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Relato 5. Imágenes prácticas de innovación. Propuestas para el próximo milenio

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Este último relato se compone de visiones, intuiciones y palabras surgidas del grupo a lo largo del MOOC «Innovación en el sector público». La intención es que nos ayuden y sean  sugerentes para continuar explorando y abriendo caminos en relación a la innovación, en vez de cerrarlos.

Contra la poesía… que no se refleje en los presupuestos…

Hace cinco semanas comenzamos la travesía de este MOOC nuestro particular viaje a Ítaca. Con aquel poema de Ítaca del primer relato, conectamos con el sentir de muchas personas acerca de la necesidad de un lenguaje nuevo, ante el cansancio de una retórica que nada dice y nada cambia, en un contexto donde priman la burocracia y jerarquías demasiado rígidas. Alicia, que tanto nos ha ofrecido con su generosa inteligencia y sensibilidad,  en su blog, reivindica la poesía, y con ella, Joaquín Soriano,  Ely Kala, y tantxs otrxs. Un filósofo dijo que, tras la carga de destrucción de Autschwitz o Hiroshima, ya no era posible la poesía; y un poeta español respondió que «precisamente después de Autschwitz, es cuando la poesía se muestra imprescindible. Toda vez que el pensamiento racional es el que nos ha traído hasta aquí, debe ser otro tipo de pensamiento, más abierto, el que en su proceso de elaboración modifique el sistema de relaciones, el que nos saque.»

¿ Es cierta la tensión entre el espíritu práctico y la poesía? En aquellos posts iniciales, junto a la alegría por un lenguaje nuevo se transmitía el temor y el cansancio por palabras que sonaban bien, y que hemos visto como se diluían por el camino: calidad, participación, democracia, excelencia,  gobernanza, estrategia… En el mundo de las administraciones, y en la sociedad,  hay un cierto descrédito del discurso que pueda ser usado para reafirmar hegemonías y consolidar prácticas excluyentes y cerradas. Por ello, iniciamos este post con esta formulación sencilla: contra la poesía, si ésta solo sirve como adorno de presentaciones oficiales; contra la poesía que no compromete a quien la usa con la realidad. Y en favor de un lenguaje poético o creativo que empodere a las personas, que explore y desvele la realidad, que sea el resultado de procesos colectivos de significación y y cuyos resultados sean reflejados en los cambios de modelo organizativos y en las partidas presupuestarias. Es posible trasladar la levedad, la conectividad,  la apertura y la apuesta por la inteligencia colectiva a los presupuestos.

Dos imágenes sobre lo que ha sido el MOOC ( y sobre lo que es la construcción de conocimiento en nuestro tiempo…)

Imagen 1. Especies de espacios, o las múltiples ciudades en el desierto de Ersilia

Si hacemos un repaso, como si fuera una visión aérea a vista de dron o de pájaro, por la geografía de este MOOC, veríamos mulltitud de espacios distintos en los que no hay fronteras, y también veríamos que el mapa final es parecido al que encontramos cuando se recorre el desierto de Ersilia: en la ciudad original de Ersilia, los habitantes tendían de una casa a otra hilos de colores distintos, en función de como era la relación entre ellos.  Dorados si tenían relaciones de conocimiento, grises si eran económicas, rojos si eran amorosas, violetas si eran de cuidado y afecto,… Así tenías que andar por las calles sorteando los hilos que iban de un lado a otro y que a lo largo de los años iban aumentando, en la medida en que se hacían más ricas y complejas las relaciones entre las personas. Pasado el tiempo la trama de hilos se hacía tan densa que era imposible vivir con libertad y ligereza en la ciudad. Entonces todxs lxs habitantes trasladaban la ciudad varios kilómetros más allá, comenzando de nuevo en otra duna las interacciones que iban cobrando color y forma distinta, ya que nunca se repetían. Así quien recorre el desierto de Ersilia, puede ir viendo los restos de tantas otras ciudades que tuvieron su sentido, que configuraron agregaciones y desagregaciones , y que como el paisaje del MOOC refleja el mapa de lo que fuimos.

El objeto de un MOOC sobre innovación, no son los contenidos, ni la creación de estructuras compartimentadas, sino el ejercicio de la interacción que permite con libertad agregarse y desagregarse para compartir recursos, dudas, conocimientos: la existencia de un ámbito que hace posible el pensamiento y la generación de ideas sin bloquear de antemano el proceso de exploración. Para ello hemos creado círculos, espacios en hilera, hemos hablado en lugares que parecían pasillos como son los hilos del blog, nos hemos agolpado alrededor del Hangout  como en  estaciones de metro, incluso hemos hecho apartados en habitaciones para dos o para diez personas.  Un contexto de modernidad e innovación es un contexto descentralizado donde los flujos son abiertos y múltiples. Se extiende más allá, como el vuelo propio que ahora cobra el Facebook creado por Toñi Núñez para su bonito proyecto de participación en un centro de mayores, proyecto coincidente con el de Esperanza Dorado. La gestión departamental y compartimentada, del conocimiento y de las organizaciones, pertenece a una arquitectura institucional envejecida que da muestras de saturación. Como en el MOOC, vivir es crear espacios de distintas escalas y uso, y, sobre todo, pasar de un espacio a otro haciendo lo posible para no golpearse…

Imagen 2. Metamorfosis

El artista aleman M.C. Escher, ha realizado este bellísimo vídeo titulado Metamorfosis, que os invito a ver antes de continuar con la lectura del relato. En el vídeo recoge lo que él entiende que es la condición esencial del mundo contemporáneo, la capacidad de mutar, de cambiar para ser cada vez parte de procesos de materia, energía, y conocimiento en el que no dejas de ser lo que eres, como persona, como equipo o como institución, pero cedes una parte de ti para pasar a ser parte de procesos más ricos, más complejos y de mayor escala y alcance que lo que eres a solas. Eso es también un MOOC. Esa es la innovación cuando la abrimos al equipo que nos rodea, a desconocidxs, con los que pasamos a formar partes de otros dibujos. Quizás por eso, nos deja en su blog como despedida  Francisco Javier Domínguez.»que encontrar amigos con el mismo desorden mental, no tiene precio…»

Sacar la innovación del discurso institucional para que sea un compromiso de directivos y responsables de equipos en favor de prácticas de cambio y apertura en  la administración pública. La innovación como exigencia moral

Esta última semana en que llegaba a su fin, el MOOC ha tenido ritmos distintos, ya que hemos ido mezclando la definición final de los retos, con evaluaciones, y tareas que suponían la realización de balances. Hay muchas ideas comunes que han ido surgiendo a lo largo de este tiempo en la comunidad del MOOC, pero una de las más potentes por su valor y por el grado de consenso que ha tenido en muchos posts , es que vivimos en un contexto de cambios que ya no admite lecturas lineales y aisladas. En el sector público podríamos decir que vivimos en un punto de extrema luminosidad y de extrema oscuridad. De extrema oscuridad porque aún no entendemos los cambios que han de producirse y la forma en que nos están interpelando y tambaleando nuestras instituciones. De extrema luminosidad porque aún no entendemos los distintos puntos y las direcciones de donde llega la luz, las aportaciones positivas que nos traen dichos cambios, los usos tecnológicos y el poder que otorga a los distintos actores sociales.

En ese contexto, la innovación es una palabra que corre y se extiende como la pólvora, pero hasta el momento no se transmite la sensación de que en las administraciones esté siendo usada de forma que sea útil y transmita nuevos valores, sino que más bien se ha superpuesto sobre los viejos valores. Mientras la innovación nos habla de procesos, nosotros seguimos apostando  por estructuras; mientras nos habla del poder de los equipos y de la inteligencia colectiva, seguimos con prácticas compartimentadas y fragmentarias; mientras nos habla de condiciones para el diálogo y la ideodiversidad, seguimos centrados en establecer jerarquías. La innovación no depende solo del talento, sino de las condiciones para que el talento florezca, genere ideas nuevas, desarrolle prototipos, se expanda, se replique, haga visibles sus hallazgos. Por ello, para que haya innovación  como respuesta a una nueva realidad social, es necesario el compromiso de directivos de distintas escalas y nivel para crear entornos en los que sea posible la riqueza y diversidad de la inteligencia múltiple y colectiva que hace análisis críticos, no para deslegitimar lo hecho, sino para situarnos en un nuevo contexto y, así, ampliar el campo de priorización y de toma de decisiones. Parece que solo así, se podrá volver a crear la ilusión de los empleados públicos, tal como pide en su vídeo Miguel Carrasco. 

La innovación no es eficaz al servicio del viejo discurso institucional, sino de una nueva institucionalidad, descentralizada, convivencial, conectada, democrática, distribuida, transparente y  solidaria que usa con excelencia y eficiencia la tecnología para formar parte de los procesos de bien común.

El MOOC de innovación: una comunidad que salió en Otoño a buscar la flor del cerezo

Hay un cuento taoísta en el que un caracol comienza en pleno Otoño a subir las ramas del cerezo. Otro le pregunta burlón, que porqué va hacia arriba, si aún no es primavera y no hay flores de las que alimentarse. El caracol le responde sin dejar de ascender lentamente, que cuando llegue a la copa del árbol, ya será Primavera y entonces las habrá. Un MOOC sobre innovación es un cerezo en el que nos pusimos a caminar , sin que aún fuera el tiempo de las flores.

Las administraciones no son solo procedimientos y productos finales. Una institución es un sistema vivo de materia, energía, emoción, conocimiento, comunicación, talento y ética; y estas son las cosas que activan a las personas.  Amparo se plantea cambiar las formas en que se hacen las citas desde el médico de atención primaria a su unidad, y hoy tiene clara la importancia de pensar en voz alta, de hacerse visible, mientras incorpora los susurros de los pacientes a su reto. Marta Fernández en su vídeo en el que combina animación con un divertido «travelling» de realidad ,  recorre su espacio de trabajo en un largo plano, incorporando a sus compañerxs en su búsqueda de la innovación. Ahí quedan el tablón 2.0, el código QR y la tarea de community manager de Javier Sianes en su instituto. Los Buenos días a toda la comunidad MOOC, unida por el ingenio de Álvaro Reinoso cada mañana.  O Luisa López, que continúa con gran éxito la extensión de los ejercicios de «gym» en su trabajo.

En todos esos proyectos, y en tantos otros que no podemos nombrar para no hacernos pesados, a lo largo de estas semanas hemos hablado de cambios en la relación con los ciudadanos, de entender a compañerxs y ciudadanxs como actores sustanciales de los procesos de conocimiento. Hemos convenido que  se ha ampliado la distancia entre el ciudadano , el fucionarix, los equipos, la institución; y que la tecnología y el actual momento son una oportunidad para acortarla. Hemos diseñado procesos muy ricos de empoderamiento. Hemos sacado la innovación del ámbito exclusivo de la tecnología, y la hemos centrado en las personas, en los equipos y en las interacciones.  En definitiva, por lo que hemos venido hablando, no situamos la innovación en la periferia, en el ámbito de lo banal: entendemos que la innovación es pensar y operar con otrxs sobre  la transformación de los procedimientos básicos de las administraciones públicas, la gestión del presupuesto, la actualización de diagnósticos, la definición de prioridades, la forma de organización, el papel y la dignificación de lxs propixs funcionarixs, la gestión del conocimiento  y la nueva realidad de una ciudadanía prosumidora con capacidad para la co-creación de servicios.

Frases y mitos que bloquean los procesos de innovación ( para estar preparadxs… )

Hay un sociólogo, que decía que » las cosas son como las nombra quien tiene el poder de nombrarlas, …hasta que se crean ámbitos colectivos para nombrarlas de otra forma … » . Una de esas cuestiones que nos han resultado significativas a lo largo de los distintos posts, es la conciencia de que hay elementos muy sencillos en las relaciones dentro de las unidades y servicios que frenan todo proceso de exploración. Entre ellos hemos destacado determinadas frases que casi todxs hemos oído alguna vez cuando hemos querido cambiar algo. Frases que tienen como sentido final que nada se mueva, detener el proceso de pensar, precisar, reformular problemas, por lo que eso pueda generar de incertidumbre, en un ámbito que no quiere permitírselas.  Recogemos en este repaso final, algunas de esas frases que habéis ido señalando , para ayudar a desvelar las trampas que ocultan. Son mitos paralizadores de los procesos de cambio:   

  1.  «La falta de presupuesto, nos impide hacer nada».   «Yo es que soy muy práctico, y a ti te gusta darle vueltas a las cosas». «O piensas o gestionas…» » o te ríes o trabajas…»Es una dicotomización, o falsa exclusión, por la que se reduce todo a una escala gradual de dos valores, en apariencia mutuamente excluyentes, estableciendo la jerarquía de uno sobre el otro y perdiéndose la oportunidad de explorar matices y caminos intermedios.
  2. «Esto ya se ha hecho aquí, es lo mismo de siempre». Autoafirmación, que busca frenar todo el proceso de propuesta y de exploración de una idea formulada por una persona o un equipo. Si hay algo que la administración hace mal es sistematizar lo que ha hecho para poder hacer lecturas de conocimientos adquiridos e integrarlos cuando sea necesario: intensiva en el uso de conocimientos, la administración es nefasta en la gestión de ese conocimiento.
  3. «Es que la gente no quiere participar… para qué va a participar la gente si no sabe de esto…».  » Es que los funcionarixs están desmotivadxs…». Selección negativa y formulaciones difusas. Se centra solo en los aspectos negativos, dificultando el análisis técnico  y la visión global: se impide que a los aspectos negativos se les dé un tratamiento técnico, a base de establecer formulaciones difusas. Impiden el avanzar en la precisión de los problemas, y en abordar su solución.  ¿Qué gente no quiere participar? ¿ En qué condiciones no quiere y en cuales sí? ¿Cuál es nuestra responsabilidad en que la gente no sepa sobre determinado tema?
  4. «No,  no sabemos, no podemos, no es posible…», .»Negación temprana y sobregeneralizaciones, sin dar tiempo para pensar. Un automatismo por el cual, ante una situación o un problema, en el que tarda en llegar la solución, se responde No:  ¡somos funcionarios, no nos pagan por pensar, o por innovar…!». Hay personas que piensan más lentamente, y que se bloquean cuando otras se les adelantan… A veces la innovación y la búsqueda de soluciones solo son un problema de algo de tiempo usado de otra forma. .
  5. «La culpa es de los políticos…» «Que piense él que para eso le pagan...»Esta expresión supone un desplazamiento fuera de control. Es sacar el problema de nuestro campo de responsabilidad, de forma que ya no se piensa sobre él… , desoyendo la co-responsabilidad, la oportunidad y la posibilidad de la realización de microprácticas que sí están bajo nuestra influencia y que dignificarían nuestro papel.

Seis formas de sembrar. Cuando sembrar es lo que importa…

Pero más allá de las dificultades, y de las frases y actitudes que dificultan la innovación, también hemos aprendido en este MOOC que no hay que desistir de plantar la semilla. Escribía el poeta Antonio Colinas en su tratado de la armonía, que » sembrar es lo que importa, aunque después vengan el cierzo y la helada y se lleven lo sembrado; lo importante es el gesto puro, abierto, generoso, que debe prender…». Desde el primer momento, muchas personas de este MOOC han asociado la idea de innovación a semillas y a campos de cultivo.  Es verdad, tal como decía Alberto Ortiz de Zárate que no existe un manual del innovador, que funcione de forma maquinal como  un manual para montar mueble de IKEA;  pero igualmente parece que la mayoría entiende que la innovación es el arte de la siembra y el cultivo, y que sí es posible elaborar manuales sobre las condiciones en que ha de establecerse cada cultivo.

En esa idea de contagio y de trans e interdisciplinariedad de la innovación, acudimos aquí al ejemplo de la ciencia agrícola, que, a partir de la evidencia, señala , entre otros estos seis tipos de cultivo, adaptables , según el contexto, a distintas situaciones y entornos administrativos.

  1. A voleo. Se esparcen las semillas al azar por el terreno. En abanico y con la mano. Antes hay que preparar el campo y se hace mezclándolas con un poco de arena. Se parte de una pregunta adecuadamente formulada, y de una información bien distribuida. Cuando las hemos esparcido, hay que dar tiempo, y generar espacios solventes de producción. Suelen ser eficaces en el comienzo de procesos de planificación,a modo de lluvia de ideas, en grupos amplios. Pero para que funcionen, es imprescindible el uso de herramientas que faciliten el proceso de sistematización, curación de contenidos  y construcción de narrativas, que es esencial en este tipo de situaciones… Una pregunta conectada con la sensibilidad de muchos, y bien formulada, puede ser el inicio de esta siembra a voleo, debidamente acompañada, como sucedió en el caso de Encarni Martínez, Ely López, y Francisco Pañella y otrxs,  cuando abrieron el debate sobre el  proyecto relacionado con la expulsión de clase, cuyo proceso nos lo cuentan en un excelente vídeo.
  2.  En hilera. Se cava antes un surco alargado, después se depositan las semillas en función de la distancia que va a necesitar cada planta, se tapan con tierra. Supone un mayor nivel de organización y de concreción. Se parte de una idea , y se abre un espacio concreto dentro de la organización. Puede ser on-line, o físico, dentro de un equipo o servicio, o distintos equipos dentro de una institución. Hay que cuidar mucho los espacios posteriores de interacción entre las partes para compartir y extraer conclusiones. Podría ser el ejemplo que plantea Lola Falantes en el que se organizan las distintas unidades en las provincias de archiveros, y usan la red profesional para compartir experiencias, coordinarse, generar ideas.
  3. A chorrillo o en hoyos hechos con un plantador, cuatro o cinco semillas en cada hoyo, para plantas grandes. » Tienes que salir un plan nuevo en dos días»…, y se hace un hoyo, «un garito» en una dirección general en el que se aísla a un grupo de personas. Por eso quizás se llama también siembra a golpes…Requiere de un mayor nivel de organización, y se puede distribuir el trabajo  en distintos núcleos. Suele ser muy utilizada en la administración, pero se hace mal, por lo que el resultado no es innovación, sino el mero revestimiento de programas y productos. En su buen uso, podría ser la forma de trabajo elegida por Ana Benítez y Silvia Rodríguez que plantean, abordan y avanzan de forma inteligente en un reto  apasionante, que es la elaboración  de cartillas dosimétricas que midan y anoten las radiaciones que va recibiendo el paciente a lo largo de su vida.
  4. A tresbolillo, es como en hoyos, pero en zigzag, para cuando se siembra en bancales, es decir ente niveles diferentes de una organización, sin que se entorpezcan unos con otros. Se mezclan niveles y momentos distintos aunque es muy importante que los bancales no signifiquen jerarquías de lo que se produzca en unos con respecto a lo que se produzca en otros.
  5. Siembra de precisión. Son máquinas que han calibrado el terreno, y el tipo de semilla, y que lo van introducientdo automáticamente. Se plantan en situaciones de emergencia y suelen necesitar de agentes externos que colaboren en procesos que son intensivos en tiempo, presupuestos y recursos humanos. Es importante garantizar la sustentabilidad y sostenibilidad de los procesos, para no quemarlos.
  6. Siembra en almácigos. Cuando son semillas pequeñas, aunque esenciales, tardan en germinar o necesitan cuidados especiales. El almácigo es como el lab, un espacio de huerta protegida, o cubiletes especiales en una cajonera cerca de una fuente de agua, protegidas de heladas  del sol. Son momentos de aislamiento, de incubación, protegidos de la distorsiones externas. Puede haber distinto ejemplos en los posts, pero algo de eso tiene el grupo de Ana Fernández, Julio Torres, sobre el reto de la ergonomía, con su taller de pausas activas los martes y jueves.

Siete propuestas para el próximo milenio en innovación en el sector público

Parece claro que la innovación requeire del compromiso de creación de contextos adecuados, que hay elementos que pueden intentar bloquear los procesos de generación de ideas nuevas, y que a pesar de todo tiene que ver con herramientas y distintas formas de cultivo. Pero también hay una serie de valores transversales que habría que entender ya que dentro de ellos existe toda una propuesta metodológica y de acción. Italo Calvino, al  que ya mencionamos en otro posts, escribió seis propuestas para la poesía del próximo milenio. Pero el diagnóstico que hizo del mundo en que vivimos, fue tan preciso, que esas seis propuestas son válidas para cualquier ámbito de la vida. A imitación de su trabajo, hemos ido recogiendo ideas de lxs participantes del MOOC para rearmar estas siete propuestas para la práctica innovadora en la administración en el próximo milenio.

  1. Levedad. En ciertos momentos, en la administración la levedad ha sido perseguida. Hemos creado planes de dos años de elaboración, con más de 600 folios, que nunca se cumplían. Mientras el mundo volaba ante nuestros ojos, hemos creado comisiones y estructuras que debían decidir sobre cosas que cambiaban a cada instante. Pero estamos en el tiempo en que, ligero como el pájaro, el byte no pesa… Hemos creado estructuras demasiado rígidas como para vivir con libertad, creatividad y vitalidad dentro de ellas. La innovación que tiene sentido transformador es la que escapa a la estructura, o la usa, pero cuyo sentido y cuya base es lo leve, lo pequeño,  la persona, el proyecto, el proceso.
  2. La conectividad. La levedad o el pequeño proyecto que explora todo su potencial conectivo para unirse a otras personas, a otros proyectos para crear sentidos y explorar direcciones nuevas. Hablamos de palabras dichas hasta la saciedad, y que han sido prácticas de casi todos los retos del MOOC: de colaboración, de comunidad, de conectarse, de cooperar, de co-crear.
  3. Agilidad y flexibilidad. El mundo cambia a velocidades de vértigo. Los problemas son complejos y tienen  múltiples causas y consecuencias. Una de las cualidades necesarias para innovar es la agilidad, para moverse con rapidez y así reconfigurar discursos, reelaborar diagnósticos, actualizar los procesos de toma de decisiones y compartir conocimientos. Festina lente, apresúrate despacio.
  4. Exactitud. La innovación es cara y difícil de asimilar y gestionar, cuando se hace de la misma forma en la que se construyeron muchos programas y equipamientos, sin el rigor de diagnósticos, o de la misma forma en que se hacen algunos reajustes presupuestarios, sin evaluaciones, lecturas transversales y visiones globales. La innovación es eficaz y económica cuando es un instrumento de precisión que se enfoca en los problemas esenciales debidamente diagnósticados y formulados.Ese proceso deliberado y sistemático es el primer paso. Si haces bien la pregunta la respuesta es más fácil.
  5. Visibilidad. Hay gran cantidad de información, conocimientos, energías y prácticas que están en lo invisible y que han de hacerse visibles. Hacer visible lo invisible es problema de gestión de conocimiento, de cambiar prioridades, de darle voz a otras narrativas. Así lo desarrolla el grupo de Acptitudes de locura, que han documentado y hecho visible cada paso de su proyecto, desde la generosidad, para la elaboración de un manual de acogida.
  6. Multiplicidad. La multiplicidad es la capacidad de dialogar y actuar en distintos escenarios, y de cambiar de escala, de la particular el equipo, del equipo a la red, de la red a la comunidad, de nuevo a lo particular… ya no puede estar uno centrado en su proyecto, su departamento, su servicio… Está relacionada con la interoperabilidad, con el actuar colectivo, con aprender el lenguaje de los otrxs. Dentro y fuera, tal como se plantea Rodrigo Martín, con la plataforma de colaboración interna abierta  para operar con los ciudadanos en procesos dinámicos y vivos de participación.
  7. Consistencia y sostenibilidad. Detrás de ese dinamismo de las administraciones por la innovación, debe haber una solidez que dé consistencia a los procesos. Las propuestas ambiciosas que nos cuentan en su vídeo conversando en el café,  Innovatium, central de innovación, donde está el banco de proyectos, el glosario, la elaboración de una clasificación de herramientas… todas ellas suponen dar consistencia y solidez, no a través de estructuras rígidas, sino de herramientas, de criterios, de manuales de actuación, de dar visibilidad a las  prácticas, desde la honestidad y la aplicación del pensamiento lateral.

Volver al lugar del que partimos y verlo por primera vez, en toda su potencialidad, en su plenitud de significados

Se acaba este viaje del MOOC… ¿Qué hemos aprendido? ¿Quiénes somos ahora? ¿Quiénes sabemos que podemos llegar a ser cuando nos unimos con otrxs?  Hay muchos desafíos, pero no son poéticos. Son concretos y tiene que ver con cambiar la forma que tenemos de mirar la realidad, de usar el poder, de construir el conocimiento, de establecer las comunicaciones. Se trata de sumar a las rutinas de procedimiento y a las rutinas de mejora, que son las únicas vivas en la administración, las rutinas creativas, que limpian nuestra mirada para hacerla precisa en los diagnósticos y en la articulación de herramientas.

Un hombre, o quizás una mujer, decidió viajar una mañana de primavera, porque quería conocer la infinita diversidad del mundo. Vamos, que salió buscando innovar en su aburrida vida… Cogió sus mejores zapatillas de viaje y echó a andar. Cruzó los bosques del mundo conocido, y cuando llegó a sus límites se quedó dormidx bajo un manzano, no sin antes dejar sus zapatillas mirando hacia el Sur, que era donde estaba todo lo nuevo que quería conocer. Un loco, de paso por el bosque, se acercó mientras dormía, se probó las zapatillas, y al no quedarles bien, las dejó donde estaban… pero mirando hacia el Norte, el lugar de donde procedía nuestrx viajerx. Cuando éste despertó, miró la orientación de las zapatillas, y frotámdose las manos, con ilusión,  comenzó a desandar lo andado, pero creyendo que iba hacia un mundo nuevo. De esa forma pensó que el río y el bosque se parecián al que estaba en las afueras de su ciudad, pero logró advertir matices hasta ahora nunca visto: » aquí cantan los pájaros con otra sonoridad, y el agua es más freca, y huele el espliego y el tomillo…» Entró en su ciudad y descubrió colores, casas y hábitos vecinales absolutamente nuevos para él. » Cuanta novedad hay en el mundo…, lejos de mi ciudad». Nuestrx viajerx encontró la infinita diversidad cuando el viaje y la distancia despertó su capacidad de percepción y su mirada se convirtió en un instrumento de precisión limpio de toda rutina.

La innovación está más cerca de lo que creemos. Quizás no haya que ir muy lejos a buscarla: tan solo se trata de volver al lugar del que partimos al iniciar este MOOC, nuestro propios lugar de trabajo, y verlo por primera vez en su plenitud de potencialidades y significados…

¡Gracias!

https://youtu.be/SC4QwRh0dGA

Imagen de cabecera: Bernswaelz. Pixabay.  CC0 Public Domain

Relato del Módulo 4. Cartografía y participación para producir innovación: haciendo visible lo invisible 

El mapa de «los lugares invisibles» 

En Las ciudades Invisibles, de Italo Calvino, Marco Polo va narrando al emperador de Oriente, ya mayor y melancólico, cómo son las ciudades de su propio imperio. Al final, el Gran Khan se va construyendo un mapa en el que aparecen las ciudades de los relatos del viajero veneciano, las más secretas, brillantes y misteriosas. Las ciudades invisibles, las que no eran contadas en los otros mapas del imperio porque  apenas si eran advertidas, y que paras él eran señales de otro mundo, en medio de un imperio que mostraba su decadencia y su necesidad de cambio.

Si quieres saber cuanta oscuridad te rodea, sólo tienes que mirar las débiles señales de luz lejana; si quieres saber cuanta energía hay de cambio en esa luz, sólo tienes que hacerlas visibles en un mapa, y conectarlas. Ese ha sido el ejercicio central de esta semana. Hacer una Cartografía de la innovación, situar nuestros proyectos innovadores en un mapa. Y lo hemos acompañado de la reflexión a la que nos invitaba la unidad 4, sobre de qué forma convertirlos en proyectos abiertos a la ciudadanía, fuente de innovación en sí misma, prosumidora y dinámica.

Trazando mapas mientras nos movemos. Nómadas y cartógrafos construyendo una nueva geografía, con narrativas y escalas múltiples 

Hemos sido nómadas y cartográfos, en este sueño común, dando un primer paso para el reconocimiento de nodos de cambio. Al igual que en la comunidad del MOOC se refleja la limitación que provocan en nosotros los modelos de gestión y relación de la administración, constatamos en nuestra comunidad una propensión a la creatividad y la mezcla.  Todos intentamos ver en el ecosistema cuales son las relaciones que nos habilitan para dar saltos que conduzcan al cambio, al bienestar propio y de la ciudadanía. Este MOOC, nos hace manejarnos con herramientas tecnológicas que suponen nuevas formas de producción simbólica y de conocimiento que facilitan los cambios de escala, a través del diálogo con otras personas, otros servicios, con otros centros de conocimiento, o con la propia la sociedad abierta.

Ante todo mapa, un cierto nomadismo, nos sale del alma. Así, Pedro García se mueve como emigrante en la redes, y ese nomadismo, ese estar público le da una nueva visibilidad y le ha permitido contactar con otras personas en un plano distinto. Incluso compañerxs con los que trabajamos en un plano, al vernos en las redes, se abren con  nosotros a la exploración de nuevos procesos.

La nueva realidad no tiene que ver con «mismiedadades» (lo mío, mi tarea, mi función….)  y esencias incontaminadas (las aulas, los museos…), sino con encuentros, conservaciones, trayectorias abiertas y múltiples  relatos entrecruzados.

Los proyectos como tentativas y «labs» (laboratorios )  de conocimiento y ensayo. El valor de los proyectos sencillo para innovar ampliando el espacio propio

En un hilo de Facebook, Manuel Rivera se pregunta y nos pregunta, si la mayoría de los proyectos que estamos localizando en el mapa son de innovación, o son «solo mejoras». Con su comentario, señala la necesidad de unos indicadores consensuados que nos permitan reconocer y situar, para darle valor real, los proyectos de innovación pública. De algunos de esos indicadores ya venimos hablando en estos días: 

  • que la innovación esté conectada a un proceso de identificación y priorización de necesidades reales;
  • que haya un proceso de generación de ideas nuevas y diversas;
  • que haya un prototipado;
  • que ofrezca soluciones;
  • que haga un uso de la tecnología o de la lógica colaborativa y abierta que nos ofrece la misma en la actualidad;
  • que genere valor público y bien común evaluado por la propia ciudadanía…

Es cierto que no todos los proyectos que aparecen en el mapa, recogen todos estos indicadores, y a veces ni siquiera gran número de ellos. Entonces, ¿quiere decir que personas que se han puesto en marcha en sus servicios y han tenido que concretar en tiempo récord diagnósticos, propuesta y comunidades o equipos,no han activado energías de cambio o de innovación? ¿por no poderle llamar innovador al producto o a la propuesta, se pierde el valor transformador del proceso iniciado? Hay muchas personas que por el lugar que ocupan en la organización, o por sus conocimientos actuales, o en estos plazos, no tienen capacidad para generar en su entorno cambios sustanciales, pero crean dinámicas de intercambio y generación de ideas que los empoderan y los hacen visibles para conectarse con otros procesos de cambio. Entonces tienen a su alcance la posibilidad de producir sinergias y abrir conversaciones con sentidos nuevos desde el lugar en el que están, reconfigurando endogamias, modificando y ampliando su espacio natural de trabajo. 

Quizás es este el espacio más realista en el que pueda operar en este momento mucha  gente que cree en la innovación: anclarse en su centro, dejar que el viento mueva y haga visible su banderín de enganche, para aprovechar el poder de contagio en red. María Dolores Martínez comienza sola en su reto de matriculación en centros a través de correo electrónico, comienza a tener resultados, se incluyen personas del centro y, al hacerse visible, conecta con otras personas del MOOC interesadas en procesos de cambio sencillos, como Soledad Santín. O el caso de Yolanda Cabrera con el el proyecto «archivamos», que  ha pasado de 8 miembros a 25, e invoca en su blog que el trabajo en equipo es la clave para levantar el vuelo.

Así sucede en la mayoría de los casos. Aunque también encontramos casos muy potentes de proyectos enfocados directamente al desarrollo de  estrategias de innovación, como es el caso de Innovatium, Central de Innovación, impulsado por varias mujeres y que nos resume Silvia Oñate. Abarca seis ejes de trabajo, que van desde la visibilización de las prácticas innovadoras, a las hojas de ruta para impulsar procesos de innovación o la elaboración de un  glosario.

Preguntas en Facebook. Grupos,equipos y comunidades. La metáfora del autobús.

Esta semana lanzamos una serie de preguntas para alimentar los proceso y las tareas propuestas en relación a los contenidos. La primera tuvo fue acerca de las dificultades que se había encontrado en relación a los retos. María Dolores Martínez parece apuntar en buena dirección, cuando dice que si se define bien el problema, aparece bien el resto.  

En ese sentido, uno de los temas que ha congregado más debates es el relativo a la dificultad de crear equipos o grupos de trabajo. El tema de equipos y comunidades parece que da mucho juego.  ¿ Un grupo de personas que van juntas en un autobús por el desierto, son un equipo? ¿y si el autobús se estropea, y comienzan a hablar sobre qué hacer, son un equipo? ¿Y si empiezan a compartir soluciones, y conocimientos y repartir tareas? ¿Y si se conectan con otros lugares, para que les faciliten soluciones han configurado una comunidad de prácticas? Manuel Rivera lo planteas cuando dice que el equipo puede estar fuera o dentro, y que el suyo lo construye fuera del MOOC.  ¿Y cuando se soluciona el problema y el autobús prosigue su marcha y cada uno continúa en su asiento y sigue ya su propio su destino, siguen siendo equipo, comunidad…? La flexibilidad, el dinamismo, el aprendizaje de las lógicas de colaboración y de las herramientas que las permiten, parece más potente para el grupo que la creación de estructuras estáticas. Ah, ¿Quién quiere tener una comunidad de prácticas pudiendo tener dos?, nos pregunta  Salvador Domínguez.  Eso está reforzado con el sentido poético de  Alicia, que nos dice «… innovar en el sistema/y arrancarte una sonrisa…», para señalar que  hemos de actuar como el peón en el tablero de ajedrez, que tiene la disponibilidad para moverse en todas direcciones para buscar socixs en el camino, creando direcciones nuevas a cada paso, constituyendo con flexibilidad espacios que le permitan ir y venir, agregarse y desagregarse con facilidad.

En ese sentido, Emilio Martínez Force, desde esa concepción de peón que allá donde se mueve tiene la capacidad de crear posibilidades, plantea acabar con la imagen del informático aislado. Su trabajo tiene que ver con la capacidad de trabajar en equipos ad hoc y abiertos. Interesante su repaso a algunas posibles comunidades de prácticas, de las que destacamos dos: equipos multidisciplinares para desarrollos legislativos ( poco utilizado a la hora de la verdad); y comunidades abiertas que trascienden el ámbito propio más allá de lo laboral diario, para enriquecerlo. Y pone el ejemplo de la creada para compartir conocimientos sobre estándares de datos, dentro del portal de la UE sobre interoperabilidad. Realmente, ¿estamos solos cuando comenzamos solos un proyecto? ¿Se está solo ahora de la misma forma que hace 20 años?

La co-innovación es la palabra que nos ofrece Teresa Muela, para hablar de todo esto : entre todxs encontrar soluciones estratégicamente alineadas con los objetivos de todas las partes.

Malas prácticas de participación, apertura y gobernanza. «Un ciudadano está en las comisiones y procesos de participación que organizamos, como en un país extranjero: No conoce la lengua…»

A raíz de un ejemplo que se puso en el hangout, lanzamos una pregunta, relacionada con identificar malas prácticas de participación. El listado de casos que no funcionan no se hizo esperar.Las mesas electrónicas para las elecciones; las comisiones de participación de algunas consejerías y delegaciones; los buzones de sugerencias; las iniciativas legislativas populares (ILPS)… Jesús Puente nos manda una bonita foto en la que aparece bajo la nevada una torre en ruinas la comarca de Lara en Burgos, y nos cuenta como la iniciativa , tan sencilla, prendió en la red, y se extendió consiguiendo respuesta rápida, y despertando la curiosidad de medios . Un relato bien construido prende como un campo de trigo. Pero las instituciones no dieron respuesta alguna.

La gente no quiere o no sabe participar… «Un lugar común es el peor de los lugares: es fácil llegar a él, pero no tiene escapatoria…»

Tras las malas prácticas, se amplió el debate a lo positivo y lo negativo de las experiencias de como lograr la participación e implicación de la ciudadanía en la innovación. Alrededor de la participación se construyen una y otra vez frases que son lugares comunes. La gente no quiere participar; la gente no entiende de cosas técnicas, y no debe participar… Una vez se ha caído en un lugar común, unx se acomoda, y ya no se sigue explorando a ver si es real o no la expresión. La experiencia nos dice que hay mucha vida y dinamismo fuera de las instituciones, muchas personas conectadas, generando propuestas y conocimiento innovador al margen de las propias instituciones. Y también que hablar de participación como una realidad unidimensional, no es real en el mudo actual.

Existen muchas formas, niveles, escalas, herramientas y dinámicas de participación que requieren de reflexiones serias: Hay formatos muy abiertos. Como el que nos ofrece Ana Fernández en el enlace a una propuesta de desconferencia para producir cien ideas para impulsar a Córdoba hacia la transformación digital. O formatos algo más cerrados como el proceso del que nos habla Luz Pérez Iriarte en el que el Patronato de la Alhambra solicita ideas para una actuación en la orilla del Darro. O, incluso, formatos «entreabiertos» como la propuesta de Fernando Monar de crear espacios de redefinición de la formación desde el inicio,  «Compartir desde el diseño» para avanzar en coordinación, redes y propuestas innovadoras en todas las fases. O también el cuestionario que nos ofrece Mari Carmen, del grupo que trabaja el problema de la expulsión de clase, y con el que quieren implicar a lxs propixs chavales en la definición y solución de los problemas.

De lo aportado por unxs y otrxs, en general, podemos concluir que para que la gente participe en la producción de innovación, existen tres dimensiones  o campos que han de ser cuidados y tenidos en cuanta a la vez; y que podrían ayudarnos a identificar, en cada caso, en qué campos tenemos las debilidades esenciales para corregirlas: 

  • El campo de las motivaciones. Para que haya participación la gente debe encontrar motivaciones, tener intereses,construir los diagnósticos o identificar las propuestas para que sean propias o asumirlas como propias. En esa dirección parecen ir las referencias en el debate de Luisa López, acerca de si la gente no participa porque los proyectos no los vive como propios o no los ve útiles.
  • El campo de los conocimientos y de la información: para que la gente participe debe tener información clara, sencilla y transparente. Pero también acceso a los conocimientos, tecnológicos y de contenidos, que les permitan opinar e intervenir.
  • El campo de los cauces. Para que la gente pueda participar los espacios, los tiempos y los cauces, deben ser accesibles, sencillos y adecuados para cada caso: espacios de conversación en los que estén claras las reglas, y en los que sepan claramente lo que se va hacer con su aportación.
 Participasión. La administración conversada; la vida conversada.

En una obra de teatro, un grupo de comensales que no se conocen comen distribuidos en las mesas de un  restaurante. De repente uno de ellos, se levanta y reclama a voz en grito la atención de los otrxs. «Oigan, escúchenme…». Todxs lo miran, y él dice. «No, nada… no es nada». Y vuelve a sentarse ante el enfado de lxs otros, porque ha interrumpido sus conversaciones. Esto lo repite hasta cinco veces, levantándose y reclamando para nada la atención.Hasta que los comensales lo ignoran por completo y deciden pedir que lo echen.

Esta imagen quizás refleja algo que nos está sucediendo: las personas, cansadas de la retórica de las instituciones, han descubierto que conectadas entre sí descubren cosas más interesantes que conectados a la institución, ese comensal que vocea desde una centralidad que el mundo ya no le da. Quizás ha llegado el momento de llevar la energía de resistencia hacia la energía de la co-creación de un espacio público nuevo, descentralizado, en el que debemos aprender a formar parte de conversaciones que están generando nuevas formas de organización social. En esa dirección, Carmen Cantillo nos ofrece la referencia de Guillermo Orozco que nos habla de la condición comunicacional contemporánea. Amparo D. lo llama, escuchar los susurros. ¿Nos sumamos a las conversaciones en un mundo global  o seguimos con nuestro soliloquio? Las instituciones que no pertenecen a una comunidad de diálogo, que no jueguen un papel en el mundo real, desaparecerán o serán objetos de museos paleontológicos,como los dinosaurios

Lola Falantes recuerdas el uso de la red profesional para crear un contexto de coordinación e intercambio. Los enlaces y los hiperenlaces socavan las jerarquías, y crean sentidos nuevos.Crear algo es establecer relaciones nuevas a partir de conversaciones en las que lo importantes es lo que ocurre en los intersticios, en las junturas,  en lo inesperado.  Mariano Paxdcual de l Pobil y el grupo sobre transparencia, no han temido lanzarse y abren una propuesta de  carácter interactivo, de conversación en el fondo, que recoge varias fases: información, aportación, y cuestionario acerca de la transparencia .

La gente interconectada elabora diagnósticos y propuestas, renegocia, reconstruye sus visiones y prioridades a una velocidad increíble.  Hay mucho conocimiento sustancial «ahí fuera». Si queremos que la gente aporte sus muchos conocimientos, tal como se sugiere en los contenidos de la unidad, debemos tener claro que ya no se conforman con nuestros folletos o  nuestras webs: quieren tener acceso a nuestros diagnósticos a la forma en que tomamos, priorizamos o tomamos decisiones. Y ellos solo parece posible, a tenor de lo que ha ido desgranando en sus aportaciones el grupo, desde la conversación que nace de la particiPASIÓN…

«Cada piedra del puente, conectada con otra, es la que dibuja y sostiene el arco de la innovación…»

Terminamos el relato de esta unidad tal como empezamos,con «Las ciudades invisibles». Marco Polo describe un puente al Khan , y lo hace piedra por piedra. » Pero, cual es la piedra que sostiene el puente», pregunta el Khan. » El puente no está sostenido por esta piedra o aquella, sino por la línea del arco que forman todas las piedras», responde el viajero. Tras un silencio, el Khan vuelve a preguntar  impaciente. «¿Por qué me hablas de esta piedra o aquella? Lo único que me interesa es el puente…» A lo que Marco Polo responde sereno: » Sin piedras, no hay arco». ¿Por qué hablamos en esta unidad de participación, si lo que nos interesa es la innovación pública ? Porque sin personas conectadas de dentro y de fuera, no hay innovación, y porque para que haya puente, y haya arco parece imprescindible que cada piedra esté en su sitio, aportando su peso y su valor en diálogo con las otras.

Equipo de dinamización #IAAPinnova
(imagen de cabecera | mapa por Catalina con licencia CC-by-nc-nd)