El titubeante arranque de la X Legislatura
DOI:
https://doi.org/10.46735/raap.n91.820Resumen
En contraste con la compacta composición del anterior Parlamento, el resultado de las elecciones celebradas el 22 de marzo vino a confirmar la fragmentación del arco parlamentario que ya habían vaticinado las encuestas. La irrupción en la Cámara andaluza de dos nuevas formaciones políticas -que sumaron 24 escaños (Podemos: 15; Ciudadanos: 9)- se hizo esencialmente a costa del Partido Popular e Izquierda Unida, pues justamente esa cantidad fue la que perdieron ambos partidos en relación con las elecciones de 2012 (el primero pasó de 50 a 33 escaños, mientras que Izquierda Unida vio reducido a cinco los doce que había obtenido en la anterior legislatura). El PSOE, que mantuvo los cuarenta y siete escaños, conseguía así una clara mayoría minoritaria, pero quedaba lejos de alcanzar la mayoría absoluta de la Cámara.
Las consecuencias de este nuevo escenario parlamentario se hicieron sentir de inmediato en la misma sesión constitutiva del Parlamento –que se celebró el 16 de abril-, momento en el que el Pleno debe elegir a los miembros de la Mesa (art. 33.1 RP).