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PARTE 1. REDES SOCIALES, GÉNERO Y VIOLENCIAS DE GÉNERO
elemento o rasgo de una persona como unido de
manera inextricable con todos los demás elementos,
para poder comprender de forma completa la propia
identidad. Estemarco puede usarse para comprender
cómo ocurre la injusticia sistemática y la desigualdad
social desde una base multidimensional”
Muchas de estas características propias a las redes
sociales también se han visto replicadas y copiadas
en las plataformas de redes sociales que replican en
el mundo on-line los sistemas de privilegios y las re-
laciones de poder que se dan entre personas y entre
grupos sociales privilegiados y discriminados off-li-
ne. Además, el uso intensivo de las redes sociales
en internet no significa forzosamente crear red y ser
capaz de llegar a una diversidad de públicos y/o mas
perfiles o grupos sociales hacia los cuales se quiere
comunicar o con los cuales se quiere intercambiar.
Las características relacionadas con el capital social,
así como el efecto mateo influencian para cada una
de nosotras y nuestras oportunidades.
Todas vivimos en co-dependencia con nuestros pri-
vilegios, o su ausencia, y las relaciones de poder que
derivan de estas estructuras. Estas marcan y delimi-
tan nuestras opciones y libertades. Por ello, el rever-
so del efecto mateo, el efecto Matilda, justamente
consiste en que cuando ya se parte de una situación
de discriminación se tiende incluso a menos. Ni si-
quiera los méritos, bienes y contactos conseguidos
sirven para ir a más.
Añadido a estas estructuras sociales y económicas, en-
contramos los desarrollos tecnológicos que refuerzan
estas tendencias. Las plataformas de redes sociales
han establecido una lógica y una narrativa construida
alrededor del mito de que el protagonista del mun-
do eres tú facilitando que se obvien las relaciones de
poder descritas anteriormente. Así es como aparecen
conceptos como el “prosumidor”, quien produce y
consume a la vez contenidos. Muchas redes sociales
son “gratis”, aunque esta gratuidad se base en realidad
en convertirnos a nosotras mismas en productos. En
el fondo no se nos están brindando servicios gratuitos,
sino que los estamos pagando con nuestra propia ex-
posición y generación de contenidos.
La evolución en los últimos años de muchas platafor-
mas de redes sociales ha sido marcada por el diseño
de algoritmos e interfaces que estimulan de manera
creciente los llamados filtros burbujas. Estos perso-
nalizan el resultado de tus búsquedas y navegación
gracias a algoritmos de predicciones. Dan a ver la in-
formación que a la persona usuaria le gustaría ver ba-
sándose en información acerca de una misma (como
localización, historial de búsquedas, y elementos a
los que les dio clic en el pasado). Un ejemplo son los
resultados de la búsqueda personalizada de Google y
el hilo de noticias personalizadas de Facebook. Como
resultado, nos encontramos alejados de la informa-
ción que no coincide con nuestros puntos de vista,
aislándonos efectivamente en burbujas ideológicas y
culturales propias.