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PARTE 1. REDES SOCIALES, GÉNERO Y VIOLENCIAS DE GÉNERO
se lleva a cabo aprovechando las TIC. Normalmente
coexiste la violencia usando las TIC con la violencia
por vías “tradicionales” o “analógicas”, pero la in-
tensidad, la repercusión a nivel relacional y psicoló-
gico, las diferencias a nivel de protección y judicial,
y las peculiaridades de la prueba electrónica, hacen
que siempre sea necesario en la actualidad tener
presente el enfoque específico de la Ciberdelincuen-
cia de Género” (Instituto Andaluz de la Mujer, 2015).
Este protocolo busca facilitar la detección y registro
de este tipo de violencias así como incorporar en las
actuaciones de los y las profesionales vinculadas al
Instituto Andaluz de la Mujer que realizan atención
directa, pautas específicas de actuación ante la Ci-
berdelincuencia de Género.
Como hemos podido ver, se cuentan con varias de-
finiciones y marcos legales que definen la violencia
contra las mujeres. Pero contrariamente a la Junta de
Andalucia, muchos marcos legales aun no han que-
rido o sabido abarcar las nuevas formas de violencia
de género ocurriendo en el marco del uso de TIC y las
redes sociales. Los cambios legislativos son lentos y
a menudo faltan recursos para poder formar las per-
sonas trabajando en instituciones públicas acerca de
como detectar estas violencias, como entender su im-
pacto en las vidas de las personas que las sufren y/o
como hacer que se aplique la ley cuando esta existe.
Esto significa que a veces los representantes de la ley
no saben cómo operar porque las plataformas donde
operan estas violencias dependen de la legislación de
otro país. Otras veces invisibilizan o minimizan estas
violencias instando las mujeres a sencillamente des-
conectarse de Twitter o apagar el móvil para dejar de
recibir amenazas por esos canales. También se dan
demasiado a menudo campañas públicas que revicti-
mizan las personas sujetas a estas violencias hacien-
do recaer en ellas la responsabilidad de lo ocurrido.
Un caso paradigmático es el tratamiento que se hace
del envío de imágenes íntimas instando las mujeres
en no hacerlo cuando no se pone de la misma mane-
ra el foco en los agresores que comparten esas imá-
genes sin el consentimiento de las personas.
Antes de profundizar en algunas de las características
de las violencias de género on-line queremos desta-
car que estas operan dentro de una brecha digital
respecto al acceso, uso, desarrollo de tecnológicas
que sigue impactando de manera mucho más fuerte
las mujeres, así como las minorías culturales y las co-
munidades marginalizadas.
2.7 Violencias de género on-line
Las TIC permiten acceder y producir información,
crear canales de comunicación multi-direccionales
(uno hacia varias y varias hacia varias) y también
permiten producir narrativas y representaciones del
mundo. Las TIC suman por lo tanto una dimensión
informativa, comunicativa y representativa al mismo
tiempo.