha estado entre las prioridades de las Adminis- traciones Públicas. Desde el ámbito de las mismas se reconoce cierta dejadez en la aplicación de estas medidas, no realizándose estudios serios previos a la defini- ción de la propuesta española para el mismo, que lo adaptasen mejor a las circuns- tancias de la agricultura hispana, aprovechando más a fondo las posibilidades que se ofrecían, lo que conllevó numerosos rechazos por parte de las autoridades de Bruselas, hasta que se aceptó la última versión del mismo. Esto ha traído como consecuencia, asimismo, que los agricultores se han interesado no demasiado en la ejecución de estas medidas, que estaban alejadas, en algunos casos de la rea- lidad de sus explotaciones, y no respondían a las expectativas despertadas. De esta forma la complejidad del proceso negociador ha sido muy elevada, debido a que las propuestas españolas tenían escasa justificación ambiental y había que reelaborarlas para lograr su homologación por las autoridades europeas. Estas cir- cunstancias explican el retraso que se ha producido en la aplicación del Programa, ya que no fue hasta septiembre de 1994, cuando el Comité europeo dio el visto bueno a la propuesta agroambiental española.
133 GARRIDO FERNÁNDEZ, F. E.: Op. Cit. Pág. 184. 854
  


























































































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